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Ni vallas, ni mallas

Pero como no se le pueden poner barreras al campo, el ingenio busca nuevos métodos para superar las dificultades. Aunque en el caso de ayer, fue la rotura de una puerta lo que hizo posible que, en principio, una veintena pisara suelo español. Volvemos a ser noticia nacional. Ayer los melillenses que madrugaron se despertaron con la información del nuevo salto de la valla perimetral fronteriza melillense que se había iniciado a las 6.05 horas de la madrugada, aunque unas horas más tarde los medios de información se centraban en el fallecimiento del padre Pajares, primera víctima del Ébola producida en territorio español, con el que se había intentado todo. Desde su traslado en un avión especial desde Liberia donde contrajo la mortal enfermedad, hasta la aplicación de un novedoso medicamento experimentado tan sólo en animales y en los dos norteamericanos infectados que se encuentran en territorio estadounidense.

Llevábamos más de un mes sin que se produjera una entrada masiva de inmigrantes y ayer, finalmente, lograron introducirse en territorio español 70, a través del perímetro fronterizo que separa Melilla de Marruecos. La última entrada, en la que consiguieron su objetivo 20 subsaharianos fue el día 1 de julio, aunque desde entonces se han producido varios intentos y avistamientos de grupos con intención de acercarse para entrar. Pero tal como dijo recientemente el ministro de Interior, Jorge Fernández, las nuevas medidas introducidas en la instalación fronteriza están dando buenos resultados. En concreto, la malla antitrepa que impide a los inmigrantes introducir los dedos para poder trepar. Pero como no se le pueden poner barreras al campo, el ingenio busca nuevos métodos para superar las dificultades. Aunque en el caso de ayer, fue la rotura de una puerta lo que hizo posible que, en principio, una veintena pisara suelo español.

Lo que no es de recibo es el empleo de la violencia, ni la utilización de piedras y otros objetos contundentes contra los guardias civiles que cumplen con su deber y obligación. Una actitud que siempre será recriminable.

Las consecuencias de la impermeabilidad actual de la valla, junto a la bondad climatológica, pueden ser una de las causas de la importante avalancha marítima que se produjo también ayer en las costas del sur español, sobre todo por la zona de Tarifa donde alrededor de 800 sinpapeles fueron rescatados de más de 70 embarcaciones neumáticas en las últimas horas. Unas cifras a las que no se llegaba desde 2010. Un incremento, tal como reconocían fuentes del propio Partido Popular, como alguna que otra ONG, en parte debido a la cerrazón que la malla antitrepa ha introducido en las vallas de las ciudades autónomas.

Pero la inmigración es un fenómeno imparable y de difícil solución, en el que ni vallas, ni mallas podrán acabar con el deseo de unas personas desesperadas por alcanzar su anhelado “dorado”, que supuestamente les permita mejorar la situación por la que atraviesan tanto ellos como sus familias.

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