El Ministerio Público reclama una sentencia condenatoria con una pena de dos años y 9 meses de prisión para el individuo procesado por un presunto delito de lesiones. Según se expuso en la vista, el 1 de noviembre supuestamente agredió a otro hombre en la zona de discotecas del Puerto Noray. Aunque el perjudicado afirmó que no vio nada, aseguró estar seguro de que el procesado no fue la persona que le agredió. Sin embargo, la Guardia Civil sostuvo que en las grabaciones se ve “claramente” que el acusado fue el autor de las lesiones. El procesado por un presunto delito de lesiones se acogió a su derecho a no declarar. Sólo respondió a una única pregunta, formulada por su abogado, para decir que no agredió a ninguna persona en la noche del 1 de noviembre. Los hechos que terminaron en la sala del Juzgado de lo Penal número 2 acontecieron en la zona de discotecas del Puerto Noray.
El testigo perjudicado sí declaró en la vista, aunque explicó que no sabía quién le pudo agredir aquella noche. «Yo estaba bebido. Me desperté con la cabeza desagrada», relató. No obstante, afirmó que estaba seguro de que el acusado no fue el autor de las lesiones.
Sin embargo, dos agentes de la Guardia Civil testificaron que, al observar la grabación de las cámaras de seguridad, se podía ver «claramente» cómo el procesado golpeaba al perjudicado. Aunque aportaron fotogramas de la grabación como parte de las pruebas documentales, en estas no se podía apreciar la agresión, por lo que la fiscal solicitó el visionado del video en el juicio.
Problemas informáticos impidieron finalmente que se reprodujera la grabación, en la que supuestamente se comprobaba que el procesado era el autor del delito de lesiones.
Tras escuchar todos los testimonios, el Ministerio Público solicitó una sentencia condenatoria para el acusado, para el que reclamó una pena de dos años y nueve meses de prisión. Por el contrario, la parte de la defensa pidió una sentencia absolutoria para su representado, haciendo hincapié en el que mismo perjudicado lo había exculpado en la vista, por lo que defendió que no existían pruebas suficientemente solventes para poner en entredicho la presunción de inocencia de su cliente.
Por su parte, la magistrada declaró que el caso quedaba visto para sentencia. Ahora tendrá que decidir.
