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En el aire

La pregunta es quién cogerá entonces las riendas de la Consejería de Economía y Empleo, que era una de las grandes apuestas de la legislatura, y si eso supondrá una reestructuración del Ejecutivo que, no olvidemos, está sustentado en un pacto entre 2 partes Las elecciones del 20 de diciembre son, probablemente, unas de las más importantes de la etapa democrática de España o, al menos, de los últimos años por la sensación general de que todo está en el aire a poco más de un mes de que los ciudadanos acudan con su papeleta a las urnas. Las encuestas, dispares en función de quien las elabore y publique, coinciden sin embargo en que todo está muy igualado y que la irrupción de los partidos emergentes en las Cortes Generales será histórica y determinante a la hora de configurar el futuro Gobierno, que tendrá que pasar necesariamente por acuerdos. Que después del proceso electoral habrá un escenario de pactos es algo que todos los partidos dan por asumido, como así se puede leer entre líneas de sus declaraciones y actuaciones diarias. Ayer mismo, de hecho, el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, se mostró abierto a pactar con Podemos, a pesar de que inicialmente había mostrado sus reticencias por el «discurso populista» con el que los socialistas se negaban a pactar. El PSOE, por lo tanto, coquetea con los dos partidos emergentes mientras repite el gesto excluyente que ya mostró en las elecciones autonómicas de mayo: el no rotundo a pactar con el PP, a pesar de que el entendimiento de los dos partidos fuertes de España, al menos hasta ahora, es imprescindible en asuntos clave para el país como el escenario que se está dando en Cataluña, de la misma forma que en épocas pasadas lo fue el pacto antiterrorista que hizo fuerte al Estado de Derecho frente al intento de los asesinos por imponerse con el terror a la voluntad y las normas de todo un país.
En Melilla, el escenario preelectoral ha quedado configurado esta semana después de que se diera a conocer la terna del PP, el único partido que quedaba por mostrar las cartas con las que jugará el 20 de diciembre. La candidatura, pese a los cambios, no ha sorprendido a casi nadie. Estaba claro que los dos máximos responsables de la sede regional tendrían un papel relevante y que había pocas opciones de que Antonio Gutiérrez pudiera continuar, teniendo en cuenta que llevaba ya 5 legislaturas consecutivas y que esta última no ha ejercido un papel tan protagonista como las 4 anteriores, probablemente motivado por el grave problema de salud que sufrió hace justo dos años del que por fortuna se pudo recuperar. El ex-diputado se despidió esta semana dejando claro que esta decisión no ha sido suya porque le habría gustado seguir y que deja la primera línea política con nostalgia pero sin resentimiento. Ciertamente se echará de menos en el panorama político a quien ha ocupado el escaño melillense en el Congreso durante casi dos décadas, pero los partidos, como ocurre con el ciclo de la vida, se someten a una necesaria regeneración que en el caso de la terna del PP local encarna la entrada de Sofía Acedo como candidata al Senado. Tampoco ha sorprendido esta apuesta por ser en estos momentos uno de los miembros fuertes del partido y el Gobierno, el cual abandonará si consigue el escaño el 20 de diciembre. La pregunta es quién cogerá entonces las riendas de la Consejería de Economía y Empleo, que era una de las grandes apuestas de la legislatura, y si eso supondrá una reestructuración del Ejecutivo que, no olvidemos, está sustentado en un pacto entre 2 partes que en su corto periodo de vida ha sumado ya alguna discrepancia.

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