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El ejemplo se demuestra andando

La movilidad urbana sostenible sigue siendo una asignatura pendiente en Melilla y en esta legislatura se ha perdido una gran oportunidad para darle un impulso a otra forma de moverse que, más que un capricho, es una necesidad desde el punto de vista medioambiental, de la seguridad vial e incluso normativo. No hay que olvidar que el año que viene empiezan a aplicarse por ley las zonas de bajas emisiones. La única medida que se ha adoptado al respecto es subvencionar la compra de nuevos vehículos para la flota de taxis. Ninguna más, ni siquiera informativa para que la población sepa que en 2023 parte del parque móvil no podrá circular ni aparcar en las zonas consideradas de bajas emisiones.
En estos años no se ha apostado por la movilidad sostenible y se podría decir que se han dado pasos atrás en lo poco que se había conseguido. La imagen más representativa de ello se dio el pasado domingo, cuando el número de personas que se acercó a la pedalada no llegó ni a la quincena. Se podían contar con los dedos. No estaban ni los responsables políticos que la organizaron, ni mucho menos del resto del gobierno, como sí suele pasar en otras actividades, sobre todo lúdicas y culturales. Y nadie puede culpar a los melillenses de esa triste estampa. Ni siquiera podría alguien escudarse en un error de comunicación por no darle la publicidad necesaria a actividades en las que nuestros políticos deben poner interés en que salgan bien porque en ellas se va parte del dinero público de todos.
El hecho es que no hay una apuesta real por la movilidad sostenible en el área de Medio Ambiente, que se contenta con organizar unas pedaladas sin ir más allá, como intentar concienciar en aulas, asociaciones y las redes sobre ese cambio cultural que requiere una movilidad sostenible cada vez más necesaria. Pero el fracaso es del conjunto del gobierno, porque los tres socios podrían haber hecho mucho más en este campo.
El presidente, desde Seguridad Ciudadana y la Policía Local, podría haberle dado un mayor impulso a la Educación Vial en colegios e institutos, hoy más necesaria que nunca cuando muchos menores de edad, cada vez más, se han convertido en conductores, compartiendo espacio con los coches subidos en sus monopatines y vehículos de movilidad personal.
El PSOE, que tenía las competencias de movilidad y las dejó en manos de CpM con la marcha de Vizcaíno, ayer reprochaba a su socio que podría hacer más para fomentar el uso de la COA, pero al mismo tiempo daba las gracias a Gloria Rojas “por poner en marcha la iniciativa de la COA gratis a los universitarios”, siendo esta medida financiada al 100% por la propia empresa de autobuses sin que la Consejería de Presidencia haya aportado un euro.
La realidad es la que decíamos al inicio de estas líneas, no ha habido una apuesta real por la movilidad sostenible. No hay más carriles bici, ni siquiera en estudio, que se sepa, y el que existe está cada vez más deteriorado. No se ha modernizado el transporte público en autobús. Los caminos escolares, premiados por Europa, ya ni existen. Las ciclo calles, única aportación de este gobierno a la movilidad sostenible, no han servido para nada y algunos hasta se han borrado de la carretera. No se está incentivando en absoluto la movilidad sostenible para revertir el colapso de tráfico y la siniestralidad vial al alza, un auténtico peligro para todos. Con esta falta de interés evidente del gobierno, ¿alguien espera que los melillenses acudan en masa a una pedalada o abarroten los autobuses? Ojalá fuera así, pero el movimiento se demuestra andando, no viviendo en un postureo permanente.

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