Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Vuelta al siglo pasado

La realidad es que la Ciudad Autónoma está propiciando situaciones de desigualdad entre los melillenses en un bien básico como es el agua, y así no se puede resolver el problema de fondo, que es el desmesurado consumo que se está produciendo en la ciudad, duplicando los índices normales de otras zonas del país Melilla está viviendo desde hace unos días una situación del siglo pasado: las restricciones de agua por la tarde. Hacía años que en nuestra ciudad habíamos superado esos cortes de agua por la tarde debido a la escasez del preciado líquido y podíamos tener suministro las 24 horas del día. Ahora, aunque desde la Consejería de Medio Ambiente puntualicen que no cortan el agua en ningún momento, sino que reducen la presión hasta que se consigan recuperar los niveles de los depósitos, en la práctica el agua que sale de los grifos es mínima. Apenas un hilo de agua que no permite hacer cosas básicas como, por ejemplo, darse una ducha al volver a casa después de una jornada de trabajo, limpiar o poner una lavadora. Esta restrictiva medida, encima, no ha podido ser más inoportuna, porque se produce justo cuando empieza el calor y en pleno Ramadán.
El argumento de defensa no puede ser que en Melilla pocos lo notan porque la mayoría de la población tiene depósitos o aljibes, porque una parte de la población, probablemente la más desfavorecida, carece de ellos y es la que está pagando el pato de estas alteraciones en la red de suministro. También la están sufriendo en mayor medida los barrios más altos de la ciudad, donde se necesita una mayor propulsión en las tuberías.
La realidad es que la Ciudad Autónoma está propiciando situaciones de desigualdad entre los melillenses en un bien básico como es el agua, y así no se puede resolver el problema de fondo, que es el desmesurado consumo que se está produciendo en la ciudad, duplicando los índices normales de otras zonas del país. Es verdad que no se puede consentir que en Melilla haya un consumo de 400 litros por cabeza y día cuando lo normal es que sean unos 200. Pero eso no se arregla bajando la presión del agua en la teoría, cortándola en la práctica, cuando a una parte de la población no le afecta al tener depósito y a otra, que aunque minoritaria también es muy importante, se le deja durante horas sin agua.
La Ciudad Autónoma tiene medios para comprobar quiénes son los melillenses que más agua gastan y en su caso, penalizar ese mayor consumo de un bien que, recordemos, es de todos y hay que usar con moderación. También se debería volver a las campañas de concienciación de antaño, que no deberían haber desaparecido nunca, para recordar que el agua sigue siendo tan escasa y limitada como preciada. Y también, como dijo el consejero a este Periódico, buscar si hay enganches ilegales que están vaciando, literalmente, nuestros depósitos. Estas son las medidas que se deberían haber tomado antes de tomar una decisión tan drástica como es dejar sin agua a miles de melillenses, que se ven en pleno siglo XXI como en el pasado, intentando pasar la tarde y buena parte de la noche a base de garrafas y cubos porque sus grifos están secos. Que encima tengamos que escuchar que dentro de tres años Melilla tendrá la mejor agua de España, como dice la misma Consejería que nos está dejando sin una gota durante horas cada día, suena en estos momentos a una utopía.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€