Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Una triste tradición

Que la Asamblea de Melilla no pueda constituirse a la vez que la inmensa mayoría de corporaciones elegidas democráticamente en España se ha convertido en una triste tradición con la que nadie gana, sino que todos perdemos. Y todo porque a Coalición por Melilla le cuesta asumir lo que los electores deciden con sus votos Una triste tradición
Que la Asamblea de Melilla no pueda constituirse a la vez que la inmensa mayoría de corporaciones elegidas democráticamente en España se ha convertido en una triste tradición con la que nadie gana, sino que todos perdemos. Y todo porque a Coalición por Melilla le cuesta asumir lo que los electores deciden con sus votos. Ni siquiera ahora, cuando el PP ha perdido su mayoría absoluta, CpM es capaz de reconocer que la mayoría de los melillenses no quieren que gobierne la Ciudad Autónoma porque han dado sus votos a otras formaciones políticas, mayoritariamente el PP.

Está claro que CpM tiene el derecho legítimo a presentar cuantos recursos quiera, pero cuando de ello se deriva una consecuencia tan notoria para las más de 87.000 personas que pueblan Melilla, como es la paralización de la Administración y la continuidad de la incertidumbre sobre el futuro político, la decisión debería estar muy justificada y argumentada. Lo contrario da lugar a pensar que lo que se está haciendo es impugnar por impugnar, castigando a quienes no han querido elegir libremente la opción de CpM. Porque si algo parece seguro, es que los cepemistas no estarían dispuestos a impugnar unas elecciones que ellos ganaran.

Esto es lo que parece que está ocurriendo ahora, cuando CpM ha decidido presentar un contencioso-electoral ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por los famosos sobres y papeletas de color sepia más claro, los cuales, recordemos, fueron previamente validados por la Junta Electoral de Zona. La normativa electoral, como viene recogida en una edición del BOE de 2011, también les daba validez al señalar que el color de las papeletas y sobres de las elecciones en Melilla debe ser de color sepia, cualquiera que sea su tonalidad. Pese a todo, CpM impugnó en las mesas electorales y éstas no le dieron la razón. Después siguió en la Junta Electoral de Zona y en la Junta Electoral Central, también con el mismo resultado. El último cartucho para CpM es la vía judicial, aunque eso suponga retrasar la formación de la nueva Asamblea veinte días más. Y ha decidido recurrir a él, quizá para ver cómo por cuarta vez le dicen que no lleva razón.
¿Qué sentido tiene? Ninguno, salvo que detrás de todo esto haya un objetivo de ganar tiempo para convencer a los partidos minoritarios de que uniendo fuerzas con ellos, lograrán dejar en la cuneta al PP, aun cuando eso suponga seguir el camino contrario de lo que los melillenses dijeron con sus votos hace hoy 19 días. Todos, incluidos aquellos que no impugnan pero están de acuerdo, como el PSOE, deberían asumir el resultado electoral, por mucha rabia que les dé, porque en eso consiste también la democracia.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€