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Atril ciudadano

¡Una boda mágica ! ¡Una historia de verdadero Amor! Deborah y Miriam: dos brujas de Hogwarts

Siempre una boda es motivo de alegría. Ver como dos personas que se quieren dan un paso más en sus vidas y buscan el unirse y afianzar ante la Administración o la Iglesia, según los casos, ese sentimiento que un día nació sin saber cómo ni por qué. Rubricando con una firma, un papel que acredita ya que son matrimonio.
Recurrir a la frase “la realidad supera la ficción” viene en este caso como “anillo al dedo”. Este sábado día 23 de septiembre, cuando el otoño se estaba asentando como nueva estación. Amaneció nublado pero poco a poco el sol con su fuerza fue apartando una a una las nubes que le cubrían para dejarse ver y lucir con todo su esplendor. ¡La ocasión lo merecía!. En esta pequeña ciudad española del norte de África estaba a punto de ocurrir un hecho maravilloso.

Dos seres increíbles, que un día se conocieron de manera fortuita, una gallega y una melillense, dos mujeres con una fuerza tremenda que han sabido luchar contra viento y marea porque solo cuando hay amor verdadero, éste lo puede todo. Salvar distancias geográficas, comprender las ausencias motivadas por razones laborales, pero todo ello queda en un segundo plano, porque no hay nada más maravilloso que ver el brillo en los ojos de dos personas que con la mirada se lo están diciendo todo.

No fue un sábado cualquiera LA PÉRGOLA dejó por unas horas de serlo para convertirse en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Todos los presentes fuimos “casi” alumnos aspirantes para ver como “dos brujas “, Deborah y Miriam, llegaban con el atuendo que las acreditaba como tales. Como no podía ser ni era una boda cualquiera ellas, en lugar de anillos, se intercambiaron sus varitas con las que seguro lograran que cada día de su vida en común esté lleno de magia. De una fortaleza inusual que solo los magos poseen y que hará que cada momento juntas sea más especial que el anterior.

Quienes tuvimos el privilegio de vivir en primera persona tan emocionante celebración estoy segura que no la olvidaremos nunca. Fuimos testigos de unas situaciones difíciles de describir porque hay que estar allí y verlas sobre todo con los ojos del corazón.

Los hermanos, a la vez que padrinos, a pesar de su voz quebrada, lo decían todo. Los padres, presentes y ausentes por motivos de salud, orgullosos y felices por tener la satisfacción de ver tanta felicidad en sus hijas. La abuela Carmen, que sacó fuerza de flaqueza y a pesar de la emoción les dirigió unas bellísimas palabras escritas desde el corazón y la experiencia de quien ha compartido su vida con un ser especial que hoy es un Ángel que vela por todos ellos. Especial fue también para la tía Mª Carmen, a quien me une una amistad desde la etapa colegial, y que recibió un detalle en agradecimiento por parte de las novias por “todo cuanto representa en sus vidas”.

Tíos, primos, demás familiares y amigos, sobre todo estos últimos, los de la infancia que con sus varitas les hicieron un mágico pasillo hasta el salón y les regalaron una coreografía con todo el arte y cariño de aquellos que deseaban contribuir con su baile a que el día fuese un poco más inolvidable. Debo confesar que a lo largo de mi vida he asistido a muchas bodas pero lo que yo sentí este sábado no lo había vivido nunca.

Al escribir estas líneas quiero dejar constancia pública de mi agradecimiento por permitir que mi familia estuviera presente en un día tan importante en vuestras vidas. Que yo me sintiera un ser privilegiado por poder ser testigo, como ya he mencionado antes, de un episodio tan importante para vosotras.

El sábado escribisteis la primera página del libro de Deborah y Miriam, solo espero y además os deseo de corazón que cada capítulo este lleno de belleza. Que vuestro amor se vaya fortaleciendo cada día más. Que seáis capaces de afrontar con fuerza y valentía aquellos que no sean tan buenos. Pero sé que vosotras, dos bravas norteñas, podréis con todo y con todos.

Y a ti Miriam decirte que desde el sábado eres una “galimeli” (una gallegamelillense) que has sabido ganarte nuestros corazones. Mi admiración ya la tenías desde hace mucho tiempo, pero ahora ya formas parte de mi círculo de seres queridos.
¡MUCHÍSIMA FELICIDAD A LAS DOS!
Con todo mi cariño
ISABEL

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