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CARTA DEL EDITOR

Un nuevo partido local

Logró Ayuso que el 4 de mayo fuera otro 2 de mayo madrileño, u otra revolución de la comunidad madrileña como la épica revuelta, en 1521, del pueblo de Castilla contra el abuso de poder de Carlos V / Conviene recordar que en Melilla -la que tiene los peores resultados anticovid de España- la Sanidad depende directamente del Gobierno Central. / Los empresarios, los comerciantes, los autónomos deberían participar activamente en la politica melillense, probablemente vía un nuevo partido local e interétnico “La decisión de Eisenhower de refugiarse en el no hacer nada fue progresiva por defecto”, aseguraba en “La economía de la crisis” Eliot Janeway, un libro publicado en 1978 que sigue hoy plenamente vigente. No hacer nada, cuando se cobra del dinero de los demás para hacer algo, es un defecto, no una virtud. Escudarse en los funcionarios públicos para no tomar decisiones es un error político inexcusable. Y eso es lo que está ocurriendo con demasiada frecuencia en Melilla.
He estado y sigo estando estos días en Madrid. Jamás había visto y sentido, a todos los niveles, un clima de euforia y alegría política como el que durante estos días se puede palpar en Madrid tras lo ocurrido el pasado 4 de mayo y el éxito espectacular de Isabel Díaz Ayuso. Es evidente que la presidenta de la comunidad madrileña no se dedicó al dulce no hacer nada sino a todo lo contrario: a bajar los impuestos -ese robo legalizado-; a apoyar en lo posible las libertades de movimiento, de trabajo; a abrir hospitales; a recibir a los madrileños que querían ser oídos; a ser natural y a alejarse de la funesta manía de asustarse ante la presunta -y falsa- superioridad moral del sociocomunismo. Con tan -presuntamente- ligero equipaje, con tal arquetipo quijotesco (“Por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida”), logró Ayuso que el 4 de mayo fuera otro 2 de mayo madrileño, como el de 1808, u otra revolución -pacífica en este caso- de la comunidad madrileña como la épica revuelta, en 1521, del pueblo de Castilla contra el abuso de poder de Carlos V, si bien terminada, en esta ocasión electoral de 2021, de manera victoriosa.

Pandemia
Me envía Jacinto Montes un mensaje con los ritmos de vacunación de las diecisiete autonomías y de las dos ciudades autónomas españolas. Navarra, con el 93,5% está a la cabeza, mientras que Melilla, 79,3%, está en la cola. Es una pésima situación, esa que nos coloca a menudo, casi siempre, entre los peores de España en casi todo. Debe ser por algo que hacemos especialmente mal, supongo.
Quizás es que en nuestra ciudad la libertad no brilla por su presencia, sino que se padece su ausencia, en comparación con el resto de España, a pesar de que en nuestro país la libertad -excepto en Madrid- tampoco se encuentra en su mejor momento. Sin libertad no hay progreso. Dependiendo casi todo de la administración pública, como ocurre en Melilla, no hay creatividad, no hay iniciativas. Hay dependencia, no libertad. Y el resultado es muy, muy malo, como todos los indicadores nos demuestran.
El inteligente y oportuno artículo de Miguel Platón de ayer, “Pandemios”, aclara y hace pensar muchas cosas sobre el covid-19, entre ellas: todavía desconocemos su origen; no se han podido evitar los contagios masivos; no se conocen las causas de los contagios; la verdadera (por el Gobierno falseada) mortalidad causada en España por el covid 19 -más de 100.000 muertos- supera a la causada en los frentes de combate durante la guerra civil de 1936-1939; el sectarismo ideológico y la mediocridad llevaron a que las medidas anticovid se adaptaran en España tarde, mal y -em muchos casos- ineficazmente; el incapaz doctor Simón debería haber sido cesado de inmediato (o jamás debería haber sido nombrado); el principal objetivo del Gobierno no han sido los contagios, sino la propaganda (como en cualquier gobierno socialcomunista es habitual). Y conviene recordar que en Melilla -la que tiene los peores resultados anticovid de España- la Sanidad depende directamente del Gobierno Central.
Un nuevo partido local
El denominado “caso del contrato de la grúa” -por el que están denunciados y acaban de declarar en el Juzgado, entre otros, el presidente Eduardo de Castro y el ex consejero y conocido gafe Julio Liarte- es probable, y deseable, que no se diluya en la apelación a un pasado remoto culpable de todo, según los gobernantes del momento, o en el “yo firmé por obligación”, alegado por De Castro, o en señalar a otro como presunto culpable en vez de él, como hizo Liarte.
Los empresarios afectados por el caso me parece que no van a cesar en sus denuncias, ni en su indignación por la actuación general de este Gobierno y por los daños directos que a ellos, como a otros muchos empresarios locales, les pueden haber causado. Esos empresarios afectados, me consta, están dispuestos a participar, directa o indirectamente, en la política local, porque creen, como la inmensa mayoría de los melillenses, que la situación política local es insoportable y harto peligrosa para el presente y el inmediato futuro de la ciudad.
La postura habitual de los cada vez más arruinados y condicionados empresarios melillenses ha sido casi siempre la de no participar en la política, pero -como, aunque se quiera no participar en la política, esta, la política, sí participa e influye, demasiado, en todos nosotros- el resultado de tal postura absentista es tan lamentable como el que todos padecemos. ¿Es conveniente continuar así, hasta la muerte casi absoluta de la actividad económica local? Evidentemente no. Así que la conclusión es evidente: los empresarios, los comerciantes, los autónomos deberían participar activamente en la politica melillense, probablemente vía un nuevo partido local e interétnico y que agrupe también a otros partidos e intereses ahora dispersos y maltratados, por ejemplo.

Posdata
Unos apuntes que le gustarán a mi amigo Jacinto Montes y que me retrotrae a una de las actividades directivas laborales que ejercí hace años, en el Grupo Osborne: El diario ABC ha fichado a una reconocida sumiller, Pilar Cavero, como su nueva experta en vino. “El vino debe volver a su idea inicial, que es ser algo que alimente, dé placer, ayude a desconectar y muestre cosas nuevas”, declara acertadamente Pilar Cavero. Ese es el camino a seguir en un sector tan importante para España como el del vino que, como tantos otros, está pasando muy malos momentos.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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