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Tragedia en Marruecos

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Alegría en Melilla por la Feria, pero inmensa tristeza por el terrible terremoto en el Sur de Marruecos y su secuela de muertos y heridos. Todo pierde importancia ante tamaña tragedia. Pero hemos de volver al día a día.

Declara Nicolás Redondo Terreros, que fue Secretario General del PSE-PSOE, en el ABC del 6/9: “El PSOE está dispuesto, hoy, a negociar un gobierno a precios inimaginables. Se echa en falta una izquierda reformista, nacional, capaz de mirar al futuro, de pensar más en España y que defienda la igualdad de los españoles ante la ley”. Nicolás Redondo se declara un socialista que es ciudadano antes que afiliado.

Un ciudadano es una persona, un individuo, con derechos. Alguien que, antes de ser él mismo es afiliado de un partido, no es un ciudadano, ni alguien libre. Cualquier socialista libre, no masa, se negaría a votar a favor del separatismo. Las coaliciones que se pueden hacer desde la posición secundaria (que tiene el PSOE de Sánchez tras las elecciones) son extravagantes y peligrosas. Romperán, entre otras cosas, la igualdad ante la ley, principio fundamental de la democracia y la libertad. El autogolpe lo protagonizarán un camorrista (Pedro Sánchez) y un forajido majareta (Puigdemont), como escribe el ex de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, que lo afirma, sin utilizar esos condicionales posibilísticos a los que es adicto nuestro buen Senador por Melilla (antes Diputado).

El Tribunal Supremo acaba de afirmar que la amnistía “abre un irreparable boquete en el Estado y vulnera la igualdad entre españoles”. Como diría mi admirado y buen amigo el senador Fernando…Otazu, “es posible poder creer” que la amnistía que trata de imponer Puigdemont a través del que parece (según terminología de Otazu) pro marroquí y ansioso de poder Pedro Sánchez, es ilegal y anticonstitucional. “Parece” que puede ser anticonstitucional pero, de hecho lo es.

No es Nicolás Redondo el único socialista notable que no está de acuerdo con lo que está haciendo Sánchez para intentar mantenerse en la presidencia de este país, todavía conocido como España. Felipe González y Alfonso Guerra ya se han manifestado en el mismo sentido que Redondo. Once ministros o ex ministros de Sánchez -Grande Marlaska o Félix Bolaños, entre ellos- ya lo hicieron en 2022, hace solo un año. Ahora, como niños obedientes, se les ha olvidado, reafirmando la certeza del dicho de que “el niño es gobernado; el hombre (libre) se gobierna a sí mismo”.

Pero, en fin, la triste realidad es que, como resume Juan Manuel de Prada, si en el Parlamento y en el Tribunal Constitucional hay una mayoría favorable a la amnistía- y la habrá- la amnistía que exigen Puigdemont, Yolanda Díaz y Pedro Sánchez se aplicará a los que posibiliten que Sánchez siga siendo presidente, por mucho que hayan delinquido y de nada se arrepientan.

 

Gestión en Melilla

Mi tarea es un 10% de liderazgo y un 90% de gestión, declara Isabel Díaz Ayuso y lo recoge Federico Jiménez Losantos, en su bastante plúmbeo último libro, ‘El retorno de la derecha’, que acabo de terminar de leer, no sin esfuerzo.

En mi opinión, lo mejor del libro es el capítulo VI, ‘Isabel Díaz Ayuso. Un fenómeno sin precedentes’, 66 páginas, nada menos, cuyo último párrafo es: ‘“A la coexistencia de Feijóo y Ayuso, que mientras exista será la prueba de que a la derecha le van bien las cosas, cabría aplicarle la fórmula de Raymond Aron sobre la tensión nuclear USA-URSS: Paz, imposible; guerra, improbable”.

En Melilla, tras un largo y tortuoso camino, el liderazgo político de Juanjo Imbroda es indiscutido, dentro de su actual partido, el PP melillense. Y creo que es el momento -en cuanto termine nuestra larga Feria- de que el presidente Imbroda se aplique la frase de Ayuso, eso de que el 90% de su tarea es gestión, en el sentido que ella ha dado al término gestión: rodearse de personas de valía (la fidelidad al jefe es un valor, pero no el único, ni el más importante) y hacer lo que le dicen las personas de valía que debe hacer. Especialmente en el ámbito económico y muy especialmente -en el caso melillense- en el desarrollo, posible, de lo que se conoce como el poder blando: deporte, turismo y cultura.

Veremos lo que se escribirá -y lo que escribiré- en el futuro sobre lo que ha ocurrido en el presente. “El periodista es el novelista del futuro”, escribió el franco-cubano Alejo Carpentier. Cuando alguien escriba una novela que abarque pongamos un período de cuarenta años -de Melilla, por ejemplo y como será mi caso- “recurrirá a los periódicos (MELILLA HOY) que alimentarán la novela del futuro, basada en los testimonios y las crónicas periodísticas del periodismo pasado”.

 

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Redacción

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