Para hacernos una idea de en qué manos ha estado y está el PSOE, y horrorizarse de ello, basta leer algunos párrafos de la carta que el por entonces presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, envió al tirano Fidel Castro el 7/4/2007: "Querido y admirado Presidente, mi Comandante….mi generación se ha educado con la vista puesta en la Cuba comunista y en la figura irrepetible de Fidel Castro, centinela de la libertad (…) Cuba es hoy, gracias a Vuestra Excelencia, un paraíso de libertad, una nación justa…con un pueblo libre" Hemos vivido una semana de fútbol europeo. Nunca he comprendido, y sigo sin comprender, la razón por la que el fútbol mueve tanto interés en tanta gente en todo el mundo. En mi opinión es un deporte que, al jugarse con los pies, resulta aburrido, tiene poco ritmo, pasan pocas cosas, hay demasiado tiempo casi muerto. Sólo puedo aguantar y ver un partido entero si tengo interés en que gane un equipo (en mi caso el Madrid, el equipo que me gusta desde que, siendo yo muy pequeño, vi jugar al gran Alfredo Di Stéfano). Sólo comprendo el enorme interés que el fútbol suscita en el mundo por la existencia de la pasión, a favor o en contra de un equipo, además de por la portentosa atención que los medios de comunicación prestan a ese deporte. Una muestra más de esa atención la hemos tenido en esta última semana.
El primer aldabonazo furioso se produjo tras el partido de la Champions entre el Barcelona y el Atlético de Madrid. La actuación del árbitro, alemán, fue tan inocultablemente parcial y perjudicial para los madrileños (o tan beneficiosa para los barcelonistas, si se prefiere) que la mayoría de los medios estallaron por lo que se considera durante ya hace mucho tiempo, en España y en Europa, y como los fríos datos demuestran, un trato de favor al equipo que se declara "más que un club" y estandarte del separatismo (ni me gusta, ni me parece adecuado, lo de "independentismo") catalán. Por supuesto que todos los humanos, incluyendo a los árbitros, a los jueces, a las fiscales, a los periodistas, los políticos, los escritores, etc, etc, nos equivocamos. Errar es humano, consustancial con el hombre (y la mujer, claro). Pero equivocarse repetidamente y casi siempre en la misma dirección (como la Salander y todo el tinglado montado para subvertir la libertad y la democracia, o como el árbitro del pasado miércoles) deja de ser un error, para convertirse en una injusticia. Una injusticia que no se puede, ni se debe, tolerar, se produzca en el ámbito en la que se produzca y provenga de quien provenga, por mucho poder que tenga.
También el Real Madrid lleva sufriendo, desde hace mucho tiempo y en fútbol y baloncesto, unos arbitrajes más que perjudiciales, como, repito, los fríos datos demuestran y como se pudo comprobar recientemente en sus partidos contra el Barcelona (el Madrid jugó bien y ganó por 3 a 1, no por 2 a 1) y contra el alemán Wolfsburgo (el Madrid jugó mal, pero con un árbitro normal hubiera empatado, en vez de perder 2-0). Pero hablar bien del Madrid, como hacerlo de España o del PP, no está hoy bien visto, no es "progre" y en los medios de comunicación, como dice Herman Tertsch a propósito de la actual situación política, "la pujanza y onmipresencia de la ultraizquierda ha arrollado a la mediocridad de las defensas mediáticas del PP", de la misma manera que ha ocurrido con el tratamiento general que los medios, especialmente los deportivos, hacen del Madrid, que se defiende desde que Mouriño se fue (le echaron los medios) y los valdanistas retornaron, casi tan mal como el PP de Rajoy, pidiendo, de manera casi vergozante, "respeto" a los árbitros, en vez de justicia.
Mientras nos entretenemos con el fútbol, más o menos como los romanos hacían con el circo (aprovecho para recomendar, a todo aquel que tenga tiempo, la lectura de la espléndida trilogía -Los asesinos del emperador, Circo Máximo y La legión perdida- que Santiago Posteguillo ha dedicado al primer emperador romano de origen hispano, el gran Trajano) pasa el tiempo y seguimos con el Gobierno en funciones, sin vislumbrarse una posibilidad real de Gobierno alternativo, salvo que se produzca la que sería la inmensa e irreparable catástrofe nacional de un gobierno Sánchez (parte del PSOE), Podemos y separatistas varios.
Para hacernos una idea de en qué manos ha estado y está el PSOE, y horrorizarse de ello, basta leer algunos párrafos de la carta que el por entonces presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, envió al tirano Fidel Castro el 7/4/2007 y de la que, para no martirizar en exceso a nuestros lectores, extracto literalmente algunos párrafos: "Querido y admirado Presidente, mi Comandante….mi generación se ha educado con la vista puesta en la Cuba comunista y en la figura irrepetible de Fidel Castro, centinela de la libertad, caudillo del Caribe por la gracia del destino histórico y comandantísimo de los ejércitos de Tierra, Mar y Aire… Cuba es hoy, gracias a Vuestra Excelencia, un paraíso de libertad, una nación justa…con un pueblo libre que disfruta de un alto nivel de vida, habiéndose sustituido en todas vuestras ciudades el caduco signo de la cruz por el de la hoz y el martillo… Los llamados presos políticos no son otra cosa que mercenarios al servicio de una potencia extranjera, traidores a la patria o terroristas que pretenden socavar los cimientos de la gloriosa Revolución, el régimen establecido por Vuestra Excelencia, que es ejemplo en todo el mundo de respeto a los derechos humanos y a las libertades… Vuestro país, hollado un día por aquella España de infausta memoria, colonialista, católica e inquisitorial… Aprovecho esta carta, mi Comandante, para implorarle que me conceda el alto honor de permitir que España se incorpore al eje Castro-Chávez-Evo….Quedo como siempre a la entera disposición de Vuestra Excelencia con mi renovada admiración y mi deseo permanente de seguir recibiendo vuestras enseñanzas. En Madrid, y en el Palacio de la Moncloa, a 7 de abril del año 2007".
Para cualquiera que haya estado en Cuba, como yo he hecho varias veces, en las que he podido admirar ese fantástico país, tan ligado a España, y a su extraordinaria gente, martirizada, sojuzgada, -excepto los millones que pudieron huir- arruinada por el castrismo, lo de Zapatero es algo increíble. Avergüenza comprobar en qué manos estuvo nuestro Gobierno y aterra pensar en qué manos estaríamos con un gobierno como el de Sánchez-Iglesias e incorporados, como Zapatero implora, al eje Castro-Maduro-Evo-Irán, con un nivel de vida como el que padece el pueblo -no los dirigentes- de Cuba, Venezuela, Bolivia e Irán.
Está de moda decir lo malo que sería tener que repetir las elecciones, pero creo que lo peor sería ese gobierno auspiciado y permitido por Podemos y, respecto a las elecciones, lo bueno es que ahora los electores saben mejor que antes cómo son los distintos partidos y lo que nos puede esperar.
Posdata. Me parece interesante para nuestros lectores y para todos aquellos a los que interese el futuro de España y de Melilla que lean/relean los artículos de Carlos Entrena (El pato cojo) y de Isabel Benjumea (Democracia, proyecto y libertad) que publicamos ayer en la página 22 de este diario.
