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Rabia y animadversión, tras lo de Ceuta

¿Es posible que un gobierno socialcomunista mantenido por separatistas antiespañoles, como el presidido por Pedro Sánchez, tenga buenas relaciones con el gobierno de Estados Unidos, la primera potencia económica (capitalista, liberal, democrática) y militar de la Tierra? Posible, en teoría, lo es todo, pero los hechos, la realidad, demuestra a menudo lo contrario.
Y si nuestro Gobierno no tiene -porque Estados Unidos no quiere mantener buenas relaciones con un Gobierno como el de Pedro Sánchez- buenas relaciones con EEUU, ¿es posible mantener algún tipo de verdaderamente buena y equilibrada relación con Marruecos, un país que oficial y permanentemente declara que se quiere hacer con parte del territorio español, Melilla y Ceuta para empezar, y que es declarado aliado de EEUU (tema Israel incluido)? De nuevo la realidad nos demuestra que no es posible esa buena relación hispano-marroquí y la invasión de Ceuta del lunes pasado lo demuestra, una vez más.

Un asalto de cuya posibilidad, según me aseguran desde fuentes fiables, los servicios secretos españoles informaron a nuestro Gobierno doce días antes de que se produjera, sin que hubiera reacción gubernamental alguna, como es habitual en este Gobierno, muy dado a la propaganda vacua y las consignas sectarias, pero nada proclive a la acción eficaz. Gloria Rojas, vicepresidenta primera de nuestra Asamblea, tan ridículamente bailarina en un día tan triste como el lunes, es un claro ejemplo melillense de ese inmenso sectarismo vacuo y de esa incapacidad de actuar eficazmente.

Tras la tragedia ceutí y la turbia calma actual: “La única escapatoria digna que tiene Sánchez es poner en marcha un anillo de protección infranqueable en torno a Ceuta y Melilla, así como en los peñones de soberanía española y en Canarias. Un cinturón inaccesible por tierra, mar y aire” (La Razón, 19/5/2021). ¿Lo hará, le dejarán hacerlo -suponiendo, que es mucho suponer, que él quisiera- sus socios gubernamentales comunistas e independentistas? Me parece que no, pero ya lo iremos viendo.

En Ceuta el PP tiene 9 diputados, el PSOE 7, Vox 6 y los partidos dirigidos por Fátima Hamed y Mohamed Mohamed suman 3. Después de los sucesos del pasado lunes y de las visitas a Ceuta de Santiago Abascal, primero, y Pedro Sánchez, después, y tras comparar la actitud de muchos ceutíes ante uno y otro, ¿quién ganaría ahora las elecciones, si las hubiera, en Ceuta? ¿Y en Melilla? ¿Y en España?
“Es posible que Sánchez pase a la historia de la democracia española por haber sido capaz de despertar la más intensa oleada de rabia y animadversión que se recuerda”, escribió José María Marco en La Razón, el jueves. Sí, es muy posible que eso ocurra… por mucho que les indigne a sectarios (sectarias o sectaries) como Gloria Rojas.

Sectarios como el mismo Pedro Sánchez quien, tras visitar fugazmente Ceuta y Melilla, declaró su admiración por Francisco Largo Caballero, “el Lenin español”, que fuera designado presidente del Consejo de Ministros por Manuel Azaña el 4 de septiembre de 1936, ex colaborador con la dictadura de Primo de Rivera, partidario de la creación de un partido único del proletariado y de la guerra civil (que creía ganada) y responsable -junto con su ministro de Hacienda, Negrín- de haber entregado a la URSS el oro del Banco de España. Con esas referencias: ¿está justificada la oleada de rabia y animadversión que despierta el actual presidente del Gobierno de España? Me parece que sí.

Veo La Sexta y compruebo que hay otro notable sectario, en el ámbito internacional y económico: Thomas Piketty, un economista progre que escribe gruesos libros y vende mucho. Para demostrar lo indemostrable -que el socialismo multifracasado puede sustituir al capitalismo creciente- no puede evitar, como hacen Pedro Sánchez y compañía progre (Gloria Rojas en el último escalón), adjetivar el socialismo, para que parezca otra cosa, porque lo que parece ya no es “cool”, como dice la pareja de Pedro Sánchez. Así, Piketty califica y rebautiza al socialismo, como: participativo, federal, democrático, ecológico, mestizo y feminista, según recoge Carlos Rodríguez Braun en uno de sus artículos de La Razón. Nada puede ser lo que es, sino lo que quieren que parezca que es, pero ni así logra convencer Piketty de las excelencias del socialismo, excepto a los sectarios ya preconvencidos a pesar de todas las múltiples evidencias contrarias.

Posdata
Una buena noticia, en medio de tantas malas: parece que, por fin, se va a construir un hotel en el durante tantos años olvidado Cargadero de Mineral, que es una joya melillense. Un buen y acreditado arquitecto, Rafael Guerras, es una garantía de que el hotel, de nombre Mar de Alborán y a pesar de las previsibles dificultades de explotación rentable, no desentonará, sino todo lo contrario. Ojalá se materialice pronto ese gran proyecto, que el anterior Gobierno -como tantos otros proyectos, el hotel en la Casa del Gobernador de El Pueblo, por ejemplo- debería haber realizado y concluido hace años, por cierto.

Y un recuerdo final de un gran melillense, un pensamiento muy útil en estos tiempos transpandémicos y de limitación de la libertad: “Lo que esperan los españoles es el reconocimiento de que el derecho individual es la fuente, la norma y el criterio de toda moral” (Fernando Arrabal, “Carta a José María Aznar. Con copia a Felipe González”, 1993).

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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