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Melilla cumple 5 años sin aduana y con mal augurio: “Ahora tenemos comercio atípico a la inversa”

La aduana comercial de Melilla permanece cerrada unilateralmente por Marruecos desde hace cinco años, lo que ha empeorado la situación económica. Además, se registra un comercio irregular con mercancías sin controles sanitarios, denuncia la CEME. El régimen de viajeros tampoco funciona. La CEME lamenta que el panorama político y la falta de interés de Marruecos dificultan una solución.
aduana paralizada

Acaban de cumplirse cinco años desde que Marruecos, de manera unilateral, cerró la aduana comercial que funcionaba en Melilla sin problemas desde hacía más de seis décadas. La situación en este lustro, lejos de mejorar, ha empeorado, según la Confederación Melillense de Empresarios (CEME-CEOE), que recuerda que desde la reapertura de la frontera en mayo del año pasado tampoco funciona el régimen de viajeros y, lo que es peor: ahora se está dando “un comercio atípico a la inversa” por la mercancía que está entrando de manera irregular desde Marruecos, sin controles sanitarios. A ello se une, además, una incertidumbre en el panorama político que tampoco ayuda a despejar los malos augurios.

En declaraciones a MELILLA HOY, el presidente de la CEME-CEOE, Enrique Alcoba, ha admitido que en la patronal tenían esperanzas de que se produjera la anhelada reapertura tras el viaje a Rabat del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la que España y Marruecos dieron por iniciada una nueva etapa de relaciones.

Aquello ocurrió el 7 de abril de 2022 y la normalización en los tránsitos comerciales se plasmó entre los acuerdos pero, como señala Alcoba, ha pasado cerca de un año y medio y, desde entonces, “no ha habido ningún cambio”.

“Lo único que ha habido son las dos o tres acciones que se han visto de pasar un camión con aluminio, otro con otras mercancías… pero eso no es nada”, ha dejado claro el presidente de la CEME-CEOE. Sobre todo cuando desde esta organización siguen sin entender la razón de estas pruebas en una aduana en la que, antes de su cierre, se habían realizado “miles de transacciones comerciales”.

La patronal de Melilla cree que la situación ahora ha empeorado porque ya no se limita únicamente a que la aduana está cerrada, sino que a ello se le unen otras dos circunstancias que perjudican gravemente a la actividad empresarial de la ciudad: el hecho de que no se esté cumpliendo el régimen de viajeros desde Melilla hacia Marruecos y “el comercio atípico a la inversa” que se está empezando a registrar desde Marruecos hacia Melilla por la entrada ilegal y sin control de mercancías.

Sobre esta última cuestión, Alcoba se ha referido, por ejemplo, a los más de 80 kilos de pescado y marisco procedente del país vecino que la Guardia Civil detectó hace unos días cuando los estaban descargando desde una embarcación en el Puerto Noray a un vehículo.

“Estamos viendo que están entrando mercancías por diferentes sitios, pero con el peligro de que no tienen controles sanitarios, con lo que eso puede suponer para la población de Melilla”, ha apuntado el presidente de la CEME-CEOE para recalcar que el perjuicio va más allá del económico por la competencia desleal.

 

Régimen de viajeros

En cuanto al régimen de viajeros, tampoco ha habido cambios desde que la patronal empezó a denunciar las diferencias que se estaban dando en la frontera a la hora de pasar productos personales a un lado y a otro. Mientras en el español se permite pasar con pequeñas compras y artículos personales, en el marroquí lo están impidiendo, pero solo si se procede de Melilla y Ceuta.

Así, Alcoba ha destacado el doble rasero que los agentes fronterizos de Marruecos están aplicando este verano, ya que sí permiten pasar en régimen de viajeros los enseres de ciudadanos que llegan a aquel país procedentes de otros lugares que no sean las dos ciudades autónomas, algo que se está pudiendo comprobar en la Operación Paso del Estrecho (OPE).

La CEME-CEOE critica que se esté permitiendo que esto pase, porque el régimen de viajeros “funciona en todas las ciudades del mundo”.

 

Sin interés de Marruecos

La secuencia de los actos desde el cierre de la aduana comercial el 1 de agosto de 2018 evidencia, en palabras de Alcoba, que “Marruecos no tiene ningún interés” en reabrirla. El Gobierno de España, por su parte, “ha salido muy poco a negociar, ha sido poco contundente y poco enérgico”.

“A las pruebas nos remitimos”, ha agregado el presidente de la CEME al señalar que la aduana lleva 5 años cerrada y el régimen de viajeros no funciona desde hace casi uno y medio, una situación que padecen las empresas y comercios de Melilla, que siguen sin entender cómo aquí no se pueden realizar transacciones económicas “entre dos países civilizados y entre dos ciudades, como pasa en prácticamente cualquier parte del mundo”.

 

Incertidumbre política

Alcoba reconoce que el panorama político tras las elecciones generales tampoco ayuda a que este problema pueda resolverse. “Es otra incertidumbre más porque el Gobierno que salga, sea de un bloque u otro, será un reino de taifas porque va a ser imposible gobernar el país” al tener la llave partidos minoritarios o incluso independentistas “que están en contra de la Constitución”.

Esto, reconoce la CEME-CEOE, es un tema que se les escapa y no está en sus manos, pero aquí ya se nota porque “el Gobierno, en lo que menos está pensando, es en Ceuta y Melilla y en los problemas que tenemos aquí. Están pensando en seguir gobernando, en ver quién gobierna y en el mercadeo en el que se ha convertido España” a cambio de apoyos parlamentarios.

“Un mercadeo -añade Alcoba- que nos está costando al resto de ciudadanos” porque, si finalmente la llave de la gobernabilidad está en manos de partidos independentistas, “ni se sabe lo que se pueden estar llevando” a regiones como Cataluña y País Vasco a cambio de ese apoyo.

En definitiva, “un marco que no es muy favorable” a resolver la situación de la aduana que la patronal entiende que debe ser solucionada ya después de cinco años de cierre.

Y es que, como apunta Alcoba, “el músculo empresarial aguanta hasta donde aguanta”, pero “estirar esto más es cada vez más difícil”.

 

Cierres, traslados y cambios de empresas

“El potencial de empresarios con el trabajo que existía alrededor de la frontera y que se dedicaba al mayor y a vender a Marruecos, lógicamente está desaparecido ahora mismo. No pueden hacer nada”. De esta manera, el presidente de la CEME-CEOE, Enrique Alcoba, resume el impacto económico que ha supuesto el cierre de la aduana comercial en el sector productivo de nuestra ciudad.

Para sobrevivir, buena parte de esas empresas se han tenido que marchar de Melilla, unas con destino a la península, desde donde siguen operando con Marruecos, y otras, directamente, al país vecino. Para otras empresas, que la aduana no funcione ha supuesto su propio cierre y para otras, un cambio de actividad.

Hace seis meses, la asociación de comerciantes fronterizos Acsemel ofreció sus propias cifras sobre lo que ha supuesto el cierre de la aduana en su sector: la pérdida del 90 % de su negocio y, al menos, 800 puestos de trabajo entre autónomos y empleados. El PP, tras reunirse con esta asociación a finales de febrero, defendió la puesta en marcha de “una línea especialísima de ayudas” para las empresas que han sufrido el cierre de la frontera por tener “monocultivos” enfocados a ese comercio entre Melilla y Marruecos, de manera que puedan dedicar esa financiación a su reconversión y adaptación.

 

“Decisión hostil”, según Imbroda

El cierre de la aduana comercial fue uno de los ejes del discurso de investidura de Juan José Imbroda como presidente de la Ciudad Autónoma hace algo más de dos semanas. Ante numerosas autoridades, incluida la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, y una amplia representación de la sociedad melillense, Imbroda calificó el cierre aduanero como “una decisión hostil” de Marruecos porque provocó “un golpe mortal a nuestra economía y la ruina de muchas empresas y comerciantes”.

“Hoy sigue cerrada herméticamente, produciéndose además la paradoja, más bien el agravio, que se permite el régimen de viajeros aduanero de Marruecos a Melilla, pero no el de Melilla a Marruecos”, agregó Imbroda en su discurso como un “grave injustificable hecho que el Gobierno nacional está permitiendo” y que interpretó como “una humillación para los intereses legítimos de los melillenses”.

Una situación que pidió revertir mediante la implicación del Ejecutivo central y la Unión Europea y por la que lamentó que en los últimos años no se haya creado “una alternativa económica propia sin dependencias fronterizas” que pasa por “mirar al norte”, como ya defendió en 2017 en un discurso por el Día de Melilla y que “algunos no lo comprendieron”.

 

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Redacción

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