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Lo que vale son los puestos de trabajo que creen los empresarios

MELILLA HOY 06 04 2024

Carta del Editor MH,6/4/2024

Enrique Bohórquez López-Dóriga

 

Leo en la página 13 -mal presagio- de nuestro periódico del pasado miércoles: el presidente melillense -o sea, Imbroda- asegura que “empieza a ser optimista” ante el nuevo panorama económico en la ciudad. Y explica que no le valen los datos de los planes de empleo -hace bien, puesto que es impura propaganda gubernamental socialista- “metiendo al paro”, sino los puestos de trabajo que creen las empresas. Esos son los que me valen, dice, por eso “estamos trabajando en el ámbito universitario, en las nuevas tecnologías y en el turismo”, y termina ase­gurando que empieza a ser optimista” ante este nuevo panorama económico.

Lo que le vale, dice “el presidente Imbroda”, son los puestos de trabajo que creen las empresas. Gran frase, por fin un movimiento, aunque pueda ser sólo verbal, para intentar empezar a salir del comunismo económico melillense

Destaco tres frases del tan ocupado presidente, aunque sea más que discutible la eficacia, el cómo reparte su tiempo presidencial, aún sabiendo que él, más que una persona, es un “presidente”.

Primera frase: Lo que le vale, dice “el presidente Imbroda”, son los puestos de trabajo que creen las empresas. Gran frase, por fin un movimiento, aunque pueda ser sólo verbal, para intentar empezar a salir del comunismo económico melillense, la ciudad en la que casi todo es público, una ciudad económicamente fallida, como consecuencia inevitable de cualquier tipo de comunismo.

Segunda frase destacada: “Estamos trabajando”. Es una frase, un mantra, que repiten todos los políticos ante todo el mundo. Yo estoy esperando a un político que me diga, alguna vez, la verdad: no estoy haciendo casi nada, porque no me dejan, porque no sé qué hacer, ni sé hacer lo que me dejan hacer,…, por lo que sea. Se supone que los políticos cobran -vía los impuestos que nos imponen a los ciudadanos, cuanto más comunistas más impuestos- para trabajar, así que la frase “estamos trabajando” (la preferida de la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh, por cierto) sobra, no implica mérito alguno.

Tercera frase: “empiezo a ser optimista ante este panorama económico”. Bueno, pues me alegra por el presidente Imbroda. Disfrutar ante lo inexistente -un panorama- no es demasiado meritorio, pero comprobar que al menos un melillense -nada menos que el presidente de la Ciudad- está en trance económico optimista nos puede alegrar… por él. Desgraciadamente, la sociedad civil melillense, a la que me refería en mi Carta anterior, no comparte, no compartimos, ese optimismo presidencial. Nos gustaría, cerca ya de un año después de las elecciones que le dieron la presidencia al presidente, que los hechos, no el panorama, nos permitieran compartir el optimismo del que él ya disfruta, pero, por mucho que lo deseemos, no lo conseguimos, es evidente.

«Estamos trabajando”. Es una frase, un mantra, que repiten todos los políticos ante todo el mundo

Desde Anaxágoras (500-428 a. C.) se considera que “lo que existe no nace ni muere sino que se transforma” y que el movimiento es la verdad de todo lo que existe, no la inmovilidad de una idea o de un principio abstracto. Esto es válido en casi todo el mundo… excepto en la política melillense. Por cierto, no hay amistad sin prueba de amistad, decía también el filósofo pragmático y concreto que fue Anaxágoras. Lo mismo digo yo, y me viene a la memoria un político local muy concreto.

“Empiezo a ser optimista ante este panorama económico”. Bueno, pues me alegra por el presidente Imbroda, aunque disfrutar ante lo inexistente -un panorama- no es demasiado meritorio

Un escritor sueco, Johan Norberg, publicó hace poco un libro, “El Manifiesto Capitalista”, respuesta al “Manifiesto Comunista” de Marx. “La economía es cooperación y la política es conflicto”, resume Norberg, que hace, en su libro, una apasionada apología de la libertad económica, la receta contraria de la Karl Marx, la que debe seguir, con hechos, no solo con intenciones, la moribunda -sí, moribunda y comunista- economía melillense. E insisto: los escritos permanecen, las palabras vuelan (Voltaire). Sí, ya sé que lo he escrito, pero lo vuelvo a escribir, para que permanezca la verdad, que nos hará libres.

 

 

 

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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