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La integración de los MENA evitará que se conviertan “en adultos con personalidad patológica”

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(Autor: Guerrero)

Afirma el consejero de Bienestar Social, el también psicólogo Daniel Ventura, que es preciso trabajar "desde ya" con los menores extranjeros no acompañados con más problemas de integración, en especial los que no respetan las normas y abandonas los centros de acogida, porque afirma que ahora que se encuentran en pleno proceso de formación de su desarrollo como adulto, es cuando es posible trabajar con ellos para lograr su integración o de lo contrario, estos jóvenes podrían convertirse en "adultos con una personalidad patológica y desarrollar problemas de conducta". Esta misión, la de tratar con ellos y conocer sus aspiraciones, será la labor que desarrollará el equipo de educadores de calle que comenzará a funcionar sobre el mes de octubre en un programa piloto. Daniel Ventura pretende que este proyecto de los educadores de calle vea la luz cuanto antes y que funcione, al menos de forma piloto, durante tres meses, hasta finales de año. Si finalmente no puede arrancar en octubre por cuestiones diversas, lo hará al siguiente, pero entonces se acortará su duración. Su intención es sacar a concurso el proyecto y que puedan concurrir empresas y organizaciones puedan concurrir.
"Será un programa pequeño, para dos o tres educadores de calle, con un presupuesto limitado y una duración de entre dos y tres meses. Atenderán a unos cuarenta MENAS o jóvenes que viven en la calle. Si el programa funciona, se mantendrá en el tiempo, pero si el gasto es mayor que el impacto, dejará de realizarse", explicó. Pretende que los seleccionados sean educadores sociales que tengan una formación en "educación de calle, que tengan los idiomas necesarios para poder comunicarse con estos jóvenes, y que nos informen cada día de los contactos y actuaciones que realicen".

MENAS
El consejero de Bienestar Social señala que esta es una de las vías de trabajo que baraja dentro de la atención dirigida a los menores extranjeros no acompañados, los MENAS, porque entiende que es preciso "actuar", en especial cuando desde hace años se vive la situación de muchos jóvenes y menores del vecino país que llegan a Melilla buscando no formarse e integrarse, sino que abominan de los centros, de la disciplina y las normas, y sólo buscan viajar "de la forma que sea, arriesgando incluso sus vidas", a la península. Ejemplo de ello es lo vivido recientemente con la operación feriante, con la localización de cien jóvenes y MENAS ocultos en las atracciones que embarcaban hacia la costa andaluza.

Explicó que de los cien jóvenes, que fueron trasladados al módulo de primera acogida del Centro de la Purísima para su filiación, algo más de la mitad abandonó las instalaciones en apenas unas horas después, "bien porque quieren volver a intentar viajar como polizones o porque regresan a Marruecos". A los que aún permanecen en el centro se les están realizando las pruebas para determinar su edad pero se estima que una treintena de ellos serán mayores de edad. Pero "si existen dudas o las pruebas no son claras, se les acoge como menores y entran en el programa". Comentó Daniel Ventura que en las semanas previas a la feria "ha aumentado de forma significativa el número de menores extranjeros en Melilla, que eran derivados a Purísima, pero unos ochenta, que son los que no se puede controlar porque éste es un centro abierto, se marchaban aprovechando cualquier descuido". De hecho si actualmente la media de acogidos es de entre 220 y 230, en feria se llegó a los 272 residentes, cien de ellos tan sólo en el módulo de primera acogida.

Aseguró el responsable de Servicios Sociales que la mayoría de los MENAS acogidos quieren integrarse en Melilla. De hecho indicó que en feria se les ha podido ver visitando el recinto ferial sin mayores problemas y sin incidentes. "Van bien vestidos, aseados y a pasarlo bien. Después están los que no quieren estar en los centros, que viven en la calle y su objetivo es ir a la península". Indicó que una de las labores de los educadores de calle será conocer los motivos por los que prefieren dormir al raso que en los módulos de Purísima, para así "intentar recuperarles, que finalmente entren en los centros y se integren". También busca mejorar los servicios del propio centro de acogida reforzando lo que serían los recursos para las actividades de ocio y tiempo libre".

Integración
Ventura aseguró a este Diario que lo que busca la Consejería es que "estos menores tengan una vida normalizada, que vayan bien vestidos, aseados, alimentados, que se eduquen y se integren en la ciudad". Para ello es preciso cuidar también "su crecimiento psicológico y tener en cuenta que se está formando su personalidad y si no los atendemos ahora, serán adultos incompletos y problemáticos, porque si ya lo son de pequeño, en el futuro serán adultos con una personalidad patológica con problemas de conducta que vendrá arrastrando desde la infancia". Si no se les atiende ahora, marcando prioridades y objetivos, estableciendo normas y demás, "serán adultos con conductas complicadas aquí y en cualquier otra parte, por eso, por todos los medios hay que buscar soluciones para que los menores estén en los centros, se mejoren sus condiciones de vida y que cumplan las normas", apostilló.

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Jesús Andújar

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