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La Guardia Civil intercepta en lo que va de año a casi 1.500 menores inmigrantes

La Guardia Civil ha evitado en lo que va de año que 1.457 inmigrantes menores de edad, la gran mayoría de nacionalidad marroquí, consiguieran su objetivo de colarse en el puerto para acceder de forma clandestina a los barcos que conectan Melilla con la península y llegar de esta forma a Europa como polizones. Todos estos menores han sido localizados en el interior de la zona de seguridad del puerto comercial de Melilla, intentando sortear el control de la Benemérita, para lo que muchos de ellos suelen esconderse en zonas peligrosas de camiones y remolques preparados para el embarque. Algunos de los lugares donde la Guardia Civil ha localizado a menores extranjeros no acompañados son los bajos de camiones, los ejes de transmisiones o las cajas de herramientas, así como encima del techo de estos vehículos para escapar a la vigilancia de los agentes desde el suelo o incluso embutidos en los toldos.
Tras ser localizados “en situación de desamparo y, en muchas ocasiones, en situaciones de alto riesgo”, la Guardia Civil procede al auxilio de estos menores y su traslado al centro de acogida de la Ciudad Autónoma.
Esta situación, afirma la Guardia Civil, requiere “una gran cantidad de recursos materiales y humanos” para paliarla al tratarse de una “zona muy sensible” para el servicio del Cuerpo, impidiendo que la presencia “sistemática y asidua de personas en situación irregular”, entre ellas menores de edad, se traduzca en peligro para ellas o inmigración clandestina hacia la península.
En este sentido, muchos de estos niños y adolescentes extranjeros han requerido asistencia médica para la cura ambulatoria de lesiones, cortes, magulladuras y otras atenciones clínicas, dado “el gran riesgo que corren con esas prácticas para su integridad física”.

Menor herido en el espaldón
El último caso ocurrió el pasado miércoles sobre las 12.00 horas en el puerto comercial, donde un joven marroquí de 13 años, natural de Fez, se descolgó con una cuerda desde lo alto del espaldón para intentar acceder de forma irregular a la zona de seguridad del puerto.
Una patrulla observó cómo este menor sufrió una caída fortuita desde una altura aproximada de unos siete metros y posteriormente, se quedó inmóvil en el suelo aquejándose de fuertes dolores, por lo que los agentes le practicaron primeros auxilios hasta la llegada de los servicios médicos del 061.
La ambulancia lo evacuó al Hospital Comarcal, donde se le diagnosticó una fractura de vértebra de la L3 y del peroné de su pierna izquierda, tras lo cual recibió el alta ambulatoria y su traslado al centro de menores, donde tiene que guardar reposo para su recuperación.

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Redacción

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