Blas Jesús Imbroda, decano del Colegio de Abogados de Melilla, homenajeó a los integrantes de la primera junta de gobierno de la Cofradía del Flagelado que sembraron la simiente de una hermandad que desde 1942 y a pesar de los pesares ha seguido estando presente en la Semana Santa melillense. Su discurso estuvo plagado de momentos de gran belleza como el recuerdo sentido y vivo a sus padres por el ejemplo que fueron en su vida. Del cartel anunciador de la Semana Santa de la Cofradía de Batería Jota, titulado ‘Esperanza’ destacó tanto la belleza de la obra como el mensaje de paz reflejado en el rostro de la virgen, demostrando que «a pesar de su juventud, Carlos Serrano ya es parte de las páginas de la historia de la ciudad». El pregonero del cartel recordó que este 2017 es un año especial para la Cofradía del Flagelado dado que conmemora el 75 aniversario de su fundación, un nacimiento auspiciado por el crecimiento de feligreses del que daba cuenta el sacerdote de la Medalla Milagrosa, Juan Estrada, en junio de 1942. Aquella primera junta de gobierno presidida por Andrés Alcaraz e integrada por 19 personas comprometidas, sembró las bases para que la cofradía siguiera creciendo y funcionando y es que «para que todo en la vida funcione y crezca, es necesario que haya personas comprometidas, con iniciativa, impulso, esfuerzo, voluntad y sacrificio, y que dediquen parte de su tiempo a luchar por lo que con buena fe creen», dijo. Por ese motivo, quiso rendir, en este aniversario, un homenaje a los integrantes de esta primera junta.
La Cofradía, que procesionaba la Pasión, muerte y resurrección de Jesucristo por las calles de la ciudad, tuvo que hacer frente a la triste noticia de que el obispado ponía punto y final en 1974 a las salidas procesionales de Melilla. Pero «el tesón, la vocación, la ilusión y la entrega de tantas grandes personas como sois los que hoy estáis y estuvieron en la cofradía» fueron los que contribuyeron a que la Semana Santa volviera con su esplendor diez años después. La Cofradía, como recordó Antonio Guevara en 2012, resurgió en 1983 animados por un grupo de feligreses encabezado por Salvador Atencia y sobre unas andas sacó en procesión por las calles del barrio una talla del Santísimo Cristo Resucitado. Desde entonces, la hermandad no ha hecho sino crecer.
Sus padres
Blas Jesús Imbroda agradeció el haber sido designado para presentar el cartel de Semana Santa de la Cofradía de este año especial. Afirmó que volver a verse sobre el atril le traían sentimientos y emociones de gran calado que le retrotraen a marzo de 2008 cuando en este mismo templo de la Medalla Milagrosa tuvo la misión de ofrecer el Pregón de Semana Santa de Melilla. En los primeros bancos de la iglesia se encontraba su familia, en especial su padre y su madre, a los que perdería el primero en cuatro meses y la segunda dos años después. Fueron «las dos personas que más quise desde el día que nací y a las que no solo les debo la vida, sino todo lo que he sido y soy». Con ellos vivió ese día y con ellos «lo disfruté inmensamente».
Afirmó que a ellos «le debo el haberme enseñado los principios de la honestidad, dignidad, generosidad, humildad, responsabilidad, sacrificio, entrega a los demás y sobre todo y por encima de todo, haberme enseñado a amar y haberme acercado siempre a Dios». También rememoró cuando acompañaban a sus padres a visitar, cada Miércoles Santo al templo a visitar a la Virgen del Mayor Dolor para la salida procesional del día siguiente. De hecho la talla de la Esperanza lleva el rosario que donara su madre.
Cartel
Llegado el momento, se descubrió el cartel de Semana Santa, obra de Carlos Serrano Díaz con el título de ‘Esperanza’, del que destacó la belleza tanto del trabajo artístico como del momento que presenta, en el que la Virgen se prepara para su salida procesional. Del autor dijo que es un «excepcional fotógrafo melillense, persona de gran sensibilidad artística, un orgullo para todos los melillenses por ser descendiente de una histórica familia de la ciudad». «A pesar de su juventud, Carlos Serrano ya es parte de las páginas de la historia de la ciudad», apostilló.
Animó a los presentes a contemplar el cartel y a reflexionar sobre la imagen de «una cara bellísima que refleja un corazón limpio, lleno de amor y ternura, y observaremos sus lágrimas, su tristeza y dolor, pero por encima de todo comprobaremos la esperanza de la virgen por un mundo mejor, donde la intolerancia desaparezca de la faz de la tierra». Pero para ello animó a todos a comprometerse en luchar y trabajar porque esta encomienda «sea posible».
En su discurso, el decano del Colegio de Abogados animó a los cofrades a seguir el legado de Jesús, «el valor de la paz, del respeto, de la ayuda, de la solidaridad, del compromiso de ayuda a los más débiles y más necesitados, y de luchar por defender la dignidad de la persona. Si lo que Jesucristo nos enseñó calara en los cerebros, a buen seguro el mundo sería distinto».
El pregonero, que tuvo palabras de recuerdo para los Franciscanos Capuchinos que durante años atendieron la parroquia, pidió a la Virgen de la Esperanza su apoyo para la Cofradía del Flagelado, para sus cofrades y para los melillenses en general. Cerró su intervención con versos de Fray Santiago Agrelo, al Cristo Crucificado.
