Por: J.B.
¡Ahora, a por los eventos!
Hacienda gravará con hasta el 24% a los no residentes que hagan eventos o patrocinios en España. Aplicará el impuesto, aunque los realicen por sociedades intermediarias. Esta medida afectará, entre otros, a actores, músicos, dj, influencers, youtubers, tiktokers, pilotos, deportistas o jugadores de póquer.
La Agencia Tributaria, en una nota relativa a la tributación de artistas y deportistas no residentes, asegura que el objetivo es poner en conocimiento de los contribuyentes, asesores y promotores de eventos y espectáculos ciertas pautas que faciliten el cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias de estos artistas, deportistas e influencers no residentes para contribuir «a reducir la litigiosidad en este terreno». No se dan cuenta (o no quieren darse cuenta), la AEAT y el gobierno instigador de la medida, de que la litigiosidad no se reducirá al cambiar normas arbitrarias y contraproducentes para la economía por otras con un grado mayor de ambas cosas. Aunque, siendo un poco malpensados, no parece que el objetivo de la AEAT y el gobierno sea el anteriormente citado, más bien quieren aumentar la recaudación a costa de lo que sea para mantener el chiringuito de enchufados, directores generales, amigos, mantenidos y subvencionados (todos ellos futuros votantes agradecidos a papá Sánchez)
Los contribuyentes afectados deberán declarar los espectáculos que hagan en España a través del Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR). No obstante, si son residentes de otros estados de la UE o pertenecientes al Espacio Económico Europeo, el tipo general aplicable será del 19%.
La AEAT aclara que la expresión «artista» exigirá que en la actividad concurra la existencia «de un elemento de espectáculo o diversión». Tendrán dicha consideración actores de cine o teatro, músicos o disc jockey (DJ) cuando incorporen un elemento de diversión o espectáculo. Mediante dicho elemento de espectáculo público celebrado en territorio español, se incluirá en esta categoría las actividades realizadas por no residentes «que hayan surgido con el desarrollo de nuevas tecnologías y el uso de las denominadas redes sociales». Lo que tanto gusta a nuestro actual gobierno comunista (antes social-comunista): Más control y subjetividad. ¡Pinocho sí que es un “artista”!, aunque la diversión sólo es para él.
Algunos comentarios de ciudadanos afectados:
“Como productor musical y técnico de sonido, confirmo que esto nos afecta más a nosotros porque muchos inversionistas de eventos se están echando atrás con esta medida y muchos festivales se están pensando en volver a hacer algo en España. España es un infierno fiscal horrible”.
“España, ese país donde uno no aspira a tener el coche del vecino sino a que se lo quiten”
“A los que más afecta (como siempre) es a los trabajadores más vulnerables que se ganan la vida con los eventos: personas de logística, camarógrafos, personas que trabajan en el turismo que dejan los eventos, restaurante, etc, ya que al hacerse más costoso realizar eventos, habrá menos eventos y menor salario”
“Cada vez que suben estos impuestos acabamos pagándolo todos nosotros. Lo peor es que dudo mucho que el PP haga nada”.
Hacienda no es más que el brazo recaudatorio del gobierno de turno, no es un elemento independiente. Es el gobierno quien decide cuánto, cómo y qué se hace con los impuestos. Es ahora el comunista de nuevo cuño, Pinocho Sánchez (alentado por sus socios de Podemos, que con sus acciones dan la razón al ciudadano que decía que nos quieren quitar el coche y cuyo objetivo es que seamos todos iguales y pobres), quien quiere dar un nuevo golpe al libre mercado y pretende “jorobar/exprimir” a los youtubers, influencers o ticktokers con más impuestos.
Que de rebote pueda perjudicar/molestar/hacer la puñeta a otros muchos ciudadanos (residentes y no residentes) no es algo que preocupe mucho a Pinocho.
Puede haber muchas opiniones sobre cómo va a afectar la medida a los eventos y a la economía española. Algunos opinan que los “artistas” o futbolistas vendrán igualmente y que ganarán un poco menos; otros piensan que serán los consumidores finales los que tendrán que asumir subidas de precios y los eventos no se resentirán; muchos pensamos que, como dice alguno de los ciudadanos afectados, que el negocio se resentirá y se irán a otros países que les traten mejor; también habrá quien piense que es una gran medida para controlar a los “descontrolados” de las redes sociales; etc.
Lo que está claro, y pocos (salvo los cegados por el dios Pinocho) pueden negarlo, es que es una medida que aumenta el clima/la imagen de una España en la que es mejor no invertir.
El descrédito de la política y los políticos
Hablando este fin de semana con unos queridos familiares venidos a Melilla, volví a caer en la cuenta (o más bien ratifiqué un pensamiento que está/estaba en mi interior) en algo: la actual clase política española no tiene ningún crédito y debería estar desacreditada para seguir en sus cargos (poder u oposición).
Como ejemplo, en Melilla, a la que veo cada día, por desgracia, un poco peor, los dos partidos con más posibilidades de ganar las próximas elecciones (y quizás de gobernar juntos por el bien de Melilla), el PP y CPM, no han aumentado se crédito político (más bien lo han disminuido) con la confección de listas casi idénticas a las anteriores. Es evidente que, si algo va mal y se sigue haciendo lo mismo, todo seguirá yendo mal o peor.
Una posible solución para que baje el nivel de descrédito de nuestros políticos: que sea obligatoria una mayoría reforzada para diversas dictar normas y regulación sobre cuestiones vitales para que un país avance y tenga estabilidad, como por ejemplo en: pensiones, sanidad, defensa, normativa laboral, órganos judiciales, etc.
Si nuestros políticos actuales y/o futuros (aunque no tengo mucha fe en que vaya a ocurrir) son capaces de dictar normas para que cuestiones vitales para el país no puedan ser constantemente modificadas por el siguiente gobierno (salvo con el apoyo de amplias mayorías reforzadas), el descrédito de estos pasará a ser un crédito ilimitado.
