Ya quisieran tener en otros puertos la situación que se le plantea al nuestro a muy corto plazo, con tantas posibilidades a la hora de movernos y de poder impulsar el transporte de mercancías, con tres compañías marítimas compitiendo entre sí, con el beneficio que eso supone en cuanto al precio, y ofreciendo saltos a la península a diferentes horas Está siendo una semana de grandes noticias para Melilla. En los últimos días hemos conocido que el reinicio de las obras del futuro hospital está un poco más cerca y que el objetivo de que nuestra ciudad alcance un mayor desarrollo universitario continúa dando pasos de gigante. Además, ya es oficial que los melillenses tendrán muchas más opciones para viajar en barco a partir de diciembre gracias a la decisión de la compañía Baleària de volver para quedarse en el ámbito del transporte marítimo de Melilla.
Esta última noticia la conocimos ayer de manos del presidente de la naviera balear, la misma que ya intentó hasta en tres ocasiones anteriores implantarse en Melilla y que por fin consiguió este objetivo el pasado verano, cuando ya estaba bien entrada la Operación Paso del Estrecho (OPE). Esa decisión empresarial permitió tener durante un mes y medio largo en nuestro puerto hasta tres compañías marítimas conectando Melilla con la costa andaluza, un hito histórico que se mantendrá de manera indefinida a partir del 15 de diciembre.
Ahora, la buena noticia es mejor si cabe, pues Baleària ha cambiado el pequeño catamarán con el que operó entre los puertos de Melilla, Motril y Almería durante el verano para implantar el «Nissos Chios», un superferry de nueve años que con 1.400 pasajeros de capacidad y 27 nudos de velocidad es la joya de la corona de su flota. Sigue los mismos pasos que ya dio la Naviera Armas en sus inicios, cuando empezó a operar con el buque «Volcán de Timanfaya» en verano de 2011, y en cuestión de muy pocos meses decidió sustituirlo trayendo hasta Melilla al «Volcán de Tinamar», considerado el buque insignia de su flota junto con su gemelo, el «Volcán del Teide». Y en el caso de Trasmediterránea, no hay que olvidar que la puesta en marcha del nuevo contrato marítimo también supuso hace un tiempo la llegada al puerto de Melilla de sus dos superferries, el «Sorolla» y el «Fortuny».
El viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, lo apuntaba ayer: en Melilla dentro de apenas dos meses y medio, tendremos en nuestro puerto los mejores barcos y las mejores compañías del sector marítimo español. No le falta razón, ya quisieran tener en otros puertos la situación que se le plantea al nuestro a muy corto plazo, con tantas posibilidades a la hora de movernos y de poder impulsar el transporte de mercancías, con tres compañías marítimas compitiendo entre sí, con el beneficio que eso supone en cuanto al precio, y ofreciendo saltos a la península a diferentes horas.
Esta mayor conectividad es consecuencia de que el puerto de Melilla se ha convertido en un auténtico yacimiento para el transporte en barco, con aumentos del tráfico constantes durante los últimos años, algo de lo que debemos congratularnos porque tener un puerto con un crecimiento pujante es sinónimo de desarrollo, y además le acerca a su objetivo de ser cada vez más un motor económico importante de la ciudad, cuestión imprescindible en su anhelo de ampliación portuaria. No sería descabellado pensar que otros puertos ya quisieran para sí el excelente momento que vive el nuestro. Lo ideal es que dure mucho tiempo.
