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El Presupuesto de la Comunidad Autónoma de Melilla

MELILLA HOY 27 01 2024

Carta del Editor

MH, 27/1/2024

Enrique Bohórquez López-Dóriga

El momento cumbre de cualquier organización, especialmente de las públicas, es la aprobación de sus presupuestos, a partir de los cuales pueden empezar a disponer del dinero, ese indispensable medio de cambio que sustituyó al trueque y que fue un prerequisito esencial para el paso de la economía natural a la especialización y división del trabajo, a la prosperidad.

Escribió sobre los Presupuestos públicos de 2024 de la Ciudad Autónoma de Melilla, José Megías -ver MELILLA HOY, página 12 del miércoles pasado- y, como creo que algunos, incluyéndome yo, no hemos entendido bien todo lo que dice, intento interpretarlo, probablemente elucubrando (pensar y actuar a la luz del lucubrum, pequeña lámpara de aceite que disipa tímida y momentáneamente la oscuridad, como hacía el efesio Heráclito).

Hay que mirar – “conectar económicamente”- al Norte, a Europa, empezando por la España continental, para lo cual es imprescindible que entremos en la Unión Aduanera Europea

“Mirar al Norte” es una frase que Juanjo Imbroda ha repetido una y otra vez. Mirar al Sur, a nuestro vecino Marruecos, es lo que en Melilla se ha venido haciendo desde hace cientos de años, pero es evidente que el actual reino marroquí no quiere mirar a la Melilla española, así que seguir mirando a quién no te quiere ver es absurdo. Quizás con un Gobierno español que no fuera el presidido por Sánchez cabría la esperanza de que la política marroquí antiespañola para Melilla cambiara, pero con Sánchez, como el tiempo nos demuestra, eso es imposible. Así que hay que mirar -cuando digo “mirar” quiero decir “conectar económicamente”- al Norte, a Europa, empezando por la España continental, para lo cual es imprescindible que entremos en la Unión Aduanera Europea. Manteniendo nuestras históricas ventajas fiscales, por supuesto, lo que no creo que sea difícil, aunque sí trabajoso. Y ahí está el problema: hay que “trabajar” y rápidamente. No creo que, como dice mi amigo Pepe, mirar al Norte sea una “vuelta al pasado”, sino todo lo contrario.

El Pleno de Presupuestos de 2024, dice Megías, “ha sido un homenaje a la desidia y al aburrimiento”

El Pleno de Presupuestos de 2024, dice Megías, “ha sido un homenaje a la desidia y al aburrimiento”. Como yo no estuve en el Pleno, no puedo opinar con conocimiento de causa, pero es muy posible que don José tenga toda la razón, como en lo que dice del comportamiento, en el Pleno, de todos los intervinientes, oposición incluida.

Desglosar, en un presupuesto, los gastos -decisiones endógenas- es más fácil que desglosar los ingresos -que dependen mucho de decisiones exógenas- pero un presupuesto sin desglose de ingresos es como un poema sin amor: no tiene ni gracia, ni consistencia. El presupuesto de ingresos de 2023 fue de 352.355.995 euros y el que presentó el Gobierno para 2024 ha sido de 364.455.238 euros, un aumento de poco más de 12 millones de euros. De ellos, 5 millones provendrían de venta de terrenos municipales, sin que se concreten cuáles, lo cual hace esa cifra poco creíble y es criticable, como hace Pepe Megías.

Subir los impuestos y tasas es, siempre, causa de decrecimiento económico y de aumento de la pobreza, además de ir en contra de lo que el PP, el partido gobernante, ha prometido aquí y en toda España. Lo deseable habría sido disminuir los gastos públicos, pero eso, como se temía, no se ha hecho. Pepe escribe sobre “subvenciones para activistas de pepelandia”. Puede ser. Eso es, por desgracia, moneda de uso común de todos los partidos políticos. De algunos más que de otros, porque no creo que -aunque hay mucha competencia para el mal- sea el Partido Popular el que más ha abusado de ese tipo de subvenciones partidistas con dinero público. En fin, la presentación de los Presupuestos de la, todavía, Comunidad Autónoma de Melilla, en lugar de ser un momento cumbre fue una mañana triste y deslucida. Ya iremos viendo lo que se va haciendo con el dinero público, que no es de nadie, lo utilizan algunos y lo pagamos todos.

Simultáneamente, la economía española -como la melillense- va cada vez peor, aunque nos mientan desde un Gobierno comunista… y profundamente mentiroso. Algunos datos que explican esa mala situación de nuestra economía: menos del 10% de los casi 3 millones de parados españoles acuden a cursos de formación. Además, el desacople respecto de las demandas empresariales sigue siendo el gran muro para la reinserción laboral. Menos mal que en Melilla ahora observo más atención y mejor disposición -desde la empresa pública Promesa, por ejemplo- para intentar, basándose en la iniciativa privada, solucionar ese déficit de cursos de formación útiles para conseguir empleo.

En Melilla ahora observo más atención y mejor disposición -desde la empresa pública Promesa, por ejemplo- para intentar, basándose en la iniciativa privada, solucionar ese déficit de cursos de formación útiles para conseguir empleo

Otro mal dato económico: en España, a finales de julio del año pasado había 3 millones de funcionarios, tras “aparecer” 300.000 que hasta ahora no estaban localizados, o contabilizados. La población activa española a finales del tercer trimestre de 2023 era de 21 millones, empleados públicos incluidos. El enorme porcentaje de lo público respecto de lo privado explica nuestra mala situación económica.

Haríamos bien atendiendo al ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner, que alerta contra la política del gasto y los subsidios, y reconoce -a diferencia de Sánchez- la gravedad de la crisis que afecta a la economía de su país, que es, evidentemente, mucho menos estructuralmente grave que la que afecta al nuestro.

 

 

 

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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