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Carta del Editor

"Con esto, hemos acabado con Imbroda"

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"¿Parece posible que uno de los miembros del equipo del capitán Rodríguez Martínez vociferara el martes 'Ya hemos acabado con Imbroda'? Lo mismo que, más o menos, vociferan Gustavo Cabanillas, Julio Liarte, Ignacio Velázquez o Dionisio Muñoz, los tres primeros del partido PPL, el último, el tal Dionisio, de lo peor de lo peor del PSOE (como el Piticlín, por ejemplo). Sospechosas coincidencias, como mínimo. Pésimo sistema, ese de utilizar a miembros de los cuerpos de seguridad del Estado para sustituir a las democráticas urnas a la hora, ya próxima, de elegir a los representantes políticos" El martes, nuevo escándalo protagonizado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, siguiendo, según todos los indicios, pesquisas iniciadas en Melilla en el año 2012, hace ya tres años (¡tres años¡) por el capitán, también de la Guardia Civil, Sergio Rodríguez Martínez. Enorme daño, de nuevo, a la imagen de Melilla, presentada al resto de los españoles como una especie de Dodge, Ciudad sin Ley, aunque lo cierto es que todavía, de entre todas las numerosas, espectaculares, peliculeras, orwelianas intervenciones originadas, directa o indirectamente, por el mencionado capitán, todavía no ha sido condenado nadie. Muchos interrogados, a los que el capitán les aplica métodos ilegales y estalinistas, incontables detenidos, multitud de imputados, infinitos y gravísimos daños a personas inocentes, pero ¡ningún condenado, ningún culpable!
¿Parece posible que uno de los miembros del equipo del capitán Rodríguez Martínez vociferara el martes 'Ya hemos acabado con Imbroda'? Lo mismo que, más o menos, vociferan Gustavo Cabanillas, Julio Liarte, Ignacio Velázquez o Dionisio Muñoz, los tres primeros del partido PPL, el último, el tal Dionisio, de lo peor de lo peor del PSOE (como el Piticlín, por ejemplo). Sospechosas coincidencias, como mínimo. Pésimo sistema, ese de utilizar a miembros de los cuerpos de seguridad del Estado para sustituir a las democráticas urnas a la hora, ya próxima, de elegir a los representantes políticos, a los que se pretende apartar a base de denuncias sin cuento e investigaciones de película de terror. Indignante silencio desde la Delegación del Gobierno en nuestra ciudad y desde el mando de la Guardia Civil en Melilla. Deplorable e irreparable daño a ciudadanos melillenses inocentes. Paralización, mediante el terror, de la actividad pública de la ciudad, con el consiguiente daño a todos, especialmente a todos los ciudadanos que, a diferencia de lo que le ocurre al capitán Sergio Rodríguez, no pueden cobrar sus salarios. Una catástrofe planificada y buscada, que puede terminar con una ciudad tan sensible y tan necesitada de ayudas como nuestra Melilla.

Entre las diligencias (qué nombre tan inadecuado, en este caso) practicadas por el equipo del capitán Sergio Rodríguez, conozco muy bien lo que ha hecho sobre, cómo no, el Campo de Golf de Melilla. Y aseguro que, si todo lo que ha hecho y sigue haciendo, desde hace años, sobre la Operación Ópera y sus piezas separadas, tiene la misma sustancia que la lo del Campo de Golf, todo acabará en nada… excepto el irreparable daño causado a las personas y a Melilla entera.

La investigación que el capitán Sergio Rodríguez ha dirigido sobre el Campo de Golf de Melilla es alucinante, algo típico del Gran Hermano de Orwell o de cualquier sociedad estalinista en la que la culpabilidad queda demostrada sin demostración alguna y en la que el acusado no logra saber de qué se le acusa concretamente. A mí, dicho sea a título de ilustrativo ejemplo, se me empieza acusando de "tener un objetivo inicial", como si el capitán pudiera adivinar e interpretar mis intenciones, unas presuntas intenciones que, además, me llevarían a trabajar para algo sin cobrar un sólo euro, como ha ocurrido con lo del Campo de Golf. Unas intenciones que lograron que la Ciudad Autónoma ahorrara más de 140.000 € anuales con respecto a lo que ya le estaba costando la gestión del campo público. Me achaca también "incumplimientos reiterados" con respecto al convenio, que no se han producido, porque todo el dinero que la CAM aporta, y que se gasta mayoritariamente en pagos del personal que el Club heredó de los anteriores adjudicatarios de la gestión del campo, absolutamente todo se justifica anualmente en base al convenio firmado y que es fiscalizado y aprobado por los órganos competentes de la CAM. Me acusa de tener "relaciones amistosas" con miembros del PP, alguno de ellos amigos desde antes de que el PP existiera, amistad que la investigación de la Guardia Civil considera un delito, una falsedad más de las "diligencias", como tantas y tantas otras. Asegura que vulnero los Estatutos de la Federación Melillense de Golf, simultaneando mi cargo de presidente con la presidencia del Club, lo que demuestra que no han leído los Estatutos y deja de manifiesto, una vez más, que su tarea no ha perseguido el esclarecer la verdad de una denuncia presentada por un colaborador del PPL de Cabanillas, Liarte y Velázquez, sino su torticera intención de pretender encontrar delitos donde no existen, ni existe siquiera la posibilidad de que existan. Y así un largo etcétera, sobre el que no insisto por no hacer demasiado larga esta Carta.

Una prueba concluyente de tan orweliana intención es que en el Club Campo de Golf, una sociedad deportiva sin ánimo de lucro, la única persona que manejaba y maneja dinero es el gerente de la sociedad, que fue Ignacio Suárez y que desde mediados de 2014 es José María López. Al primero le despedimos y después, tras informes de especialistas y auditores, le denunciamos. Del segundo no tenemos ni la menor duda. Pues bien, a la única persona a la que el capitán Rodríguez no ha imputado es al anterior gerente, Ignacio Suárez, el que cobraba, y mucho, el que manejaba, recogía e ingresaba el dinero, el que tenía la obligación de llevar el día a día, y de aclarar las dudas con la Consejería de Deportes, puesto que los miembros de la Junta Directiva, como los del Consejo de Administración, y empezando por mí mismo, no han recibido ni un sólo euro por el ejercicio de sus funciones y le pueden dedicar al Club un tiempo mínimo. Como tampoco lo han recibido, estoy seguro de ello, ninguno de los otros once imputados, según el capitán Rodríguez, o declarantes, según el Ministro de Justicia, a los que el capitán, con gran resonancia en los panfletos del PPL, ha involucrado en sus alucinantes "diligencias".

Posdata: todo mi apoyo a Carolina Gorgé y Gregorio Castillo. Estoy seguro de que, como en el caso de los miembros directivos del Club de Golf, no han hecho nada que pueda ser calificado, con justicia, como doloso.

Otra: Me parece que todos estos intentos de apartar a Imbroda de la lista del PP van a tener muy poco éxito.

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