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El rincón de Aranda

Cementerio Nacional de Héroes Nº 21

melillahoy.cibeles.net fotos 1125 Juan Aranda web

Cualquiera que entre en el Panteón de Héroes, observará que en todas las lápidas figuran los laureados caídos en las distintas campañas, que nuestro país libró contra los rifeños. En julio de 2013, mis buenos amigos Isabel Migallón y Eduardo Sar, autores del libro de bolsillo titulado: “La Impronta Militar en el Cementerio de Melilla”, en el que figuran todos los laureados que reposan en La Purísima, me lo enviaron dedicado;…

… y la verdad lo que más me agrada es el hecho de leer los nombres, que para la gran mayoría, son desconocidos. Por ejemplo: el del Capitán D. Celestino Rodríguez Salgado, del Bon. de Cazadores de Madrid nº 2. Este Laureado el 30.09.1909, fue herido gravemente en la posición del Zoco de Beni Bu Ifrur, en su flanco derecho, hasta que se le ordenó retirarse; y al iniciarse el repliegue él siguió allí hasta que todas las fuerzas rebasaron su flanco izquierdo; y herido de bala en una pierna, permaneció en su puesto, sin entregar el mando, siendo herido por segunda y tercera vez, cayendo al suelo con la pierna fracturada, sin permitir la retirada de dicha fuerza hasta el último momento. La Hoja de Servicios de este Capitán es tan amplia que solamente hay que señalar que desde 22.06.1881, cuando ingresó en el Ejército, como voluntario “sin premio”, hasta su destino el 7.07.1909, como Capitán en Cazadores de Madrid nº 2, había pasado por el Rgto. Infantería Murcia nº 37, Cazadores de la Unión nº 2 (Cuba), Infantería Luzón nº 58, Infantería Vizcaya nº 54, Tetuán nº 47, y el 1º Batallón Expedicionario Guadalajara nº 20. A las 11,30 de la mañana del 8.10.1909, el éste Capitán, muere de la grave enfermedad de septicemia, en el Hospital Militar, por fractura consecutiva en el fémur derecho; heridas que sufrió en el citado Zoco de Beni Bu Ifrur, el 30.09,1909. Se halla enterrado en la fila 2, nº 3, del Panteón de Héroes. El 10.11.1909, o sea, un mes después, le concedieron la Cruz de 2ª Clase de la Real y Militar Orden de San Fernando. Dejó esposa y 6 hijos de corta edad.

Puede que estas humildes aportaciones que suelo hacer sobre nuestros Héroes y Mártires, despierte la “curiosidad” de los melillenses, pero deben saber que hubieron muchos más Héroes de los que sus nombres podamos leer en nuestras calles y plazas. Esto que han leído son como las blancas lápidas dormidas, que no hablan, pero sí que lloran, como el perfume siempre atado a la flor, o como las enredaderas a los muros sin sol; pero siempre habrá algunas personas que apliquen la luz del recuerdo. No sé quien dijo que el acero de las almas de nuestros soldados, ni se dobla, ni se rompe, ni se funde, y aún menos se oxida; cosa que humildemente yo suelo engrasar, y ofrecer una pequeña llama, para los lectores de este periódico. A veces sin ser poeta, -solo aficionado-, procuro poner en prosa los versos de fúnebres memorias, como decir que todas las plantas del Cementerio, respetuosamente, se inclinan en señal de tristeza ante nuestros Héroes y Mártires. Por eso a todos ellos, como a nuestro Capitán Celestino Rodríguez, hay que decir que la brisa del vecino mar acantilado, que acaricia las flores, sin ajarlas, es lo que él y todos sus compañeros, sienten cada vez que recorre los patios de La Purísima: el bello recuerdo de nosotros, sus compatriotas.

El dramaturgo francés, George Bernanos, decía que el honor de un pueblo pertenece a los muertos, los que viven solo lo usufructuamos. Por ese motivo los españoles de bien, los de a pié, los que llevamos la Patria en lo más hondo de nuestros corazones, sentimos la pena más sublime por nuestros muertos, que cayeron de forma heroica, y algunos martirizados después de su rendición.

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