La acusada por un delito de daños dejó la vivienda que había ocupado con su familia durante años. Media hora después, la Policía Nacional encontró la casa totalmente destrozada, aunque la mujer asegura que ella no ha tenido nada que ver. Se habían tirado los tabiques, arrancado el contador del agua, roto las puertas o destrozado el cableado eléctrico, entre otros daños. En consecuencia, el Ministerio Fiscal solicitó para la denunciada una pena de 24 meses de multa, aunque el juez todavía tiene que decidir si es o no inocente. La mujer acusada por un delito de daños fue condenada anteriormente a abandonar la vivienda que ocupó junto a su padre, su hijo y su pareja durante años. Según expuso, hasta que no se resolvió aquel juicio, “pensaba que la casa era de mi padre”. Fue el día 21 de marzo de 2013 cuando la familia dejó el piso y entregó la llave en los juzgados. Sin embargo, rato después de deshabitar la casa, los agentes de la Policía Nacional se encontraron con que el interior estaba “totalmente destrozado”.
Según se enuméro, las puertas estaban rotas, el cableado eléctrico estaba destrozado, los tabiques habían sido derribados, el timbre fue sustraído, arrancaron el contador del agua, el suelo estaba lleno de basura y todas las losas del suelo estaban rotas, entre otros daños. A pesar de que la acusada admitió que dejó el piso media hora antes de que los agentes advirtieran tales destrozos, aseguró que en ningún caso fue ella ni su familia, y que no entendía cómo habían podido dejar la vivienda en ese estado.
Sin embargo, la propietaria del piso, ubicado cerca de la calle de Acera Negrete, señaló que varios vecinos le trasladaron que “vieron perfectamente” cómo la denunciada realizaba los destrozos. Además, apuntó que la acusada le trasladó a otra vecina que tenía la intención de destruir la vivienda antes de abandonarla.
Tras las declaraciones, la fiscal entendió que era imposible que en el tiempo transcurrido entre que la acusada dejó la vivienda y la policía llegó al piso se hubieran producido tales daños, además de señalar que la mujer habría actuado en represalia por tener que abandonar la que entendía que era su casa. Por eso, pidió para la mujer una pena de 24 meses de multa, con una cuota diaria de 12 euros, lo que suma cerca de 8.640 euros. Finalmente, el juez declaró que el caso quedaba visto para sentencia.
