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Un problema vial

La subida de la siniestralidad vial es importante y debe disparar las alarmas sobre lo necesario que es actuar cuanto antes para frenar esta dinámica, de la misma forma que hace dos años se hizo en cuanto se detectó que el número de víctimas graves entre los peatones había aumentado de manera considerable Melilla tiene un problema vial importante en sus calles que nos hace a todos los que vivimos en ella mucho más vulnerables. Los datos de siniestralidad así lo demuestran, ya que el año pasado se produjeron casi 600 accidentes de tráfico que se saldaron con al menos un lesionado. Eso hizo que la cifra de víctimas se disparara hasta las 819. Es decir, que cada día de 2015 hubo en la ciudad más de dos heridos producidos como consecuencia del tráfico. Es una cifra muy elevada que, lejos de ir en descenso como sería lo deseable, se ha incrementado en los últimos años. En 2015, el aumento tanto de accidentes como de víctimas ha sido superior al 15 % respecto al año anterior. Pero si hacemos la comparativa con 2013, la subida de la siniestralidad vial es de casi la mitad, al pasar de los 405 accidentes que hubo entonces a los 594 de 2015.
La subida es importante y debe disparar las alarmas sobre lo necesario que es actuar cuanto antes para frenar esta dinámica, de la misma forma que hace dos años se hizo en cuanto se detectó que el número de víctimas graves entre los peatones había aumentado de manera considerable. Ese aumento se revirtió en apenas un año, con un descenso de casi el 50 % en 2014, que se ha logrado mantener en 2015 con idéntica cifra. De hecho, éste ha sido el único parámetro de la estadística de siniestralidad vial que se ha salvado del incremento, ya que todos los demás han empeorado respecto a los 12 meses anteriores.
Sin embargo, no se ha visto una reacción por parte de las administraciones públicas para revertir la situación. A diario vemos infracciones viales en cualquier barrio que se quedan sin penalización, extendiendo la idea de que no pasa nada si no se respetan las normas de tráfico, que son a su vez las normas de convivencia de todos los usuarios de la vía pública. Pero no solo las instituciones y organismos tienen que hacer algo. Los primeros que tomar la decisión de solucionar el problema son los propios ciudadanos, que son los que realmente están sometidos a esa «exposición de riesgo demasiado alta» de la que ayer hablaba el jefe provincial de Tráfico, José Carlos Romero. Hay que aparcar de una vez por todas el egoísmo a la hora de circular por las calles, sobre todo entre los conductores, pero también entre los peatones. Y sobre todo, ahondar más en el terreno de la concienciación entre los usuarios de la vía pública, que somos todos, para erradicar esa enorme vulnerabilidad a la que estamos sometidos en nuestras calles cada día.

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