Con motivo del Día Internacional del Pueblo Gitano, que se conmemora el 8 de abril, la Consejería de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad, a través de la Dirección General de Relaciones Interculturales, ha organizado una programación de actividades que culminará este jueves, a las 12:00 horas, con un acto institucional en la terraza del Hotel Melilla Puerto. La comunidad de gitanos está presente en la ciudad de Melilla desde hace muchos años y se encuentra perfectamente integrada en ella, tanto en sus costumbres como en su forma de vida. Por ello, para conmemorar el día Mundial del Pueblo Gitano se han desarrollado diversos actos durante los días 6,7 y 8 de abril en la ciudad de Melilla.
La inauguración de los actos se ha llevado a cabo por la consejera de Cultura, Elena Fernández Treviño. “El pueblo gitano ha demostrado a lo largo de su historia su supervivencia y empeño por preservar su cultura y su señal se identidad. En este camino se han tenido que enfrentar a una incomprensión y una falta de tolerancia profunda. Hay que reconocer que estos también han sufrido persecuciones durante el régimen nazi en Europa”, ha matizado.
Del mismo modo, ha indicado que a partir de la Constitución Española se consiguió una mayor igualdad respecto a todos los ciudadanos
En abril de 1971, se convocó en Londres el primer congreso mundial del pueblo gitano y se tomó, entre otros aspectos, la decisión de aceptar su bandera, así como su himno inspirado en los padecimientos de la primera guerra mundial. Desde entonces, el 8 de abril, el pueblo gitano celebra con orgullo su día para recordar su historia, rendir homenaje a todas las víctimas del genocidio nazi.
Entre las personas presentes en la inauguración de los actos, cabe destacar a Diego Luis Fernández, director del Instituto de Cultura Gitana y José Heredia Carmona, autor del libro ‘Con nombres propios. Historia y pautas de identidad de la comunidad gitana de Melilla’.
El objetivo de los actos llevados a cabo es destacar todo el patrimonio e historia sobre el pueblo gitano que existe en la ciudad de Melilla, protagonista además de una gran cantidad de acciones culturales
En la primera jornada, se ha hablado principalmente de la historia del pueblo gitano y de sus raíces en esta ciudad.
José Carmona Heredia, investigador sobre las raíces del pueblo gitano de Melilla desde hace años, lleva años compartiendo datos sobre su comunidad al resto de población
“En torno a 1499, los gitanos se enfrentan a una dura situación ya que se les obliga a dejar y olvidar sus culturas, o de lo contrario, serán castigados y reprimidos. A partir de entonces se establecen distintas leyes y denominaciones para los gitanos, como ‘la peste de nación española’. En 1644, llama a los gitanos ‘profanadores de templos’ y en 1749, con la gran redada, se estableció el objetivo de aniquilar a los gitanos”, ha explicado para hacer referencia al contexto con el que llegaron los gitanos a Melilla.
En este sentido, ha dejado claro que el objetivo de esas directrices era el destierro del pueblo gitano.
El primer registro de gitanos en Melilla data de 1635. Este corresponde a una mujer llamada María que fue esclava del alcalde, lo que muestra la situación de la llegada de la comunidad a Melilla.
“Esta coyuntura se mantuvo durante muchos años y afectó a muchas más personas. Cuando nos enfrentamos a la investigación, vemos que en el origen de las personas se hace referencia a distintas ciudades de España, como Aragón o Málaga. Sin embargo, si eras gitano, ese era tu único origen”, ha explicado.
“En el archivo de Melilla encontré la historia de Juan Pedro de Soto, quien había sido enviado a la ciudad por vestir el traje gitano y hablar calo , porque en las pragmáticas establecidas entonces por ley, una de las prohibiciones que había era que dejáramos de vestir como lo hacíamos, que dejáramos de lado nuestras costumbres y cultura, es decir, que dejáramos de ser nosotros.
Los gitanos que llegan a Melilla durante el siglo XVII y XVIII lo hacen porque no quieren renunciar a su cultura, no porque sean delincuentes”, ha indicado.
Por otra parte, ha añadido que esta situación cambia cuando en 1812, gracias a la constitución de la Pepa, se reconoce a los gitanos como españoles de pleno derecho, lo que les permite viajar con menos temor y que a finales de siglo lleguen a Melilla familias de origen gitano que van a trabajar en el ejército como herreros procedentes de distintas partes de España como Málaga capital, Ronda o Salamanca
“Estos se quedaron para siempre. Por ello, los gitanos que vivimos en Melilla procedemos de aquellas familias que llegaron a finales del siglo XIX a la ciudad”, ha sentenciado al respecto.
