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Sánchez y sus muñecos. El harakiri del PP

LA SEMANA por J.B.

Igual que pasaba hasta hace muy poco con el coronavirus (ocupaba toda la actualidad, algo que venía muy bien a Pinocho Sánchez y compañía para no tener que abordar temas como la falta de poder adquisitivo, la ruina de las pymes y autónomos o la defensa de su constante subida de impuestos en la que estamos, que, por desgracia, continuará), sobre el que siempre había noticias de última hora o nuevas informaciones sobre contagios, vacunas, texts, etc., es imposible no escribir sobre el tema estrella de la semana, el mes, el año (y, quien sabe, quizás de la década): la auto crisis del PP.

En estos tiempos en que todo acaba saliendo a la luz, en los que todo se graba, se compra y se vende, no tardaremos demasiado en conocer toda la verdad. Pero no debemos ser ingenuos, los múltiples medios afines a Sánchez y sus socios la magnificarán y hablarán de un nuevo Watergate y los poquitos afines al PP intentarán dejarla en una anécdota.

Utilizando terminología judicial, parecen (por los indicios, evidencias o pruebas) probados, en el escándalo Ayuso/PP, algunos hechos: 1) El hermano de Isabel Díaz Ayuso cobró una comisión de una empresa a la que la Comunidad de Madrid compró (por el procedimiento de urgencia, es decir, sin concurso público) mascarillas; 2) Alguien (que dijo representar al PP) contactó con una empresa de detectives, desde la Empresa Municipal de la Vivienda del Ayuntamiento de Madrid, para investigar al hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid; 3) Hubo una reunión en Génova (entre Ayuso y Casado) en la que a Ayuso se le pidieron explicaciones por, según Ayuso, “una información de Moncloa”; según Casado la información no venía del gobierno, pero no ha especificado de dónde le vino.

No está probado (lo que no quiere decir que no se haya producido): 1) Que Ayuso supiera (antes de la reunión con Casado) que su hermano recibía una comisión de una empresa concesionaria de la Comunidad; 2) Que Almeida (Alcalde de Madrid) tuviera conocimiento de los contactos entre la EMV/PP y la agencia de detectives; 3) Que el PP haya instigado la “investigación” a Ayuso.

El harakiri (el ritual de suicidio japonés por desentrañamiento) que se ha hecho el PP es un caso sin precedentes y un preocupante (para el PP y para España) indicio de la bajura de miras de Casado (una vez me dijo alguien, con razón, que “el poder se tiene, no se demuestra”). No parece que controle la situación y cada vez hay más voces que piensan que no es el piloto indicado para pilotar una nave que nos devuelva un gobierno “normal” dejando atrás a Sánchez y sus chicos.

Los muñecos/marionetas que maneja Sánchez (también él está más contento que un niño con una piruleta gigante) se han lanzado con su habitual oportunismo/populismo a aprovechar el pase de gol del PP para poder “rematarlo”: La vicepresidenta , Carmen Calvo (PSOE) acusó a Casado de permitir que Ayuso los lleve «al discurso y al contenido más radical de la derecha española»; Rufián (¡qué bien le va el apellido!) dijo ver a Casado «muy tocado» tras el espionaje al hermano de Ayuso y duda de que «llegue a la generales». Nada nuevo. Los problemas reales de los españoles no los resuelven porque no saben cómo, pero son unos maestros manejando la información y a sus medios afines.

Respecto al PSOE actual y sus socios comunistas y separatistas, conviene tener en cuenta que: “Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez.” (René Descartes).

Respecto a Pinocho Sánchez, al que se le han olvidado cosas como: las subvenciones recibidas por la empresa que compró la empresa de sus padres; los 53 millones de euros dados a la compañía aérea Plus Ultra (que sólo tiene un avión), los múltiples y millonarios contratos de compra de material sanitario poco claros y a empresas recién creadas; las relaciones (dinero recibido incluido) de sus socios con la “democracia” venezolana; etc…

No sería inteligente que los ciudadanos pensemos que Sánchez (por mucho bombo que se dé, por mucho que hable del peligro de la ultraderecha o vaya a incidir en la corrupción del PP) es solución para algo, ya lo dijo Malcon X: “Yo tengo más respeto para un hombre que me permite conocer cuál es su posición, incluso si está equivocado. Que el otro que viene como un ángel pero que resulta ser un demonio.”

Sobre el “caso Ayuso”, viendo todo lo que pasa alrededor de la política, viendo las ventajas de que esté en el gobierno o no, viendo el aire fresco que ha traído, viendo las posibles alternativas, etc; no creo que lo que digan o hagan todos los hipócritas de alrededor deba influir en la decisión de Isabel Díaz Ayuso (seguir o dimitir). Si tiene la conciencia tranquila debe seguir y si cree que debe plantar batalla a Casado debe hacerlo (luego, ganará o no).

Un consejo para Ayuso: “Haz de tu vida lo que creas conveniente, sin juzgarte, que de eso se encargan los hipócritas.” (Julio N. Berna).

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