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Buenos días

Pobres y ricos

melillahoy.cibeles.net fotos 1308 ANDRES HERNA NDEZ

La política mundial está deteriorada por los personalismos. El deber se ha interpretado como poder, sin pensar que el único poder que existe es aquel que se entrega a los demás. Tiene más poder Teresa de Calcuta que cualquier rey o presidente, porque su poder no edifica masas, dignifica seres humanos. Vivimos en un mundo de confusiones donde las palabras de Jesucristo:

“Los últimos serán los primeros”, cada día se hacen más presentes.

Los ideales han sucumbido por las ideologías. El ídolo del dinero es la única razón que alienta las mentes de los dirigentes. Se acabaron los líderes en manos de los economistas. Se le ha puesto un estómago al hombre, a cambio de su mente eterna y su corazón sagrado. Se está especulando con la parte inferior del cuerpo humano: Sexo y hambre. Hambre y sexo. Las treinta monedas de Judas. Un dinero sin alma ni razón. Primero crearon la necesidad, engañando a la sociedad humana con valores prefabricados, para después crearles el consumo. Una rueda sin camino que gira en torno a sí mismo, como la polea de una fábrica o la soga de un ahorcado, donde el ser humano convertido en serie, es la energía que lo alimenta. Y ante esa situación, nacen los pobres y los ricos. Ricos y pobres… ¿Ricos de qué?… ¿Pobres de qué?… El día y la noche se suceden acordes, y la ternura de la verdad pasa desapercibida entre luces de neón y escándalos televisivos. Una tecnología recomendada proclama un futuro de engendros avanzados en un itinerario de vida prolongada… ¿Avances hacia dónde?… ¿De qué le vale a un hombre conocer el Universo si no ha tenido tiempo ni opción a conocerse a sí mismo?… ¿Sabe si el Universo existe fuera de la razón humana?… ¿De su propia razón?… ¿De qué le vale al hombre viajar a todos los países del mundo, si no ha visitado nunca la casa de su vecino?… Tecnología de robot que le hará conocer todo el sistema de ordenadores, sin comprender que vive dentro de una red electrificada como un campo de concentración, cuando las amapolas exponen claramente que su rojo conjuga perfectamente con el amarillo del trigal, porque todo se complementa y se enaltece a sí mismo enalteciendo lo demás. Un bienestar de desahucio exterior continuamente a costa del embrutecimiento, la insolidaridad y la venganza. ¿De qué vale tener cuarenta vestidos en tu armario si hay un ser humano desnudo cerca de ti?… ¿Para qué sirve tener sofisticadas comidas para perros, si existe un niño subido a un contenedor de basuras, en busca de una raspa como un gato hambriento?… ¿Bienestar para quién?… ¿Para los más elementales sentidos?… ¿No nos damos cuenta que el sistema de consumo vigente da a uno abundancia en exceso, mientras a cien los mantiene en la miseria?… Y nace la opulencia, que desprecia a la miseria, resultando dos seres totalmente opuestos dentro de un orden equitativo y magnánimo como es la Naturaleza.

Y se establece la disgregación del Creador que hizo a la criatura a Su imagen y semejanza. Se persigue por el caos la división para conseguir el triunfo, intentando anular la norma de que el único bienestar que existe no es otro que vivir, y vivir no es otra cosa que exponer y referenciar la vida. Solidaridad que equivale a amor, que equivale a verdad. La parábola de Cristo: “Llamó a los obreros a su viña y al primero dio un denario y al último dio otro”… Para que nadie se crea más que nadie, porque todo es ya ni grande ni pequeño y el dueño de la vida será aquel que, precisamente, haya alcanzado la sabiduría por la humildad y el desprendimiento de su propia torpeza material. Hay que borrar la palabra rico de este mundo, para que sólo sea el camello el que testimonie la frase del ojo de la aguja. Porque un ser humano merece el cielo, ya que es su patria abandonada y ninguna riqueza material es suficiente para negarle su heredad perdida, sin necesidad de prolongar la vida. Habla de prolongar el que no ha tenido poder para crear, porque la vida no es un objeto que se deteriora, eso es el cuerpo, “se vieron que estaban desnudos”. La vida es lo que somos en realidad sin necesidad de suplementos; debido a ello, no toquemos un cuerpo con las manos si antes no lo hemos tocado con el espíritu. Si no tienes amor no utilices nunca la sagrada forma del ser humano. Porque el ser humano no es un objeto, ni mucho menos una mercancía. Un ser humano, aunque esté hundido en la más completa oscuridad, mientras aliente, es la obra de un Creador que le ha brindado una Divinidad para guiarle
. Hay pecados de ignorancias, pecados de desesperación y soledad. Pero también hay otros de saturaciones, de especulaciones, de negaciones. Hay pecados que atentan contra la materia. Hay otros que deterioran porque ensucian el plasma cósmico, llamado alma. No compres, ni manipules, ni denigres, ni reduzcas a un ser humano. Detrás de él, está su Creador. Y Éste no está muy lejos de este mundo. Estas palabras no tienen la verdad absoluta, pero, al menos, se pueden enfrentar a aquella que presume de tenerla.

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