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Piden penas de 17 y 20 años de cárcel a cuatro jóvenes por cometer ocho robos en 72 horas

La Guardia Civil logró interceptar el coche de los detenidos cortándoles el paso en Aguadú

El Ministerio Fiscal pide penas de 17 y 20 años de prisión para cuatro jóvenes, a los que se les acusa de cometer hasta ocho delitos de robo con violencia en apenas 72 horas. Los hechos se corresponden a los días 14 y 17 de junio de 2016. Los procesados supuestamente sustrajeron a punta de navaja varios teléfonos robados a menores, siendo cuatro de ellos niños no acompañados acogidos en la Purísima. Dos de ellos sufrieron lesiones con el arma. También están acusados de sustraer un colgante y de robar en el interior de dos vehículos. Los encausados afirman que fueron detenidos por la Guardia Civil después de varios días de «fiesta continuada» en los que mezclaron pastillas y alcohol, motivo por el que no recuerdan nada. Cuatro jóvenes se enfrentan a penas que suman entre 17 y 20 años de prisión. Están acusados de numerosos robos con fuerza que presuntamente cometieron en los días 14 y 17 de junio de 2016.
Ayer se sentaron en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla, en el que tendrán que volver a sentarse en una segunda sesión, que será el día 20 de este mes.
Según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, los encausados cometieron un total de ocho delitos. El primero, en torno a las 13.30 horas del día 14.
Supuestamente, rompieron la ventanilla de un vehículo aparcado en la carretera Aguadú y sustrajeron de su interior un teléfono móvil y documentación. El coche y los efectos que se llevaron pertenecían a un agente de la Policía Nacional que los reconoció fotográficamente.

Robos a menores
Tres días después, siempre según acusa la Fiscalía, los jóvenes cometieron un robo a primera hora de la mañana en las inmediaciones del IES Enrique Nieto. Presuntamente sustrajeron el móvil a un menor e intentaron meterlo a la fuerza en el interior del vehículo, pero el menor se resistió.
En torno a las 11.30 horas de la misma mañana, continuando con los hechos expuestos en el escrito de la fiscal, los cuatro acusados se dirigieron en el mismo vehículo al túnel que hay próximo al centro de acogida La Purísima.
Haciendo uso de una navaja sustrajeron a cuatro menores no acompañados varios teléfonos móviles y una gorra, según acusa el Ministerio Público. Dos menores fueron heridos con el arma, uno en el glúteo y el otro en el brazo.
Posteriormente, sobre las 12.00 horas del mismo día, robaron presuntamente un cordón con el busto de un cristo a una señora en la calle Alférez Guerrero, recurriendo a la técnica del tirón.
Parte de la cadena de oro y el busto fueron localizados por la Guardia Civil en el interior del calcetín de uno de los procesados.
Más tarde, los cuatro encausados se desplazaron a la carretera de Aguadú. Según la acusación de Fiscalía, rompieron la ventana de un vehículo que permanecía estacionado y sustrajeron del interior varios objetos, entre ellos dos teléfonos móviles, una cartera y documentación.

La versión de los acusados
Sólo uno de los procesados contestó a las preguntas formuladas por la fiscal. Prácticamente negó todos los hechos.
Explicó que él era la persona que conducía y, pese a admitir que estuvo junto al resto de los encausados en los lugares en los que presuntamente se cometieron los delitos, incidió en que no bajó del vehículo y en que tampoco vio que el resto de los acusados cometiera algún robo.
Únicamente afirmó que escuchó cómo uno de los acompañantes rompía el cristal del coche estacionado en Aguadú el día 17, aunque no lo vio directamente, según expuso.
El resto de los jóvenes se acogieron a su derecho de responder únicamente a las cuestiones planteadas por sus letrados.
Los cuatro encausados sostuvieron que fueron detenidos el mediodía del 17 de junio después de pasar varios días de «fiesta continuada», consumiendo pastillas y alcohol. No recuerdan nada a causa del consumo, apuntaron.

Despliegue de la Guardia Civil
Cuatro agentes de la Guardia Civil prestaron declaración en la vista. Según expusieron, estuvieron recibiendo avisos «durante toda la mañana» del 17 de junio a causa de una serie de robos con fuerza.
Los denunciantes especificaron que eran cuatro los autores de los delitos, que se movían en un Nissan gris y aportaron los datos de la matrícula. Desde la Comandancia de la Guardia Civil se pasó el número de la matrícula y las características del coche a las patrullas y a la central.
Un agente vio pasar el vehículo cuando se encontraba en su puesto fijo de Aguadú. Sería en torno a las 13.40 horas, según dijo en el juicio. Entonces, dio el aviso para que se desplegase un protocolo de detención. «Primero bajaron. Di el aviso. Cuando subieron ya los interceptamos», relató.
Explicó que iban conduciendo el citado automóvil «de forma temeraria». «Teníamos la carretera cortada», agregó. Se procedió a un cacheo superficial y a registrar el coche, relataron los agentes.
En la guantera localizaron uno de los teléfonos móviles de los que se había denunciado el robo. A uno de los procesados le encontraron otro teléfono móvil y un pen drive escondido en la ropa interior. Otro teléfono apareció en posesión de otro encausado en el cacheo. También se halló un bolso de caballero, portado por uno de los procesados, así como una cartera con dinero. Parte del collar de oro fue localizado en el calcetín de uno de los acusados.
Todos los objetos fueron reconocidos por los perjudicados, según afirmaron los agentes de la Guardia Civil. Tras el cacheo, los encausados fueron detenidos.
Se preguntó a los agentes por el estado en el que encontraron a los encausados. No coincidieron en las respuestas. Hubo quien apuntó que se encontraban en condiciones «normales». Otro señaló que parecía que estuvieran bajo los efectos de alguna sustancia aunque no habían perdido la capacidad de comprensión. «No descarto que estuvieran bajo los efectos de algo, pero tampoco lo puedo asegurar», afirmó un tercer agente. «Se encontraban adormilados, nada más», dijo el cuarto de ellos.

No los reconocen
La mayoría de los perjudicados identificaron a los cuatro procesados cuando sucedieron los hechos mediante reconocimiento fotográfico.
Sin embargo, al verlos ayer en sala no los reconocieron como los autores de los robos. O porque no estaban seguros, o porque no los recordaban.
Dos testigos menores señalaron a uno de los acusados, uno de ellos sin estar seguro y el otro afirmando que era la persona que conducía, pero no quien le robó o amenazó con la navaja. El Policía Nacional sí los reconoció.

Segunda sesión
El juicio se reanudará el próximo jueves, 20 de julio. En esta segunda sesión declararán tres testigos menores de edad propuestos por el Ministerio Público.
Después, el magistrado tendrá que decidir la sentencia: absolutoria o condenatoria.

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Irene Quirante

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