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Piden 3 años de cárcel para un médico de Urgencias por homicidio imprudente

La mujer fue derivada al servicio de Urgencias, donde le atendió el procesado

El Ministerio Fiscal reclama una pena de tres años de prisión y cinco años de inhabilitación profesional para el médico acusado por un presunto delito de homicidio imprudente cometido en diciembre de 2011. El facultativo atendió en el servicio de Urgencias a una joven de 28 años que había sido derivada desde el centro de salud de Cabrerizas por referir un intenso dolor de cabeza que no remitía, pese a que se le habían suministrado fármacos. El doctor aseguró en el juicio que exploró a la mujer y le dio el alta después de permanecer durante horas en observación, ya que ella misma le trasladó en varias ocasiones que ya se encontraba bien. A la mañana siguiente, el marido de la joven la encontró sin vida en la cama de su domicilio. Un médico del Comarcal podría ingresar en prisión por ser el presunto autor de un delito de homicidio imprudente. El facultativo, cuyo nombre se corresponde con las siglas L.M.M., atendió el 13 de diciembre de 2011 en el servicio de Urgencias a F.F., una paciente de 28 años que remitía un agudo dolor de cabeza. Horas después de que se le diera el alta, su marido la encontró sin vida en la cama de su domicilio.

El Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla acogió durante la mañana de ayer la primera sesión del juicio al médico. El Ministerio Fiscal reclama inicialmente para el doctor una pena de tres años de prisión y cinco años de inhabilitación profesional.

Declara el médico procesado
El acusado afirmó que en torno a las 16.30 horas atendió a la víctima en el servicio de Urgencias del Comarcal. La mujer fue derivada del centro de salud de Cabrerizas por problemas de cefalea, según expuso L.M.M. Lo que la paciente le manifestó es que le dolía la cabeza, sostuvo el procesado. "Me dijo que se había levantado con ese dolor", comentó. La mujer también le remitió que había vomitado, aunque no le precisó en qué punto del día, según manifestó el doctor.

En base a eso, siguió explicando el facultativo, él le realizó una exploración de la que dedujo que la sintomatología que presentaba se correspondía con un cuadro de cefalea primaria. "En Urgencias dedicamos mucho tiempo a explorar al paciente", aseguró el procesado en respuesta a la fiscal, quien se interesó por la exploración llevada a cabo por el doctor.

Según apuntó L.M.M., nadie le comunicó que habían suministrado a F.F. un Nolotil en el servicio de atención primaria. Por aquel entonces los historiales clínicos no se encontraban informatizados como ahora, puntualizó el médico. "No recuerdo tener su historial clínico en mi mano", dijo. "O bien porque no se encontró, o bien porque no existía".

Continuó explicando el doctor que, tras suministrar un sedante a la paciente, ella permaneció en observación. "En las tres o cuatro últimas horas me refería que se quería ir a su casa porque se encontraba bien", declaró el facultativo, quien aseguró que reevaluó las constantes de la mujer en distintas ocasiones. "En ningún momento se avisa de empeoramiento", señaló. "La mujer mejoró y se fue sin dolor de cabeza", insistió L.M.M. en la vista. Según dijo, F.F. abandonó el Comarcal en torno a las 20.00 horas, después de que se le diera el alta.

La fiscal quiso saber si el día de los hechos los profesionales del servicio de Urgencias se encontraban sobrecargados por el número de pacientes que tenían que atender. "Siempre estamos saturados en Urgencias", respondió el facultativo.

La atención primaria
Antes de que F.F. fuese remitida al servicio de Urgencias, fue atendida por distintos profesionales sanitarios en el centro de salud de Cabrerizas. Su médico de cabecera declaró que el 13 de diciembre de 2011 fue la primera vez que recibió a la paciente. "Nunca había ido a la consulta", manifestó. La vio en torno a las 12.30 horas, apuntó la facultativa.

Explicó que la mujer remitía estar sufriendo un dolor de cabeza y ella le suministró un Nolotil, que actúa como relajante muscular. "Le dije que volviera si no se encontraba bien", trasladó en la vista. La doctora sostuvo que no observó "ninguna anormalidad" al explorar a la enferma. También aclaró que no presenció ningún vómito.

La segunda doctora que atendió a F.F. explicó en el juicio que la mujer regresó al centro de salud porque no había remitido el dolor de cabeza. "Me dijo que había estado en consulta, que su médico le había puesto un analgésico pero que no le había hecho efecto", rememoró la sanitaria. Según apuntó, le "impresionó" que el dolor de cabeza fuera "intenso" y provocara que la paciente estuviera en estado de nerviosismo.

Sin embargo, realizadas las pruebas, no advirtió patología ni sintomatología anormal, agregó en la vista. Luego, la facultativa suministró a la enferma oxígeno y un ansiolítico. "La observé unos 15 o 20 minutos", expuso. Otro doctor relevó a la médica, según indicó en la vista. "Le dije a mi compañero que si persistían los síntomas la derivara", siguió declarando la profesional sanitaria. "Si una paciente está bien por supuesto que no la derivamos a Urgencias", subrayó la doctora.

La forense: “No se llevaron a cabo las pruebas necesarias”
La causa de la muerte de F.F. fue una hidrocefalia obstructiva. Esta fue causada por un quiste coloide que sufría la mujer y terminó bloqueando la circulación del líquido cefalorraquídeo en el cerebro. Así lo expuso el médico forense que practicó el levantamiento del cadáver. A su parecer, "no se llevaron a cabo las pruebas necesarias" en el servicio de Urgencias para diagnosticar qué estaba causando el dolor de cabeza de la mujer.

Según sostuvo la facultativa, la sintomatología que presentaba la paciente "debería de haber puesto en alerta" a los sanitarios. "Las pruebas de imagen hubieran permitido ver el quiste", dijo. "Se hubiera podido poner un tratamiento farmacológico", agregó, pese a admitir que el desenlace podría haber sido el mismo. Este quiste es tratable de forma quirúrgica, aclaró. La médica valoró que "lo lógico" hubiera sido que no se hubiera dado el alta a la paciente. Afirmó que los familiares de F.F. le refirieron sintomatología que no aparece en la documental médica, como sensación de mareo o dificultad en el habla. En este punto, incidió en que le llamó la atención que los familiares le describieran estos síntomas, ya que se correspondían con el cuadro clínico de la víctima.

Por su parte, apuntó que podía darse el caso de que estos síntomas hubieran aparecido de forma intermitente, siendo más o menos perceptibles en función del grado de obstrucción. Sin embargo, sostuvo que los familiares de F.F. le trasladaron que ella abandonó el Comarcal con toda esta sintomatología.

“Ya no respondía”
También prestaron testimonio los policías que acudieron al domicilio de la víctima para certificar su fallecimiento. "Nos entrevistamos con el marido. Nos dijo que se fue a rezar y cuando volvió su mujer ya no estaba viva", expusieron los agentes de la Policía Nacional. Según trasladó el familiar, F.F. continuó vomitando, sufriendo mareos y dolor de cabeza durante toda la noche. "Nos dijo que a las 6.45 habló con su mujer y ella le dijo que estaba mejor", continuaron detallando los policías. A las 7.10 horas, la mujer “ya no respondía”.

Segunda sesión
El juicio a L.M.M. continuará el día 18 de este mes. En esta segunda sesión serán llamados a declarar tres peritos propuestos por parte de la defensa. Se espera también que comparezcan el marido y el primo de la fallecida, ya que ayer no se presentaron a la vista, pese a que habían sido citados como testigos.

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Irene Quirante

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