Este año existe la posibilidad de que puedan venir animales del país vecino, aunque llevarla a cabo parezca, a priori, algo complicado. Habrá que esperar un poco para ver si finalmente era para tanto, pero lo que no se puede es pretender volver a lo que había antes, fórmulas más propias del medievo para pasar los borregos, como exige CpM Una vez más, y ya van dos años seguidos, el Aid El Kebir se acerca teñido de polémica pese a ser una de las festividades más grandes e importantes de Melilla, y no sólo de la comunidad musulmana, como ocurre con otras como el mes sagrado de Ramadán. Si el año pasado fue porque no se podían pasar borregos a Melilla desde Marruecos debido al brote de fiebre aftosa declarado en los países cercanos del Magreb, este año la polémica se debe a que sí podrán pasar, aunque con una serie de condiciones que ha propuesto el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) en un proyecto de Orden que se encuentra en periodo de alegaciones.
MELILLA HOY ya avanzó el pasado lunes el proyecto de Orden con las condiciones que el Mapama considera que se deben dar para que los borregos marroquíes puedan pasar a este lado de la frontera para ser sacrificados en la Pascua Grande. Además de superar un doble control de servicios veterinarios oficiales en Marruecos y en la frontera, los borregos deben venir en vehículos que tendrán que ser desinfectados por partida doble, tanto en Marruecos como a su entrada en Melilla, sin «restos de paja y demás productos» que puedan ser «utilizados como cama o alimento para los ovinos durante el transporte». Además, la entrada de los animales debe hacerse como «movimientos comerciales», esto es, mediante una importación, «y con destino a una explotación ganadera o matadero sito en Melilla».
Aunque este año el reto de traer borregos marroquíes esté más cercano por el hecho de que se permita con condiciones frente a la prohibición taxativa del año pasado, la realidad es que los requisitos no parecen fáciles de que se puedan llevar a cabo, aunque quienes tengan que llevarlos a cabo sean profesionales, concretamente los ganaderos, dado que los borregos tendrán que ser traídos mediante una importación oficial en la aduana.
Primero, porque las condiciones, además de exigentes, son numerosas, y algunas de ellas cuales conllevan un doble cumplimiento tanto en Marruecos como en la frontera antes de la entrada de los borregos en Melilla. Pero además, porque no parece claro que haya capacidad en Melilla para que se puedan cumplir, como es el caso del matadero o los veterinarios oficiales de la Delegación del Gobierno que tendrían que controlar a los miles de borregos que llegarían, si es que hay ganaderos interesados en hacer esta importación, teniendo en cuenta que estos requisitos supondrán unos costes añadidos al precio final del borrego, que podrían causar reticencias entre los compradores. Esta cuestión ya fue apuntada a este Diario por algunas fuentes consultadas, que recordaron, además, que de momento no hay puesto autorizado de control (aunque el delegado del Gobierno dijo que se habilitará por unos días).
Con todos estos factores, parece difícil que para el 1 de septiembre se pueda celebrar en Melilla el Aid El Kebir con borregos marroquíes. Pero ojo, a diferencia del año pasado, no es imposible y, además, siempre está la posibilidad de suplir una hipotética falta de borregos marroquíes con animales peninsulares, como ocurrió el año pasado con éxito.
Por eso, las movilizaciones anunciadas ayer por CpM no tienen ningún sentido, menos aún después de lo que sucedió al final el año pasado, cuando la inmensa mayoría de los melillenses musulmanes aceptó la alternativa de los borregos marroquíes sin ningún problema, para disgusto de CpM, cuyo llamamiento al boicot fue todo un fracaso. Este año existe la posibilidad de que puedan venir animales del país vecino, aunque llevarla a cabo parezca, a priori, algo complicado. Habrá que esperar un poco para ver si finalmente era para tanto, pero lo que no se puede es pretender volver a lo que había antes, fórmulas más propias del medievo para pasar los borregos, como exige CpM. Y menos aún cuando el brote de fiebre aftosa no se ha erradicado en los países del Magreb, aunque se haya «estabilizado» en Marruecos. De ahí esas condiciones que establece el Ministerio para proteger la Salud Pública y la economía de España en general y esta ciudad en particular.
