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“Los vigilantes del CETI a los que califican como agresores figuran como agredidos en la denuncia”

UGT defiende la labor de estos profesionales para solucionar “situaciones conflictivas” en el centro, unos hechos que “no son aislados”

“Los vigilantes a los que se les califica como agresores sin previo juicio figuran como agredidos en la denuncia”. De esta manera, los representantes de UGT de los profesionales de seguridad privada del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla (CETI) quisieron salir al paso de “las últimas publicaciones de forma condenatoria y despectiva” hacia el colectivo por parte las ONG Geum Doudou, Soliday Wheels, Prodein, Novatec e Iridia.

En un comunicado, la representación de los vigilantes quiso aclarar los hechos ocurridos el 25 de mayo, asegurando que lo que sucedió, en realidad, es que “ante la negativa de un residente de acatar las normas de acceso al comedor, y debido a su agresividad, fue apartado de la fila por el equipo de seguridad con asertividad para garantizar el buen desarrollo de la dinámica de entrada al comedor”.
“Dicho residente fue reconducido hacia la zona de control de seguridad, para poder ser identificado, ya que se negaba a hacerlo, haciendo caso omiso y mostrando una actitud agresiva. Una vez en la zona, el residente zarandeó a los dos vigilantes que estaban atendiendo la incidencia agrediendo a los mismos, resultando heridos (aportan parte de lesiones facultativo). Deseamos aclarar que todo el centro está rodeado de cámaras de CCTV, incluido el control de seguridad, la denuncia de los profesionales hacia dicho residente está en curso”, dejaron claro los representantes de los vigilantes.


Agregaron que, a raíz de dicho problema, “una veintena de residentes de origen sudanés se sumaron al conflicto por ser de la misma nacionalidad de la persona con la que se tuvo el problema”.


Aseguraron que, en su protesta, estos migrantes “mostraron una actitud insultante hacia los vigilantes, intentando causar revuelo y perturbación de la paz del interior del centro, mostrando actitud machista hacia una de las jefas de grupo de seguridad, a la que ningunearon por el hecho de ser mujer cuando se dirigía a resolver el conflicto. Finalmente lograron apaciguar los ánimos y resolver el problema por sus propios medios”.

“No son hechos aislados”
En su comunicado, aseguraron que “no son hechos aislados”. Se trata, dijeron, de “la parte más desagradable” de su trabajo: “Es recurrente e inevitable que de vez en cuando tengamos que solucionar situaciones conflictivas en un momento puntual de alguna persona de entre tantas que residen en el centro”.


Una de las razones, señalaron, es el “choque cultural que supone pasar de vivir en sus países de origen a España y que, por lo tanto, deben acatar unas normas desconocidas, que pueden llegar a suponerles un conflicto interno debido a sus rutinas y educación de origen”.


No obstante, puntualizaron que los actuales residentes están siendo un ejemplo de conducta y que, en general, colaboran de forma positiva con los trabajadores, tanto de seguridad como del resto de colectivos profesionales del CETI.


“Nuestra prioridad es garantizar su seguridad y bienestar, son más de 20 años los que nos avalan, siempre estuvimos, estamos y estaremos a su disposición, extralimitándonos en innumerables ocasiones de nuestras funciones voluntariamente, para prestarles la ayuda humanitaria necesaria, a pesar de que a veces y debido a nuestra profesión, seamos insultados, agredidos y ninguneados cuando intentamos garantizar el buen funcionamiento del centro de estancia”, dejaron claro.

( La edición digital de PDF de MELILLA HOY
https://online.melillahoy.es/membresias/ )

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