La palabra Ciudadano pone a las personas al servicio de los políticos. La definición contribuyente, pone a los políticos al servicio de las personas. Ciudadano diluye a la persona en una masa abstracta, ante un sistema, en el cual, es gobernado, protegido, manipulado y absorbido por aquellos, que considerándose superiores, olvidan , que esa superioridad no es otra cosa que la recibida como Servicio y adulterada por ellos como Elección.
” El Ciudadano me ha elegido” Sí. ¿Pero para qué te ha elegido? ¿Para que te enriquezcas con sueldos superiores y sobresueldos deshonestos? ¿Y con chanchullos indecentes y manipulados?
La definición contribuyente, avisa rotundamente a estos “electos” que las personas son las que pagan y contribuyen con su trabajo y con sus impuestos, a que estos políticos existan. O sea, que en realidad, son la vida de ellos. Ciudadano se usa por aquellos, que consideran y han considerado, que son Guías a sueldos y prebendas de los que le eligieron. No servidores. Contribuyente, obliga a que se legisle y se gobierne. Aclara rotundamente de que el país vive y acciona, gracias a la contribución de todos, no de unos pocos elegidos, haciendo de la Democracia una realidad compartida y no un nido de fatuos, inútiles y engreídos, convencidos en un falso poder, que siempre suele acabar en corruptelas y robos, envileciendo la libertad y reduciendo a la sociedad en la impotencia, la indiferencia y la pobreza. Por desgracia, ejemplos tenemos de ello, no muy lejanos. Hay diferencia entre las dos palabras.
La primera o sea ciudadano, anula en la mentira de la masa y el engaño La indiferencia nacida de la ignorancia, seducida por la apariencia falsa del embaucador, que oferta ventajas y soluciones que ni siquiera tiene ni conoce, ya que casi siempre suelen ser nacidas de intereses partidistas o no de realidades comunes.
La segunda o contribuyente, revitalizan, enaltece y dignifica, en la verdad, de lo que es la autenticidad de un país y su sistema de gobierno. De reparto y valoraciones De dignidad y conocimiento de las personas, que son alma, guía y defensa del progreso, el orden y la justicia. Que comienza con la educación, principio y pilares de la verdadera libertad, ejercitándose después, con el trabajo en la utilidad del bien común.
Contribuyentes si ciudadanos no. Debemos de aprender de memoria lo que realidad somos, porque lo somos y para que lo somos. Nadie nos regala nada. Por lo tanto, nadie puede ni debe quitarnos nada. Como es consentir salarios inferiores, cuando existen otros superiores, tal vez entregados a personas, cuyas contribuciones al bien común y a la riqueza del país ,no tienen el mismo valor y utilidad….Consentir Pensiones miserables, cuando la mayoría de las personas que las reciben, ya las abonaron con creces con su trabajo y sus impuestos…No. Que se enteren de una vez, todos aquellos que alardean y se pavonean de ser “elegidos para el orden, la equidad y el bienestar de un país” que se enteren que, solo el contribuyente, solo EL, es el único que suele entregar su vida a través de su trabajo y sus conocimientos, en la búsqueda de estos valores humanos y sociales, que .por desgracia, casi .siempre, se ven mermados, negados ,ofendidos y retrasados ,por la voracidad, la trampa y la mentira .de una serie de inútiles y engreídos, que consideran un país como propias parcelas, para sus detritus de estómagos insatisfechos…¡que se enteren de una vez! Aunque hagan oídos sordos, en esas reuniones apartadas, que como partidas interesadas en propias conveniencias, suelen ejercitar a menudo en partidos y reductos personales. Pero a menudo también, estas palabras, cada día, suelen sonar más en las calles. ¡que se enteren! aunque no quieran enterarse.
Buenos días y ..
