El Ministerio Público pide un año de cárcel para un ciudadano marroquí por montar supuestamente «el espectáculo» en la frontera de Beni Enzar al hacer caso omiso de las indicaciones de la Policía Nacional. Según el agente, el hombre se puso muy nervioso cuando se le dijo que se iba a llamar a la grúa, haciendo aspavientos y tirándose al suelo. Según la versión del encausado, fue el policía quien se comportó de forma agresiva sin motivo aparente delante de su mujer, dos hijos menores y un vecino.
Un ciudadano marroquí tendrá que responder ante la Justicia por un presunto delito de resistencia y atentado a la autoridad, por el que se le reclama un año de prisión. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el encausado trató de cruzar la frontera de Beni Enzar con un vehículo dedicado al contrabando. Al darse cuenta un policía, le pidió que aparcara el vehículo y fuera andando si quería pasar a Melilla, a lo que el procesado supuestamente respondió con aspavientos y resistencia.
En el juicio, celebrado la semana pasada en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla, el acusado explicó que el 13 de julio pretendía acceder a Melilla cuando un agente de la Policía Nacional le agredió en presencia de su mujer, sus dos hijos menores y un vecino. «Decía que mi coche era de contrabando», expuso. Sin embargo, negó que esto fuera cierto.
Pese a todo insistió en que su actitud fue «normal» en todo momento y en que siguió las indicaciones dadas por el policía, haciéndole caso cuando le requirió la documentación y aparcando el vehículo, tal y como se le dijo.
Relató a su vez que el agente le llamó «moro de mierda» y que, cuando el acusado trató de ir a hablar con su superior, el policía puso muy agresivo.
«Me tiraron al suelo y me pusieron las esposas. Yo estaba tranquilo. Me pegó en el pecho y me insultó delante de mi mujer e hijos», expuso el procesado. Según indicó el hombre, desconocía el motivo por el que el policía le trató así. Asimismo, agregó que no se le devolvió el carnet de conducir y que el agente le destrozó su teléfono móvil.
La versión del policía
Según explicó el agente de la Policía Nacional, conocía perfectamente al procesado por su actividad en el contrabando. Siempre según su declaración, pidió al individuo de buenas maneras que aparcase el coche si quería pasar a Melilla, ya que tiene la orden de no dejar pasar a ningún vehículo dedicado al comercio atípico fuera del horario establecido.
«Se va y un compañero me comenta que ha intentado pasar haciendo un giro indebido», expuso. Fue entonces, según dijo, cuando le pidió la documentación y le informó de que llamaría a la Policía Local para que le sancionara por la maniobra. Se le impusieron tres multas: una por el giro indebido, otra por el estado de la rueda delantera y porque uno de los que iban en el vehículo no llevaba el cinturón, sostuvo en el juicio.
«Cuando la Policía Local le dijo que tenía que llamar a la grúa fue cuando se empezó a poner agresivo», aseguró el policía. Afirmó que el hombre comenzó a «balbucear en marroquí» y que le llegó a decir que le iba a «buscar la ruina». Luego trató de ir hacia las dependencias policiales, siempre según el agente. Al ir detrás para detenerlo, continuó explicando, el individuo «se tiró al suelo, como si estuviera rezando», en una actitud «pasiva total».
Incidió el agente en que nadie pretendía detenerlo inicialmente. Sin embargo, dada su actitud y el «espectáculo», fue a más lo que tendría que haber sido una simple multa.
Los testigos
El agente de la Policía Local respaldó la versión de su compañero, incidiendo en que el procesado se mostró «nervioso», levantó la voz en varias ocasiones e hizo «caso omiso» al agente de la Policía Nacional.
Por otro lado, declaró el vecino que iba en el vehículo del acusado, junto a la mujer del encausado y sus dos hijos. Sostuvo que lo multaron por el cinturón, pese a que todos los ocupantes del coche lo llevaban. Siguió diciendo que el acusado hizo el amago de pagar la sanción, pero no se le dejó.
«El Policía le empujó y le dio en el pecho», continuó el testigo. Afirmó que se comportó de forma muy agresiva, asustando a los menores y que incluso trató de sacar a uno de los niños del coche a la fuerza. Pese a todo, aseguró, el encausado se comportó sin perder la calma.
Aunque se ofrecieron versiones totalmente contrapuestas, la magistrada titular tendrá que decidir la sentencia: condenatoria, con un año de prisión para el encausado, o absuelto de todos los cargos.
El procesado denuncia a su vez al agente de la Policía Nacional
El mismo individuo acusado por el delito de resistencia y desobediencia a la autoridad, con Tarjeta de Permiso de Residencia en España, denunció a su vez en el Juzgado de Instrucción número 4 de Melilla haber sido agredido por el agente de la Policía Nacional en la frontera de Beni-Enzar “en presencia de sus tres hijos menores de edad” y su mujer, además de haber sufrido abuso de autoridad y un delito contra la integridad moral de las personas.
Sobre ambas denuncias, será finalmente la Justicia en Melilla la que tendrá la última palabra.
