Un hombre se enfrenta a la posibilidad de ingresar en prisión durante cuatro años por ser el presunto autor de un robo con fuerza en las cosas. Según se denunció, usó un objeto punzante para amenazar a otro individuo y robarle su cartera, en la que llevaba su documentación y 3.000 dírham. El procesado, sin embargo, aseguró que el día de los hechos se encontraba en Marruecos, donde asistió a la boda de su hermano. El Ministerio Público pide cuatro años de prisión para un individuo, al que se le acusa por un presunto delito de robo con fuerza en las cosas. Según se denunció, robó la cartera a otro individuo el pasado 23 de septiembre usando para ello un objeto punzante. Supuestamente, los hechos ocurrieron en la Avenida Europa y, una vez sustrajo el monedero, en el que había unos 3.000 dírham, huyó dirección a la frontera de Beni Enzar.
El procesado no sólo negó estos hechos en el juicio, celebrado esta semana en el Juzgado de lo Penal 2 de Melilla, sino que aseguró que ese día estuvo en Marruecos asistiendo a la boda de su hermano. Según sostuvo, conocía al denunciante por ser vecino de la zona y porque, apuntó, en los años 60 estuvo trabajando con su padre. Aunque afirmó que no había tenido ningún conflicto con él hasta el momento, indicó que sí mantenía una mala relación con un amigo del querellante por culpa de unos terrenos en el país vecino.
Los testigos le delatan
Según relató el perjudicado en la vista, no pudo ver al acusado cuando cometió el presunto robo. Sin embargo, dijo que fueron las personas que presenciaron los hechos quienes lo identificaron. Sostuvo que esa misma semana se encontró con él en la ciudad vecina de Nador. Entonces, le dijo que tenía un plazo de cuatro días para devolverle la cartera y que, en el caso de que no lo hiciera, lo denunciaría, como finalmente hizo. Fue a los meses cuando volvió a verlo. Según explicó, se había enterado de que trabajaba en un mercado de la ciudad como transportista. Al comprobar con sus propios ojos que esto era así, llamó a la Guardia Civil para informar de que había localizado al presunto ladrón.
Precisamente, el agente que se desplazó hasta el mercado afirmó en la vista que, en aquel momento, él y su compañero dudaron de la veracidad del relato del denunciante. Básicamente, por el aspecto. No obstante, ante su insistencia, fueron a hablar con el acusado. «Nos dijo que lo conocía y que no le había robado», recuerda el Guardia Civil. Según recalcó, el procesado colaboró en todo momento y, pese a su sorpresa, accedió voluntariamente a ser detenido y trasladado a la Comandancia.
La defensa
Para el letrado del acusado, el testimonio del perjudicado contiene varias «incongruencias» que demostrarían la inocencia de su defendido. Por un lado, recordó que en la querella indica que el autor del robo era un hombre rubio. Su cliente es calvo porque lleva tres años rapándose la cabeza, resaltó. Por otro lado, recordó que «nadie vio ningún objeto punzante».
Asimismo, indicó que era «muy extraño» que alguien que acababa de cometer un robo se dirigiera a la frontera, donde hay varios cuerpos de seguridad vigilando la zona. Tampoco le parecía lógico que, de ser cierto que se encontraron en Nador a los días del robo, le diera un plazo de tiempo para que le devolviera su cartera en vez de denunciarlo a las autoridades marroquíes.
«O no hay robo, o lo que hay es una confusión», sostuvo el abogado tras reclamar una sentencia absolutoria para su representado.
La fiscal mantuvo su petición de una sentencia condenatoria. La magistrada tendrá que decidir.
