El Ministerio Público solicita un año y cinco meses de cárcel para un individuo al que se le acusa por el delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y por falsificación documental. Se le reclama a su vez una multa de 1.500 euros. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el procesado ayudó a otro hombre de origen marroquí a acceder a la Península en avión de forma ilícita al tramitarle un documento falsificado. El acusado niega los hechos y sostiene que únicamente le llevó al señor al aeropuerto porque trabajaba como ‘taxi pirata’. Un hombre se enfrenta a la posibilidad de ingresar en prisión por ser el presunto autor del delito contra los ciudadanos extranjeros, por el que se le solicita la pena de ocho meses de cárcel, y del delito de falsificación, por el que también se le piden nueve meses y una multa de 1.500 euros. Está acusado de falsificar un documento de identidad para que otro hombre de origen marroquí pudiera acceder a la Península de forma ilegal.
Los hechos que llevaron al procesado al banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla se corresponden al día 9 de octubre de 2014. Ese día, según la acusación de la fiscal, acompañó al hombre marroquí al aeropuerto y le ayudó a comprar un billete con un documento que él mismo habría falsificado.
Niega los hechos
El acusado, por su parte, aseguró que esto no era así. Según expuso, él se buscaba la vida haciendo viajes como ‘taxi pirata’. En Beni Enzar contactó con un hombre que le pidió que llevase a él y a su primo al aeropuerto de Melilla, dijo. Como después tendría que llevar a uno de ellos de vuelta, explicó, estuvo con ellos mientras el ciudadano marroquí se compraba un billete en una de las agencias de la terminal.
«Yo no sabía si iban a comprar el billete o no porque no tenía confianza con ellos», señaló. En este sentido, insistió en que era «mentira» que él hubiese hecho algún trámite para que el señor comprara un billete con una documentación falsificada. Según siguió relatando, a los días fue detenido por la policía secreta.
Prestó declaración la trabajadora de la agencia de viajes que les atendió cuando acudieron a comprar el billete. Según expuso, no recordaba al procesado porque no suele fijarse en las caras de los clientes. Recordó que, a los días de la compra, la Policía Nacional le llamó para que acudiera a la Jefatura a hacer el reconocimiento fotográfico.
«Fue quien lo tramitó todo»
Un agente de la Policía Nacional, por su parte, aseguró que conocía al acusado de anteriores intervenciones y relató que la trabajadora del avión en el que subió el hombre marroquí, de la compañía Iberia, reconoció al acusado a través de fotografías. «Él fue quien lo tramitó todo», sostuvo el policía. Según apuntó, la falsificación consistía en superponer a un documento original una pegatina para cambiar los datos.
Tras escuchar todas las versiones, la fiscal reclamó el dictado de una sentencia condenatoria. Por el contrario, la defensa alegó que no había pruebas suficientes para desvirtuar la presunción de inocencia de su representado.
En su derecho a la última palabra, el acusado afirmó que los policías secretas le «tienen hincha» y que fue muy mal tratado al ser detenido.
La juez decidirá.
