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La triste realidad

Ni los agentes de movilidad ni los policías locales situados en cruces estratégicos podían impedir el caos circulatorio que se estaba produciendo en el Industrial, el Tesorillo y parte del centro, provocado por la gran cantidad de vehículos que se encontraban sin alternativas para llegar al centro al encontrarse con la calle Actor Tallaví cortada por la feria, y el resto de vías afectadas por obras Defendía Imbroda este lunes las obras por una movilidad sostenible que se están haciendo en Melilla porque la ciudad se suma de esta manera al camino ya emprendido por el resto de grandes ciudades en las que hace años empezaron a apostar por otras formas de desplazamiento diferentes al vehículo que, además de ser más respetuosas con el Medio Ambiente, favorecen que tengamos una ciudad más amable. Es cierto, pero el esfuerzo que se hace en infraestructuras para emprender ese camino se debe complementar con medidas encaminadas a la concienciación, a hacer muchísimo más fácil la decisión del melillense de dejar el coche aparcado para desplazarse y probar otras alternativas más saludables para todos, como el transporte público, la bicicleta o caminar. Se han hecho cosas, pero no son suficientes y la prueba la tenemos en la cantidad de coches que seguimos viendo en el día a día, que ahora en feria colapsan las calles hasta convertirlas en un atasco sin fin que, encima, puede convertirse en una auténtica ratonera por afectar a un barrio, el Tesorillo, donde se ubica el Parque de Bomberos.
El lunes por la mañana, casi al mismo tiempo que Imbroda visitaba la obra de la calle Marqués de Montemar, donde se han abierto dos carriles para «desalojar» el tráfico de la feria, todas las inmediaciones acumulaban coches y más coches que trataban de llegar al centro. Ni los agentes de movilidad ni los policías locales situados en cruces estratégicos podían impedir el caos circulatorio que se estaba produciendo en el Industrial, el Tesorillo y parte del centro, provocado por la gran cantidad de vehículos que se encontraban sin alternativas para llegar al centro al encontrarse con la calle Actor Tallaví cortada por la feria, y el resto de vías afectadas por obras.
Y es que claro, no solo se ha cortado la principal vía de acceso al centro por motivos de seguridad, sino que esta medida, muy necesaria para evitar atentados terroristas en el recinto ferial y que se repite después del año pasado, se suma a otros cortes obligados por la concentración de obras que se está dando desde hace unos meses en un radio de escasos centenares de metros. Ya advertimos no hace mucho en estas mismas líneas de los problemas que suponía dejar todas las obras para el final de la legislatura, y los hechos, lamentablemente, nos dan la razón de manera muy evidente en estos días de fiestas patronales.
Los atascos de esta feria son la consecuencia de una mala planificación, puesto que la circulación ya estaba alterada con anterioridad en el Industrial (calle Marqués de Montemar y otras adyacentes), en el puente de los Alemanes, en la calle Querol, y el Paseo Marítimo al verse reducido a un carril de circulación frente a los dos que había antes. Consecuencia: todos los coches que tratan de ir al centro se quedan sin caminos que les lleven a sus destinos si encima les impiden transitar por la calle Actor Tallaví, confluyendo por el único que les queda, el Tesorillo, que no puede absorber tanto tráfico y que es, además, la vía de salida de los Bomberos. El tapón que se está formando desde el lunes, además de insufrible, es peligroso porque puede entorpecer a los vehículos de emergencia. Una mejor planificación de las obras habría evitado este colapso, pero también una mayor concienciación hacia la movilidad sostenible, sobre la que se está haciendo poco hincapié.

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