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LA SEMANA: Elecciones y competencia.

Los castellanos y leoneses decidieron el domingo el Gobierno de su autonomía. En las urnas se elegían 81 procuradores para formar la XI legislatura autonómica, en las elecciones más anómalas que se han celebrado en la región en 40 años.

2.099.490 ciudadanos estaban llamados a las urnas en unos comicios que se celebraban de forma anticipada después de que el presidente, Alfonso Fernández Mañueco, rompiera en diciembre el pacto de gobierno que mantenía el PP con la formación naranja (para evitar que le botaran de la presidencia con pactos por detrás de su socio, Ciudadanos, y el PSOE).Todos los partidos se jugaban mucho ayer, a nivel regional y a nivel nacional.

El líder de los populares en Castilla y León pretendía consolidar su presidencia y conservar el poder de un partido que lleva 35 años gobernando ininterrumpidamente en la comunidad. Las encuestas -a excepción del CIS, que otorgaba la victoria al PSOE (no sorprende a nadie y es una vergüenza que se pague y se mantenga con el dinero de todos) de Luis Tudanca- le auguraban la victoria. Todas coincidían en que iba a ser el candidato más votado, pero también que necesitará el apoyo de otros partidos para gobernar, con toda probabilidad Vox.

Una vez escrutado el 96 % de los votos, se pudo comprobar que las últimas encuestas estaban en lo cierto (la del CIS estaba equivocada, por razones obvias): el PP , ganó las elecciones con 31 procuradores (dos más que en las elecciones del año 2019), el PSOE no tuvo el catastrófico resultado que esperaban unas semanas antes y “sólo” perdió 7 procuradores (se quedó en 28), Podemos volvió a pinchar y se va haciendo cada vez más residual, Ciudadanos casi desaparece (se queda con 1 procurador) y sigue en caída libre (algo que no pararán con acciones como el apoyo a la reforma laboral) y Vox tuvo un gran éxito (consiguió 13 procuradores, 12 más que en las anteriores elecciones) que le hará controlar de forma notable al nuevo gobierno o participar en él. Que el PSOE no haya sufrido un nuevo descalabro ha sido un nuevo milagro de Pinocho Sánchez, que unas semanas antes estaba escondido porque esperaba una debacle y la mayoría absoluta del PP (ya sabemos que sólo sale, cual dictadorcillo, para cantar sus bondades).

Sorprende que un presidente, que gobierna por Decreto Ley (un instrumento para aprobar medidas urgentes, pero para Pinocho todas sus medidas lo son) para evitar el control del Parlamento, inútil y encantado de conocerse siga contando con el apoyo de algunos ciudadanos (dejando fuera a los muchos estómagos agradecidos).

Teniendo en cuenta que (Sanchez): nos sube casi todos los impuestos; no consigue controlar el precio de la gasolina; nos mantiene los impuestos en la factura de la luz más elevada de la historia; hace que los autónomos y pymes cada vez estemos más ahogados; no hace nada más que electoralismo; y que es movido, cual marioneta, por los nacionalistas que le mantienen en el poder. Teniendo en cuenta lo anterior, el que tenga algún apoyo/voto es un fenómeno digno de estudio…¡Debemos ser un poco masoquistas!

Competencia

La competencia es buena para el consumidor porque aumenta la calidad. Si esta no existe, lo normal es que la calidad disminuya porque el que ofrece el producto sabe que, lo haga bien o mal, sea este bueno o malo, lo acabará vendiendo.

Si sólo hay uno o dos restaurantes, lo normal es que los clientes tengamos que “tragar” con la calidad y el servicio que nos ofrezcan, lo mismo ocurriría si sólo hubiera un banco o dos, una farmacia o dos, un concesionario o dos, etc.

Dado cómo se comportan nuestros políticos (que son incapaces de ver algo bueno en cualquier propuesta del contrario, por buena que sea), no es tan claro, como excepción, que la existencia de muchos partidos (es decir, más competencia) sea tan buena…. Pero también es cierto que la ley electoral pervierte el sistema, hace que algunos votos valgan más que otros y que el gobierno de España dependa, en muchas ocasiones (como ahora), de fuerzas minoritarias y nacionalistas. Debe cambiarse la ley electoral, aunque parece poco probable que se haga si no se hizo hasta ahora, y debe empezar a haber pactos de Estado de verdad, dejando de lado (ya sabemos que es muy difícil) el interés electoral de cada uno y anteponiendo el interés general.

Es también urgente que en Melilla haya más notarías. Me llegan quejas de lo tedioso que es ir a firmar cualquier cosa, de lo que cuesta conseguir hora para firmar, de lo que se alargan los trámites, etc. Quizá es que estoy mal acostumbrado, pero en Madrid, por ejemplo (donde hay cientos de notarías), quedas con gran facilidad, llegas y está todo preparado, no pierdes casi tiempo y, sobre todo, te sientes como un cliente (en las notarías de Melilla, aunque los/las oficiales son muy eficientes, parece que te hacen un favor).

“Que el PSOE no haya sufrido un nuevo descalabro ha sido un nuevo milagro de Pinocho Sánchez”.

“La competencia es buena para el consumidor porque aumenta la calidad”.

“Es también urgente que en Melilla haya más notarías”.

J.B.

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Redacción

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