“El Estado tiene la obligación de preservar la salud de los ciudadanos”. Esta frase me imagino que debe estar escrita en algún artículo de la constitución, porque es básica, elemental, lógica, y de obligado cumplimiento. Una nación sin la salud de sus ciudadanos, va a remolque, no avanza al ritmo que debería.
Por esta razón los países se esfuerzan en disponer de una red sanitaria que cumpla las expectativas.
No hay duda que España dispone de una red sanitaria bastante buena que es una suerte, con sus deficiencias pero mejor que la de la mayoría de los países. En este tema, debemos sentirnos orgullosos. Pero por otro lado, existe una clara contradicción entre lo que se pretende y lo que se permite. Se permiten muchas cosas que atentan contra la salud, mediadas por el vil metal o euros. Me voy a concretar en la permisividad de anunciar medicamentos por radio y televisión.
Todo lo que es un medicamento es una sustancia extraña al organismo, con un mecanismo de acción, al cual nuestros sistemas responden bien o mal. Por lo tanto debe ser consumida por prescripción médica, consejo En Alemania hasta las capsulas de ajos se dispensan en las Farmacias con receta médica. En España es facilísimo adquirir cualquier medicamento sin receta médica y si además se potencia su consumo con la publicidad, la automedicación está servida.
Por poner algunos ejemplos de medicamentos publicitados. Puede parecer un pequeño vademécum, pero sirve para que al menos el que me lea, tome conciencia. Energisic: Contiene ginseng y lo proponen como energizante, que estimula la testosterona y por lo tanto como afrodisiaco. En una persona con cierta edad, el ginseng no es capaz de aumentar la lívido, ni combatir la disfunción eréctil y además puede ser peligroso por la posibilidad de aumentar la presión arterial. Puede producir urticarias, dolor de cabeza, hemorragias uterinas y además interactúa con varios medicamentos.
Venoruton: Contiene componentes vasoprotectores, ayudando a la circulación, cuestión muy seria que solo el médico debe valorar. Hay que tener mucha precaución cuando existen edemas en las extremidades inferiores por enfermedades de corazón, riñón o hígado. Puede producir hinchazón de cara, labios, lengua o garganta. Picor severo de piel, flatulencia, diarrea, y dolor abdominal.
Ansiomed: Anunciado como energizante y antidepresivo, por su contenido en extracto de lúpulo, vitaminas del grupo B y triptófano. Esto no es verdad. El triptófano se está vendiendo como complemento alimenticio para combatir la depresión por ser precursor de la síntesis de la serotonina que es realmente el antidepresivo más vendido. Pero las sociedades científicas de psiquiatría no tienen reconocido el supuesto efecto del triptófano, pues se necesitarían dosis elevadas, y con una dieta equilibrada no hay necesidad de ingerir vitaminas, que se van a excretar por la orina.
Voltadol: Es un antiinflamatorio local en forma de pomada, que se anuncia como que alivia los dolores unas doce horas. Esto no es verdad. Si es un dolor leve no hace falta nada y si es fuerte, puede aliviar un poco durante un rato, pero hace falta una terapia oral guiada. Aparte de poder producir algunos picores, lo peor es que se presente un cuadro de alergia con hinchazón de cara, labios y lengua. Ultralevura: Contiene una bacteria para regular la diarrea inespecífica. La diarrea puede ser causada por varios motivos, que solo el médico sabe diferenciar. Hay que tener precauciones en embarazadas y lactancia. Prevención en caso de fiebre o vómitos.
Oraldine: El anuncio lo aconseja tomar a la menor molestia bucal. Contiene un antiséptico desinfectante. Los odontólogos solo lo aconsejan en caso de ciertas infecciones, al igual que otros colutorios desinfectantes. El uso prolongado de este producto, produce irritación en la lengua, falta de salivación, perdida del gusto.
En fin querido lector estos son unos ejemplos, dentro de la densidad de publicidad de los medicamentos, que requiere de nuestra atención antes de consumir y consultar a los profesionales. Existen otras alternativas que pueden evitar el gasto inútil y efectos indeseados.
