… — 02-08-1922. El gordo vendido en Melilla. El premio gordo del sorteo de la Lotería Nacional, celebrada ayer martes día 1 en Madrid, ha correspondido al nº 19.994. Según pudimos informarnos, una serie completa y un décimo de otra de dicho número, han sido vendidos en Melilla, por un revendedor, siendo los felices poseedores de ellos, los siguientes:
El veterano taquillero del teatro Reina Victoria, don Enrique Pérez, que adquirió dos décimos; el camarero del café «La Peña», Simón Terol, que tenía tres; el hermano del dueño del «Bar Cocodrilo», Marcelino Guerrero, poseedor de uno; el dueño de la casa de comidas «La Bienservida» don Miguel Bueno, de dos décimos y el encargado del café «La Peña», José Domínguez, que adquirió otro de los décimos y los camareros del mismo café José García Mata y Facundo Romero, que poseían uno cada uno.
Como se sabe el sorteo efectuado ayer consta de cinco series, correspondiendo a cada décimo la cantidad de diez mil pesetas. Reciban nuestra enhorabuena los agraciados.
— 22-09-1922. La suerte del taquillero Pérez. Este Pérez, en su calidad de jugador afortunado de la Lotería Nacional, es verdaderamente terrible. Es el “terrible Pérez” de la Lotería. Todos conocéis, no a la zarzuela del mismo nombre -que es bien conocida- sino al popularísimo taquillero que regenta, o mejor aún, reina en la taquilla del teatro reina Victoria, cuando actúan compañías.
Pérez, fue tenor en aquellos sus buenos tiempos, que él, en su optimista sentido de la vida, creo que no están muy lejanos. Fue, después, taquillero; pero pensándolo mejor, más tarde entró a formar parte de esa ilimitada serie -como los números primos- de los jugadores de la Lotería.
Justo es confesar que Pérez, en su nueva actividad -no es mucha que digamos la de los jugadores de la Lotería- no es ciertamente un número primo, pues del Tesoro nacional pescó nuestro amigo Pérez, muy recientemente, un buen pellizco, con aquel 19.994 agraciado con el premio “gordo”. No paró ahí su suerte, pues jugando con la fe de un iluminado, volvió a recoger en el siguiente sorteo unas miles de pesetas más que agregar a las veinte mil que aquél número le había proporcionado. Y cuando parecía que los buenos hados que presiden la vida de este ex tenor y actual taquillero y jugador de Lotería, Pérez, se habían eclipsado, he aquí que en el sorteo de ayer, sale agraciado con un cuarto premio, el número 14.785 correspondiente a Melilla.
Y correspondiendo a Melilla, ¿a quién había de tocarle? ¿A quién? Pues… a Pérez, siempre a Pérez, que poseía todo el billete, ese su bien amado billete, que ha ingresarle dos mil quientas pesetas más, a sus ya repletos bolsillos.
Esta noche lo veremos en la puerta del teatro Reina Victoria, como siempre. Pero ¿podremos seguir llamándole Pérez? Nunca lo hagamos. Para un iluminado, como éste, para un vidente, como Pérez, todos los tratamientos son pocos. Sin olvidar, que aún espera más premios, muchos más… según asegura este flamante rico, taquillero de Rico. SEGADO
— 02-12-1922. Lotería Nacional. Números premiados en el sorteo verificado hoy 11.136 y 18.209 en cuartos premios y expedidos en Melilla.
— 22-12-1922. La memoria Prodigiosa de un amateur de la lotería. Dentro de este apasionante trabajo como puede ser el de la Historia de la Lotería Nacional en Melilla, y acostumbrados como estamos a que los diferentes loteros nos «Deleiten» con sus acostumbrados «Me queda el Galán, la Porquería, la Dama, el Niño….. etc., merece la pena destacar a un personaje llamado Gabay, que era una verdadera autoridad a la hora de conocer y saber tanto los números que se jugaban en Melilla, Administraciones, quienes jugaban, premios, las veces que había tocado tal o cual número en ésta Ciudad….., etc.
Es digno de resaltar un reportaje que se le realizó y salió publicado el viernes 22 de diciembre de 1922, y del que a continuación damos cumplida cuenta: Se trata realmente de un caso asombroso de memoria aplicada a todo aquello que tenga relación con la lotería — nos refiere a un amigo, hablándonos de un amateur de la lotería, del primer amateur de la lotería. Y nos agrega: — los sorteos pasados, presentes y futuros de la timba «naciosiocal» constituyen su preferente, su única obsesión.
No lo oirá hablar más que de lotería; le recordará anécdotas con ella relacionadas y le dirá de memoria, los números que correspondieron a Melilla, y a quienes le tocaron, los nombres de los administradores de loterías de España, sus domicilios, todo. En esto, créame, Gabay, es una autoridad.
A Gabay se le puede encontrar siempre — es decir, los ratos que le deja libre su comercio — en la terraza del café «La Peña», donde, «pueste el paño al público», diserta su eterno tema: la lotería. Uno de los concurrentes a su “cátedra”, nos ha dicho: Ahí le tienes. No es hábil labor periodística, dar a entender de buenas a primeras, que tenemos el propósito de someter a una persona a las torturas de una interviú. Pocas veces se logra terminar una información, con ese sistema.
Y según esperábamos, el amigo Gabay ha entrado de lleno en el tema, sin proponérselo.
— Mañana se juega y el «gordo» va a dar ruido, pero mucho ruido — nos dice jovial, más aún, jocundo.
Sería el primer «gordo» que cayera en Melilla, desde que están establecidas aquí las Administraciones de loterías — nos dice.
¿Desde cuándo hay aquí loterías?
–Desde hace más de veinte años; antes de ir yo a América. El primero fue don Eduardo Frenero, que se hallaba establecido en el Muro X, paseo del General Macías. Después estuvo en la calle de Alfonso XIII y cuando D. David J. Melul construyó la casa número 1 de dicha calle, don Eduardo se trasladó a la calle de O’Donnell, donde continúa
— Y dice usted que aquí no han caído premios gordos?
— No; de Navidad, ninguno, ni segundo, ni tercero, ni cuarto, ni quinto, etc, — afirma seguro. El primer gordo que cayó en Melilla, fue dentro del presente año y fue el número 13.081, premiado con ciento cincuenta mil pesetas, siendo los agraciados lo señores que integraban la comisión de Santander que vino a ver a los soldados de dicha capital.
Dicho número — agrega en su afán de ampliar un tema que domina — correspondió al penúltimo sorteo de septiembre. Fue vendido en casa de don Eduardo Frenero, es decir, él lo recibió, pero fue vendida en la calle. Después… después, dos sorteos después vino otro gordo, el 12.491 con ciento veinte mil pesetas, también vendido en la Administración de don Eduardo.
Uno de los décimos lo tenía la dueña del establecimiento «Casa Susana» y otros dos, dos sargentos de un batallón expedicionario. Además de dichos dos primeros premios, han caído algunos cuartos, «gacetas», pero de escasa importancia.
¿Qué ha dicho usted de «gacetas»?
— Sí, sí, «gacetas» son los premios «gorduelos», siguientes a los mayores.
–¿No se acuerda de más premios importantes correspondidos a Melilla?
— Sí, de otro, del 11.093, que salió premiado con el tercero. Cuando yo estaba en América. A don José Salama le correspondieron en ese número seis mil pesetas.
En Madrid, dice, reside un hebreo llamado David Melul, al que también correspondieron en el mismo número, seis mil pesetas.
Me han dicho que sabe usted los números fijos que se reciben en las Administraciones de loterías de Melilla, que los recuerda usted fácilmente…. ¿Es esto posible? Sin vacilar un segundo, haciendo alarde de su memoria, que es realmente prodigiosa, nos dice seguidamente: — Don Eduardo Frenero, recibe los siguientes números fijos: 15.092, 15.097 y 15.098; 13.224, 16.505, 18.057, 11.003, 11.004, 11.005, 11.006, 11.007, 880, 581, 4.832 y 4.833; 12.794, 11.391, 11.392, hasta el 11.400, sin interrupción; el 27.471 hasta el 27.480, el 11.180, y el 1197. Estos son — dice — los que yo reconozco como fijos y no creo que me equivoque.
— Hombre, ¿usted sabe si los administradores de loterías se hallan libres de la afición que a mí y a tantos nos agrada, casi nos domina?.
— Claro que juegan y tienen sus suscriptos. Y es lo que yo digo a don Eduardo:
— Usted y yo estamos reservados para la lotería de Navidad. En esa, nos toca.
La otra Administración de loterías, recibe otros números fijos, entre los cuales figuran el 16.444, 9.510, 1.714, 2.357, 18.595 y 50.002.
Puedo también decirle el 2.357; lo juega desde hace muchos años don Julio Caro, el compadre del dueño del Café Inglés; los hermanos Salama, del Bazar Londres, juegan el número 27.477, desde hace más de veinte años; el 1.197 lo lleva hace mucho tiempo el comandante retirado don Enrique Martín Cano; el 18.057, el general de brigada don Enrique Baños; el 14.092, también lo llevan los dueños del Bazar Londres; el 13.224 y el 16.505, los tiene comprometidos el popular vendedor «Bigotes».
También la señora viuda Guerson Benarroch, juega desde antigua fecha el número 27.472; el comerciante don Francisco Martínez lleva abonado el 15.107, que expende la Administración de loterías de doña Teresa Martínez.
Por cierto — dice — que ahora recuerdo que este último número resultó agraciado con el segundo premio en Melilla en el sorteo del 21 de mayo del año 1920. Correspondían setenta mil pesetas al billete y lo jugaban don Francisco Martínez y don Rafael del Río. Este, a pesar de haber trasladado su residencia a Zaragoza, encariñado con el número, continúa llevándolo abonado.
¿Cuánto cree usted que se habrá jugado este año en Melilla?
Pues, mire; calculo que se habrán vendido en las dos Administraciones unas setenta u ochenta mil pesetas. Aunque esto no quiere decir, que sea ello lo jugado únicamente; pues estoy por asegurar, que se ha jugado tres o cuatro veces más, pues los Bancos han traído billetes, los Cuerpos expedicionarios y otros muchos elementos nuevos los de la post-campaña ….
— Es verdad, que me había olvidado que todo el mundo tiene “efectivos metálicos” para eso, para un Ford y para todo.
¿Cuánto ganan los administradores de loterías?
Creo que el tres por ciento en los sorteos comunes y el uno en el de Navidad.
¿Recuerda alguna desilusión producida por la lotería? Hace ya algunos años, en la Farmacia de la Fe, había un dependiente llamado Frasquito, quien una mañana, en la lista del sorteo de la lotería que publicaba EL TELEGRAMA DEL RIF, vió con la indescriptible alegría que es de suponer, que su número, el 1.973, adquirido en Madrid, aparecía premiado con el premio gordo, pero correspondiendo a Sevilla.
Esta circunstancia no fue bastante a descorazonarle, pues Frasquito, no pensando más que el montón de billetes que iba a recoger, se dio demasiada prisa en convidar y en obsequiar, y por poco si se gasta una fortuna en tanto convite.
¿Y qué pasó después?
Pues que telegrafió después a Madrid para que le aclararan si era suyo el primer premio, y ¡oh, desventura! no era suya más que la mezquindad de la centena. Lo mismo le ocurrió a un exportador de pescado, conocido por D. Pepito; pero éste con más desgracia, pues no pudo alcanzar ni la centena, mezquina y todo.
— También me olvidaba de otro segundo premio habido en Melilla en 1912; me refiero al número 2.256, que jugaba el dueño del antiguo establecimiento La Parra, don Antonio Rodríguez. Este, llevaba siete décimos y de las cuarenta y dos mil pesetas que le correspondieron, regaló mil al vendedor «Bigotes”.
¡Cómo podía haber yo pensado algo de ese número, si no me hubiera cogido en América. Con Antonio Rodríguez, jugaba yo antes frecuentemente.
— ¿Y de los gordos de Navidad?
Recuerdo que el 5.605, hace tres años, agraciado con el gordo, correspondió a Linares y lo jugaba el dueño de una fonda llamado Manini. Desde entonces aquella fonda es…la llave.
El año 1921, o sea el último, fue el 28.876, que tocó en Barcelona, y lo jugaba un millonario ¡pobrecito! que se disponía a marchar con rumbo a América.
La centena de ese número cayó en el café “La Peña”.
A mí, a mí -dice citando el hecho como algo solemne, que ya debía estar incorporado a la historia- a mí no me tocó el segundo, por milagro. Fíjese; el segundo era el 39.756 y yo llevaba el 40.756, un millar de diferencia.
-Así que no le tocó por un milagro y… por un millar de diferencia.
El segundo premio del año 1920, del sorteo de Navidad, fue el 15.041, expendido en la Administración de don Estanislao Mínguez, Plaza del Ángel, núm. 39, en Madrid, se jugaba hace muchos años en Melilla. Yo mismo he jugado en él en algunas ocasiones. A don Rafael Navarrete, recuerdo que le tocaron, hace muchos años, doce mil pesetas, en el número 2.552, vendido en la administración de la Plaza del Ángel, en Madrid, antes de don Cristino del Prado, ya muerto y ahora, como le digo, es de don Estanislao Mínguez.
¿Qué capitales han sido las más favorecidas por la lotería durante este año?
Por este orden: Madrid, Barcelona, Málaga y Sevilla.
¿Conoce usted muchas Administraciones de loterías de España?
-Algunas. En Madrid, además de la que he dicho, la de don Manuel Rodríguez de Tiedra, calle de Hortaleza, 15; la de don Isario Gervás Calvo, Puerta del Sol, 6; la de don Ricardo Fernández, Puerta del Sol, 11 y 12; y la de don Felipe Murciano, Barquillo, 8. En Barcelona, la de don Felipe Ponce de León, Rambla de las Flores, 28; la de don Teodoro Fernández, Plaza de Santa Mónica, 8; la de doña Isabel Agulló, Ronda de San Antonio, 78; la de doña Fe Fernández, Fernando VII, 1.
En Bilbao, la de don Pedro Muñoz, calle del Correo, 2. En Sevilla, la de don Miguel Escámez, calle de la Sierpes, y la de don Antonio Rodríguez, Sierpes 100 y Almirante Bonifaz, 1. En San Sebastián, la de doña Rosa Instander. En Cartagena la de don Fulgencio Pascual, Puerta de Murcia, núm. 7. En Cuenca, la de doña Demetria Muvarri, calle de Carretería, 5.
–Ya hay bastante, veo que la lista sería interminable, porque aún retiene más nombres de loteros y loteras de toda España, ¿verdad?
–Ya lo creo, más, muchas más.
–Y para terminar verdadero prodigio de la memoria aplicada a la lotería, ¿quiere usted darme una participación del número que juegue? Jugaría con fe, con verdadera fe, en el número de usted.
Perdone; mi número, el que yo juego, es el único que se me ha olvidado.
Y no ha consentido en decirnos que número juega, ni mucho menos, darnos participación. Hubiera sido romper el misterio, deshacer el encanto de ese número -presunto gordo- tiene, ahora que aún no se ha celebrado el sorteo, para este formidable amateur de la timba nacional. Tomás SEGADO
1923
— 07-01-1923. Ayer comenzó la rifa benéfica. El sábado día 6, a las cinco de la tarde, se verificó el sorteo de la rifa benéfica que se celebrará todos los días, organizada por la Asociación General de Caridad, y cuyos productos se destinan a sufragar los gastos que ocasiona el sostenimiento del Comedor Popular y Gota de Leche.
A las cinco en punto de la tarde y ante numeroso público, se procedió en el local designado de antemano, próximo a la antigua pescadería, al sorteo, depositando previamente y a la vista de todos, las bolas en un bombo de tela alambrada.
Resultó premiado el nº 42. Poco después empezaron a hacerse efectivos los veinte premios de diez pesetas cada uno. He aquí el detalle del sorteo de ayer:
Producto de las veinte series de doscientas papeletas puestas a la venta, 400 pesetas. Veinte premios de 10 pesetas cada uno, 200. Retribución a los vendedores (el 25 por 100), 100. Queda un beneficio líquido para la Asociación, de 100 pesetas.
El general García Aldave recibió ayer muchas felicitaciones por el éxito de su iniciativa. Ello permitirá hacer frente a las necesidades de los distintos establecimientos benéficos que existen en la plaza a cargo de la Asociación General de Caridad, y de los que en breve han de funcionar, como la casa cuna y asilo de ancianos.
— 02-02-1923. L. N. Número premiado en el sorteo verificado hoy donde un cuarto premio ha correspondido a Melilla, en el número 14.384.
— 13-02-1923. Un billete del gordo, fue vendido en Melilla. Anoche se tuvieron noticias de que un billete del nº 13.874, agraciado con las ciento veinte mil pesetas del primer premio del sorteo de la Lotería Nacional celebrado el lunes día 12, había sido vendido en Melilla. Según pudimos informarnos después, parte del referido billete fue vendido en el establecimiento «El Cocodrilo», siendo los agraciados los dependientes Manuel Guerra, que adquirió un décimo y José Delgado que compró dos, correspondiéndoles respectivamente, doce mil y veinticuatro mil pesetas.
El dependiente del establecimiento «Café Brasería» instalado en la calle de Arturo Reyes, Pedro Almonacid, también compró un décimo del número premiado, recordando que los restantes décimos fueron adquiridos por varios «chauffeurs» militares que se hallaban en aquel establecimiento el día que se vendió el billete premiado. También jugaban un décimo cada uno José Álvarez, Francisco Alvarado y Juan Martínez. El billete fue expedido por el camarero de «El Cocodrilo», José Delgado.
— 02-03-1923. L. N. En el sorteo de la Lotería Nacional verificado hoy ha correspondido un cuarto premio al número 33.895, vendido en nuestra ciudad.
— 03-04-1923. L. N. En el sorteo de la Lotería Nacional verificado ayer ha correspondido un quinto premio al número 7.972, vendido en nuestra ciudad.
— 02-05-1923. L. N. En el sorteo de la Lotería Nacional verificado hoy ha correspondido un quinto premio al número 3.495, vendido en nuestra ciudad.
— 22-08-1923. L. N. En el sorteo de la Lotería Nacional verificado ayer ha correspondido un cuarto premio al número 5.861, vendido en nuestra ciudad.
— 23-08-1923. De la ciudad. Lotería Nacional. El billete número 5.861, agraciado con el cuarto premio del sorteo de la Lotería celebrado anteayer, pertenece a la Administración nº 2 que regenta doña Teresa Martínez, y lo había expendido a un carnicero indígena establecido en el mercado cubierto, el vendedor de loterías Francisco Oliver.
— 02-09-1923. L. N. Melilla agraciada con el gordo y un quinto premio de la Lotería. Desde las primeras horas de la tarde de ayer, por una de nuestras pizarras, pudo enterarse el público de la feliz nueva de haber resultada agraciada Melilla en el sorteo de la Lotería Nacional, nada menos que con el premio mayor y uno de los quintos. El gordo correspondió al número 37.863 y el quinto al 21.381…
(Continuará)
