El paso fronterizo de Beni-Enzar incorporará un sistema anti-kamikazes para evitar que determinados vehículos puedan esquivar el control policial dándose a la fuga, como ha ocurrido varias veces en la entrada de inmigrantes o la salida hacia Marruecos de coches robados. Miguel Ángel Noguera, oficial del Cuerpo Nacional de Policía perteneciente al Grupo Operativo de Fronteras, explicó ayer que el proyecto de remodelación integral del paso de Beni-Enzar, que empezó a ejecutarse el jueves por la tarde, contempla esta mejora para ganar en seguridad. En declaraciones a los periodistas, Noguera dijo que de momento no hay una decisión tomada respecto al sistema que se va a emplear para frenar a los vehículos kamikazes, ya que se están barajando diferentes alternativas, si bien señaló que la más probable será la instalación de unos bolardos que puedan ser activados a modo de barrera cuando un coche pretenda saltarse el control.
Cabe recordar que en febrero del año pasado, 21 inmigrantes consiguieron entrar a Melilla a bordo de dos vehículos kamikaze, uno por el paso fronterizo de Beni-Enzar y otro por el de Farhana, a los que se suman otros cuatro que entraron el 7 de febrero en dos motos que también se saltaron el control de seguridad en la frontera de Beni-Enzar.
Anteayer de madrugada, 17 inmigrantes trataron de entrar en un coche kamikaze, aunque se quedó en un intento porque fueron interceptados en el lado marroquí del paso fronterizo de Beni-Enzar.
Cambios durante la obra
Las obras de remodelación de la frontera arrancaron el jueves por la tarde y se prolongarán durante cinco meses, tal y como se ha comprometido la empresa Acciona Infraestructuras, adjudicataria del proyecto, que supondrá una inversión superior a 1,1 millones de euros.
Los trabajos se irán ejecutando por fases para que no afecten al tráfico de peatones y de vehículos. La primera afectará al paso peatonal de entrada, donde el jueves por la tarde se desmontaron los antiguos tornos y se han habilitado dos pasadizos para comunitarios y no comunitarios, que ayer pillaron por sorpresa a los usuarios habituales de la frontera. Sin embargo, no hubo ninguna incidencia, dado que los viernes suelen ser días de poco tránsito. Por ello se espera que hoy pueda ser un día más complicado hasta que los peatones no se habitúen a estos pequeños cambios, que más adelante afectarán también al tráfico de vehículos, que serán desviados al paso lateral que estuvo durante un tiempo cerrado.
Otro de los cambios que habrá mientras duran las obras es el desvío de los vehículos de dos ruedas que se dedican al comercio atípico, que en los próximos meses tendrán que pasar por el paso de Farhana para agilizar el tránsito en el de Beni-Enzar. El resto de vehículos podrán pasar como siempre, al igual que los peatones.
Noguera destacó la importancia de esta obra, ya que es necesario adecuar la principal frontera entre Melilla y Marruecos a las necesidades actuales, pues el tráfico de personas se ha incrementado hasta llegar a 45.000 en días puntuales. Para ello, las obras implantarán tres carriles de entrada y tres de salida en el paso fronterizo, cada uno con sus cabinas y terminales informáticos para la identificación de las personas que quieran pasar de un lado a otro. También habrá dos carriles para peatones, uno para comunitarios y otro para no comunitarios.
