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La debilidad socialista

Si el PSOE se compromete a poner en marcha todas las propuestas de los cepemistas, por muy complicadas que sean en algunos casos, después de haber dicho que no iba a asumir compromisos que no pudiera cumplir, es porque sabe que no gobernará en la próxima legislatura. No queda claro tampoco cómo se materializarían esos compromisos en un hipotético Gobierno de coalición si el PSOE finalmente pacta con otros partidos para llegar a La Moncloa Mucho antes de que arrancara la campaña de las elecciones generales del 26 de junio, el PSOE de Melilla ya daba muestras de su debilidad. Cierto es que en esta ciudad la formación socialista lleva ya años siendo incapaz de levantar cabeza, como demuestra el hecho de que en un periodo de más de una década no haya logrado sacar más de cinco escaños en la Asamblea, que representa un máximo de una quinta parte de la representatividad del Pueblo melillense, incluso en una época en la que estaba gobernando a nivel nacional con mayoría absoluta. La debilidad socialista a la que nos referimos en estas líneas ha quedado más que clara en ese intento de llegar a acuerdos con unos y con otros, en una escenificación de idas y venidas poco propia de partidos políticos serios, que en unos casos han quedado en papel mojado, como ha ocurrido en el caso de IU y Los Verdes, y en otros han dado muestras de su desesperación por sumar apoyos, como está claro que ha sucedido en el caso de Coalición por Melilla.
Sobre esta última cuestión, resulta sorprendente que el PSOE haya aceptado las condiciones de CpM para contar con su respaldo electoral el 26 de junio, después de que distintos dirigentes se hayan esmerado en decir durante los días previos que no iban a asumir compromisos que no pudieran cumplir. Está claro que en el hipotético caso de que Pedro Sánchez llegara a ser presidente del Gobierno, será imposible que pueda llevar a cabo algunas de las exigencias, por no decir prácticamente todas, que contempla el documento cepemista. El ejemplo más palpable es el del pleno empleo, conociendo como conocemos todos en Melilla la línea ascendente que tuvo el paro durante los años del Gobierno de Zapatero en esta ciudad. Lo mismo ocurre respecto al modelo de transporte público que reclama CpM, después del papelón del ex ministro de Fomento, José Blanco, respecto a una supuesta preocupación por mejorar nuestro transporte aéreo.
El hecho de que el PSOE haya asumido estas condiciones como propuestas propias en su programa electoral parece responder, más bien, a su convencimiento de que el 26 de junio no sólo no logrará ganar las elecciones generales, sino que encima dará más pasos atrás, tras obtener el peor resultado de su historia hace seis meses, quedando relegado a un tercer lugar en el Parlamento después de Unidos Podemos, como pronostican todas las encuestas, incluido el último barómetro del CIS. Dicho de otra manera: si el PSOE se compromete a poner en marcha todas las propuestas de los cepemistas, por muy complicadas que sean en algunos casos, es porque sabe que no gobernará en la próxima legislatura. No queda claro tampoco cómo se materializarían esos compromisos en un hipotético Gobierno de coalición si el PSOE finalmente pacta con otros partidos para llegar a La Moncloa.
Parece claro que CpM ha pecado de ingenuo en este acuerdo in extremis que logró alcanzar ayer el PSOE con el partido de Aberchán, después del fiasco de la candidatura conjunta que inicialmente fue aprobada con Dunia Almansouri dentro de la terna, a menos que detrás pueda haber otros compromisos no revelados entre ambos partidos.

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