La asociación JUCIL ha reclamado una unidad específica de la Guardia Civil con un mínimo de entre 350 y 400 agentes para impermeabilizar el perímetro fronterizo entre España y Marruecos en Melilla, equipados con medios como cámaras de grabación, chalecos antibalas y pistolas táser.
En declaraciones a los periodistas, el secretario general de JUCIL, Ernesto Vilariño, ha afirmado que la valla fronteriza es “fácilmente superable” por los inmigrantes en los intentos de salto porque las condiciones en las que se encuentra “siguen sin mejorar un año después” de haberlo solicitado esta asociación, con una falta de medios y de personal “preocupante”.
Según JUCIL, el despliegue en la valla lo conforman entre 20 y 30 agentes por turno, “cuatro patrullas en el mejor de los casos”, aunque “la gran mayoría de las veces hay solo dos”, lo que supone “un número insuficiente para poder retener las avalanchas de personas que asaltan la valla”.
Vilariño ha denunciado públicamente que no se están cubriendo las vacantes de agentes de Seguridad Ciudadana, que es la unidad responsable de proteger el perímetro fronterizo, ya que únicamente se están publicando las plazas que quedan para la unidad fiscal y de fronteras.
Además del refuerzo de recursos humanos, JUCIL considera que también debe llevarse a cabo en cuanto a medios, y ha reclamado, en concreto, cámaras de grabación para dar seguridad jurídica a los agentes que están desplegados en la valla y que esas imágenes estén disponibles en caso de tener que ir a los tribunales.
Ello permitiría “tener pruebas suficientes para proteger los derechos y libertades, ha defendido JUCIL, que también ha desvelado que la Guardia Civil no ha contratado un seguro de responsabilidad civil para los agentes en el ejercicio de sus funciones, algo que considera “muy grave” porque, además, “es obligatorio tenerlo contratado”.
Esta asociación del instituto armado ha reclamado al Ministerio del Interior la equiparación salarial de los guardias civiles con las policías autonómicas, pero también en medidas de autoprotección para los agentes desplegados en la valla, de manera que “tengan una seguridad que el Cuerpo está obligado a darla”.
En este sentido, JUCIL exige que los guardias civiles que custodian el perímetro fronterizo cuenten con chalecos antibalas para tener una mayor protección ante la posibilidad de ser atacados por los inmigrantes con elementos punzantes, así como fundas antihurto para pistolas y pistolas táser eléctricas para reducir a una persona violenta en una actuación.
“Creemos que sin esa protección hacia nuestros compañeros, no pueden realizar el trabajo en condiciones por el miedo que pueden tener a resultar lesionados, como ya se ha visto en más de una ocasión”, ha afirmado el responsable nacional de JUCIL, que también ha insistido en la necesidad de contar con un protocolo de actuación para los agentes en la valla.
En cuanto a los intentos de entrada por mar, que son los que más se están dando últimamente en Melilla, JUCIL considera que solo se podrían frenar teniendo de manera permanente una embarcación en el mar vigilando esas posibles intrusiones de inmigrantes, si bien ha admitido que, cuando hay temporal, eso no es posible.
