Los Veteranos del C.F. Industrial Melilla, equipo que militó en el Grupo IX de la Tercera División durante muchos años, homenajeó este miércoles a José Antonio Izquierdo Darias, ‘Joseíto’, que fuera jugador del conjunto melillense en la temporada 1978-1979. Dicho homenaje tuvo lugar en el Restaurante Miguel Benítez, donde se reunieron los que fueron sus compañeros en aquella campaña, junto a sus respectivas esposas, en un agradable almuerzo con múltiples recuerdos de hace ya 44 años.
Joseíto llegó procedente del Toscal de Santa Cruz de Tenerife y su estancia en Melilla fue para realizar el servicio militar, aspecto que aprovechó el club que por entonces presidía Francisco Benítez Muñoz para ficharlo y dar un gran rendimiento en un plantel con excelentes jugadores.
En aquella temporada, el Industrial Melilla reunió a muy buenos futbolistas, pues además de Joseíto se formó un plantel formado por Sola, Borrego, Algarte, Hamete, Paco Ruiz, Barreiro, Silva, Diego Bernal, Ildefonso, Valiente, Antonio Hernández, Ángel Torres, Paco Saavedra, Ángel Pérez, Pepito, Juan Carlos, Salvador Balbuena, Purri, Juan Carlos Cuadrado, Gallardo, Angelillo, Porras, Muñiz, Lupiáñez, Santi y Villegas, entre otros, mientras que Pedro Botello Sánchez y Francisco Sánchez Montoya formaron un tándem en el cuerpo técnico.
Francisco Benítez Muñoz inauguró el acto, dándole la bienvenida a Joseíto, del que resaltó sus “excelentes cualidades deportivas y ante todo ser una gran persona”, dejando una gran huella en el fútbol melillense, hasta el punto que todavía se sigue recordando su calidad futbolística, sus goles, sus regates y su velocidad.
Por su parte, Ángel Pérez Herrera, ex compañero de Joseito, aseguró que el Industrial Melilla fue un gran club y todos los ex jugadores lo “tenemos en el recuerdo”, pero sobre todo “es un grandísimo honor compartir gratos recuerdos con este excelente ex jugador, que nos ofreció grandísimos regates y aprendimos mucho de él, y por último felicito a los organizadores de este homenaje.
El homenaje concluyó con alegría, ya que Benítez Muñoz y Francisco Sánchez Montoya le dedicaron al homenajeado variados fandangos.
-¿Después de cuántos años vuelve a Melilla?
Se dice pronto, 44 años. Llevo tiempo intentando venir, pero las circunstancias de la vida… Al principio porque era pronto y también porque viajaba mucho con el C.D. Tenerife, y después se me complicó, siempre decía que vendría a Melilla al año siguiente, y por suerte ahora, con la insistencia de mis grandes amigos de Melilla, que a pesar de estar 44 sin verlos parece que nos hemos visto todos los días.
-¿Cómo se ha sentido al regresar a la Ciudad?
Cuando venía de viaje en avión, mi mujer me miró y me dijo que parecía que estaba prácticamente llorando, cuando ya estábamos llegando a Melilla. Estamos alucinando cómo nos han recibido y estoy casi soñando.
-¿Qué tal el servicio militar en Melilla?
Muy bien, aunque me agregaron a Veterinaria, pero después estaba más en el campo de fútbol y en los Salazones que en cuartel. El trato era excepcional, pues el equipo era como si fuésemos hermanos. No había diferencias entre los de fuera y los de Melilla, estaba aquí como un melillense más.
-¿Cómo fue la temporada 19778-79?
Fue bastante buena, ya que terminamos clasificados de media tabla hacia arriba. Un equipo formado por jugadores de Melilla y militares que no eran conocidos. Venía de Tenerife, del Toscal, pero me ficharon en Melilla y tuve la suerte de completar una de mis mejores temporadas de mi carrera futbolísticas, gracias a mis compañeros. Además, acabé como máximo goleador, superando incluso al de la U.D. Melilla, y se me quedó grabado, lógicamente, Melilla.
-¿Qué tal los derbis con la U.D. Melilla, apasionantes?
Sí, como en cualquier ciudad, aunque esto era más cercano, ya que los dos equipos entrenábamos en el mismo campo de fútbol, aunque no recuerdo que hubiera mucho follón, pero claro el Melilla tenía más seguidores que nosotros. Aquí me trataron muy bien las dos aficiones, no tengo ninguna palabra mala de ningún ciudadano cuando paseaba por Melilla.
-¿Cómo era como jugador?
Jugaba de extremo por las dos bandas y era goleador. Mi forma de jugar gustó bastante, ya que era bastante rápido y le pegaba al balón con las dos piernas. Precisamente, esta última faceta es la que enseño en la actualidad como entrenador a los niños desde los cuatro años en adelante, pues ser ambidiestro es lo mejor para un futbolista.
-¿Se fue de Melilla y continuó la carrera deportiva en su tierra?
Sí, aunque antes de irme a Tenerife estuve a punto de firmar una temporada más en Melilla, ya que me ofrecieron cosas interesantes, además de en Castellón, pero entonces tenía novia, que en la actualidad es mi mujer, y decidí firmar por el Tenerife, pese a que me ofrecía menos dinero, y estuve cuatro temporadas.
-¿Y qué hace en la actualidad?
Soy entrenador de fútbol desde hace 34 años, pero en las últimas cuatro temporadas he tenido malas experiencias justo con la pandemia, y también he estado de director deportivo durante 15 años, aunque por ahora no entreno a ningún equipo, pero mi hijo es joven, viene bastante fuerte y sí que está entrenando. No obstante, ya estoy jubilado y no me apetece entrenar porque no hay cosas serias, ya que no se cumple.
