Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Atril ciudadano

“Invisibles”

No se les verá protestar y ocupar la calle, tampoco se les escuchará su voz o la pancarta de su reclamo, no les es posible. No cortaran vías públicas ni boicotearan acto alguno, no pueden. Son las personas en el umbral de la dependencia. Tampoco lo harán quienes les cuidan, no les queda ni tiempo ni fuerzas para ello. Su única esperanza está en la memoria y conciencia de quienes deciden en base a su responsabilidad pública, su única opción.
Son los “invisibles”, parte de la zona más débil y necesitada de la sociedad, que por enfermedad o vejez, o por ambas, se ven sujetos a un lugar estanco, anónimo, tantas veces olvidado, como lo son proporcional y tan frecuentemente quienes les cuidan. Una zona tan necesitada de atención, respeto y afecto, de dignidad al fin y al cabo.

Dependencia y espera caminan juntas y ambas se conjuran con lo aún deficiente. 250.000 personas en España aguardan centro o apoyo y enalgunos casos no llega a tiempo antes del ocaso. Pero también hay luz de esperanza. El actual Gobierno prevé en los Presupuestos Generales un aumento del casi 60 por ciento para atender a la dependencia en los diferentes grados. Cabe de esperar sea una realidad por la vía de la negociación y, en su caso y si fuera necesario, de la unitaria decisión. Es imprescindible se anteponga la agenda social a la agenda nacional.

Esta segunda, la nacional, a la que nadie niega su importancia, fue prevalente durante la pasada convención del PP en este pasado fin de semana, una formación política aquejada de competencia en su espacio y condicionada por ello. Himno, bandera, territorio, la inmigración y sus riesgos, identidad…hasta Cuba o Nicaragua y la libertad a la que tienen derecho sus ciudadanos fueron elementos discursivos y de alto volumen por parte del líder y sus portavoces. Herencias y sus costes de transmisión, tantas veces injustos como tantas otras de justicia tuvieron el alarde de la euforia, pero, entre otros elementos de la social, como la dependencia, no tuvieron una palabra.

Ser “invisibles” no quiere decir no ser imprescindibles y, por tanto, motivo de justicia social. En el caso de personas mayores, ancianas y ancianos, en situación de dependencia, cada cual en su vivencia, aportaron mucho de lo necesario para que la sociedad llegara al punto de nuestro presente. Es por ello, que su atención, digna y plena, y así la de quienes les cuidan, deba ser siempre prioritario en cualquier escenario en el que se promete, se compromete; en cualquier agenda de aspirante o gobernante. Reconocer lo deficiente, dar más luz a su reparo aunque no ocupen la vía pública ni levanten la voz en grito; aunque sean eso, “invisibles”.

La política ha cambiado, hasta hace unos años las formaciones se miraban al espejo y escrutaban sus fortalezas y debilidades ante la posibilidad y aspiración de gobernar o mantener el mando. Hoy ponen ante el espejo a los posibles socios a quienes acudir. En esa nueva dinámica y su entrenamiento (al que adolece especialmente la derecha) no debe sacrificarse ni padecer la atención a quienes más la requieren. Es solo una opinión.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€