El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha pedido durante su investidura una mayor presencia del Estado en la ciudad, con la llegada de más efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las Fuerzas Armadas, y cree que “sería fundamental” que el rey Felipe VI visite Melilla.
Durante su discurso de investidura tras recibir el collar y el bastón de mando de manos de la vicepresidenta primera de la Asamblea, María José Aguilar Silveti, Imbroda ha defendido la necesidad de que Felipe VI viaje a Melilla “al igual que hizo Don Juan Carlos I en una inolvidable visita” el 6 de noviembre de 2007.
Imbroda ha enmarcado esta petición en su reflexión sobre la conveniencia de que en Melilla hubiera una mayor presencia estatal como, por ejemplo, más dotación de miembros de las Fuerzas Armadas con la “indispensable” recuperación de la segunda bandera del Tercio Gran Capitán de la Legión, que se perdió con el Gobierno Zapatero.
Al mismo tiempo, considera “justa” la demanda de incrementar los efectivos de Policía Nacional y Guardia Civil “de manera notable”, así como dotar la Sanidad Pública, cuya competencia es del Gobierno central, de los profesionales y medios técnicos necesarios “para que los melillenses tengan una sanidad de calidad al igual que hay en el resto de España”.
Imbroda ha aludido, de esta manera, a la huelga de médicos que dura más de cuatro meses, y ha avanzado que solicitará al Gobierno que surja del 23-J una encomienda de gestión del Ingesa “para acercar más las soluciones a los problemas”, así como una mayor descentralización de los fondos europeos e inversiones públicas en las infraestructuras.
Última investidura
Ante las principales autoridades de la ciudad y representantes de la sociedad civil en un abarrotado Salón Dorado del Palacio de la Asamblea, Imbroda ha pronunciado el discurso de su investidura, que ha anunciado que será la última, después de haber presidido la ciudad entre 2000 y 2019 de manera ininterrumpida.
Ahora, tras ganar con mayoría absoluta el 28-M, Imbroda asegura que regresa al cargo “quizá con menos juventud, pero con más ilusión, ganas, coraje y fuerza que nunca” para afrontar el reto de “marcar un nuevo rumbo a Melilla” con “los vientos de la estabilidad, el progreso, la solidaridad, la libertad, la justicia, el esfuerzo y la honestidad”.
“Es un mandato claro y nítido para cambiar el estado de cosas en el que nos encontramos, donde reina la desilusión, la desesperanza y la incertidumbre, y que me ordena que traiga ilusión, esperanza, certidumbre, estabilidad y progreso”, ha agregado Imbroda.
Según el presidente, “los melillenses, con su apoyo muy mayoritario, han dicho basta a viejos modos de hacer antipolítica” y “a viejos y peligrosos discursos”, por lo que ha proclamado que “se acabó el bochornoso espectáculo de la manipulación del voto por correo y el aprovechamiento de las debilidades sociales de muchas personas”.
Con su “voz potente”, los melillenses también han puesto fin al “uso torticero y altamente peligroso de usar la religión para captar votos, sin medir las terribles consecuencias que podían tener para la vida en paz de los melillenses y el foso insalvable que se abriría entre las religiones mayoritarias”.
Imbroda ha asegurado en su discurso que todas las acciones de su Gobierno “irán encaminadas a combatir el alto grado de riesgo de pobreza que tienen muchas familias melillenses” porque si no se acaba con ello, no se hará “una Melilla mejor políticamente”.
