El diario ofrecía un reportaje de investigación en el que se constataba que la mayoría de los comerciantes que utilizaban, cometiendo fraude contra Hacienda, licencias de importación pertenecientes a personas ya fallecidas, eran extranjeros, concretamente residentes en Segangan y Nador. Las licencias correspondían a españoles ya fallecidos y de origen europeo. Las mercancías se guardaban en locales repartidos por toda la ciudad, en especial en Mar Chica.
Se anunciaba al inauguración de una exposición en la que se informaba a los ciudadanos cómo quedaría el proyecto de Melilla Puerto XXI, con la construcción del puerto noray.
Aparecía el cadáver de un hombre en la Boca del León. Se desconocían las causas del suceso.