Enrique Palacios, reelegido presidente de su partido, el PIM, consideraba que Francisco Robles podía zanjar la crisis abierta en el seno del grupo parlamentario del PIM en la Ciudad, si pedía perdón. La otra vía era que se fuese a su casa.
La cuestión económica era el principal escollo que estaban encontrando el gobierno y los cinco sindicatos representativos del personal de Ayuntamiento para alcanzar un acuerdo sobre la valoración y catalogación de puestos trabajo, un proceso por el que se determinarán nuevos salarios para los trabajadores municipales en función del puesto que desempeñaban. La falta de acuerdo provocaba que José Megías, el consejero de Economía y Presidencia, abandonara estrepitosamente la reunión.