Casi un millar de melillenses se daban cita en las inmediaciones del Palacio de la Asamblea para rendir homenaje de solidaridad y respeto a la memoria del teniente coronel de Intendencia, Pedro Antonio Blanco, última víctima de ETA y la primera tras el fin de la tregua de la banda terrorista que expiró en diciembre.
Las Consejerías de Obras Públicas y Medio Ambiente, y hasta los servicios de la Policía Local colaborarían en la puesta en marcha de un plan de mejoras urbanísticas que iba a afectar a todos los barrios melillenses, según se anunciaba desde el Gobierno Aberchán, aunque aún había que concretar las acciones a realizar.
La UPM aseguraba que al concurrir en las listas al Senado por el PP llevaba a la campaña electoral una dosis "de plus reivindicativo" hacia Melilla.