El presidente de la Asociación de Comerciantes de Melilla (Acome), Enrique Alcoba, asegura que los empresarios están observando el inicio de las rebajas de enero con “moderado optimismo” tras un primer fin de semana con afluencia multitudinaria, en niveles similares a los que hubo hace un año. No obstante, recuerda que la actividad comercial de Melilla no tiene nada que ver con la de hace más de una década, por ello reivindica más flexibilidad en la frontera para permitir la entrada de los potenciales compradores marroquíes. Con optimismo moderado. Así se enfrentan a las rebajas de enero los vendedores melillenses, según sostiene el presidente de la Asociación de Comerciantes de Melilla (Acome), Enrique Alcoba. Aunque todavía es pronto para hacer balance, según recalca, se espera que las compras motivadas por los descuentos continúen en la línea del año pasado, con un gasto medio por habitante adulto que oscile entre los 100 y los 200 euros.
Aunque muchos comerciantes ya colgaron sus descuentos a principios de enero, a partir de día 7 terminaron de sumarse a las rebajas aquellos que faltaban por poner sus carteles. «El sábado y el domingo ha sido una locura. Son días con mucha actividad porque al inicio oficial de las rebajas hay que sumar todas las devoluciones y cambios de tallas de los regalos de Reyes», explicó Alcoba. Con toda la afluencia de personas melillenses y procedentes del país vecino que hubo durante el fin de semana con el pistoletazo de salida de las rebajas, el portavoz de Acome apunta a que se mantuvo en los mismos niveles que hace un año. «Estamos moderadamente satisfechos», reconoce.
Menos “pegas” para los compradores marroquíes
Como responsable de Acome, Alcoba reivindica mayores facilidades para que accedan a la ciudad los turistas de Marruecos, siempre respetando las medidas de seguridad pertinentes. «Sorprende que la frontera sea tan férrea con ellos», afirma el comerciante, poniendo de manifiesto que los potenciales compradores marroquíes «tienen que esperar horas en el coche para pasar a Melilla, mientras que luego vemos que no paran de llegar a la ciudad menores o extranjeros que se cuelan por otros cauces no legales».
En este sentido, Alcoba insiste en que «habría que poner alfombras en vez de pegas» a aquellos que visitan la ciudad para «dejar dinero, mover la economía, generar trabajos y crear riquezas».
Así, el presidente de Acome recuerda que la actividad comercial de Melilla «no tiene nada que ver» con la de hace quince años. Entre otros factores, debido a que los melillenses se han animado a comprar online o realizar sus compras cuando viajan a la Península. Por este motivo, insiste Alcoba en que «no podemos ponerles dificultades» a los compradores marroquíes.
