Mientras, se siguen haciendo públicas más y más cosas de la Operación Salander, a cual más y más asquerosas e indignantes. "Esta sábado noche curro, así que llega la nueva matanza de Texas, pero a lo pijo", se dicen, según la UCO, un Policía Nacional, Sergio J., y dos agentes de la Policía Local, Sebastián M (el capitán América, "el Sebas", según Salander) y Francisco Javier C. La matanza de Texas a lo pijo es la persecución a ciudadanos para inventarse multas y, sobre todo, para, en comunicación con la Salander/Nieves Vida o la basura falaz de Gustavo Cabanillas (el monopolista archimillonario de la luz en Melilla) publicar inmediatamente lo que han fotografiado y hecho, e intentar ridiculizar y dañar a los perseguidos, que pagamos, que les pagamos, para que nos protejan
Decía el Editorial de nuestro diario el pasado jueves que "solicitamos" al Teniente General Jefe del Mando de Operaciones de la Guardia Civil, Pablo Martínez Alonso, (del que depende, entre otros muchos y a un nivel muy inferior, el capitán de la Policía Judicial de Melilla Sergio Rodríguez) que tome cartas en el asunto investigado por la propia Guardia Civil bajo el título de Lisbeth Salander, en el que aparece grave y destacadamente implicado al menos un guardia civil, Ignacio M. (hasta ahora 'castigado' con un cambio de destino, de la Policía Judicial al Puerto). Un caso, el tal Salander, que ha sido calificado públicamente (en privado lo hace con mucha mayor gravedad) por el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, como "una conspiración para subvertir el orden democrático", una conspiración llevada acabo por un "grupo criminal" con el agravante de que está formado en gran medida por miembros de las fuerzas y cuerpos de SEGURIDAD del Estado y de la Policía Local, junto con funcionario/as judiciales y de varios otros estamentos públicos. Estalinismo, o fascismo, puro.
Imbroda pide, a través de los medios de comunicación y muy especialmente a través del nuestro, "que se aplique la misma vara de medir, que se usó contra los miembros del PP, a los responsables del grupo criminal". Se lo podía pedir él mismo y en público, además de en privado, al teniente general Martínez Alonso, que ha venido a menudo a Melilla a poner condecoraciones a quien o quienes, muy probablemente, no se las han merecido. Y debería insistir también en que esa vara de medir que Imbroda dice, y dice bien, que se aplicó a miembros del PP, se ha aplicado también -y con toda probabilidad con absoluta injusticia- a personas que, como yo, no somos miembros del PP, personas a las que se ha aplicado, entre otras injusticias injustificables, la "reseña" que sólo (y repito, diga lo que diga quien lo diga) sólo se aplica a los detenidos, lo que ni ha sido ni es nuestra situación, por ese increíble caso del golf cuyas "diligencias", que son un absoluto disparate -por no utilizar otro término mucho más duro, aunque fuera más apropiado-, dirigió ese capitán Sergio Rodríguez al que antes mencionaba.
Cuando el 19 de octubre de 2015 una representación de varios guardias civiles vino al periódico para hacernos llegar una serie de graves quejas sobre el funcionamiento de la Comandancia de Melilla y especialmente del capitán Sergio Rodríguez, terminaron su declaración con una frase que literalmente reproduzco: "y encima se va a ir de Melilla con medallas". Parecía una broma, pero resulta que va a ser verdad, porque al mencionado guardia civil -que, repito, con sus actuaciones no ha hecho ningún bien, sino todo lo contrario, al buen nombre del Cuerpo- parece que le van a poner una medalla el próximo día 13, a propuesta, según me cuentan, del anterior Decano de los Jueces melillenses, Emilio Lamo de Espinosa, que terminó yéndose de Melilla con más pena que gloria y más trabajo sin hacer que trabajo hecho. Una petición que no ha sido ni conocida por el Colegio de Abogados melillense, ni por la Ciudad Autónoma, ni por nadie que yo conozca. Ni por nosotros, por supuesto, porque si todas las "investigaciones" que el capitán Rodríguez ha comandado han sido como la que conozco perfectamente, sólo se puede concluir que la actuación del mencionado "investigador" ha sido lamentable y ha hecho un daño injustificable no sólo a muchas personas, sino al conjunto de los ciudadanos melillenses. Que encima se vaya de Melilla con medalla es un sarcasmo, una burla a la mayoría de los melillenses.
Mientras, se siguen haciendo públicas más y más cosas de la Operación Salander, a cual más y más asquerosas e indignantes. "Esta sábado noche curro, así que llega la nueva matanza de Texas, pero a lo pijo", se dicen, según la UCO, un Policía Nacional, Sergio J., y dos agentes de la Policía Local, Sebastián M (el capitán América, "el Sebas", según Salander) y Francisco Javier C. La matanza de Texas a lo pijo es la persecución a ciudadanos para inventarse multas y, sobre todo, para, en comunicación con la Salander/Nieves Vida o la basura falaz de Gustavo Cabanillas (el monopolista archimillonario de la luz en Melilla) publicar inmediatamente lo que han fotografiado y hecho, e intentar ridiculizar y dañar a los perseguidos, que pagamos, que les pagamos, para que nos protejan. ¿Democracia? No, estalinismo y/o fascismo en estado puro. ¿Seguridad? No, inseguridad total. ¿Castigos? Ya veremos, aunque lo que, me parece, no vamos a ver nunca es el castigo a los autores materiales e intelectuales, sobre todo estos últimos, que atentaron, con total impunidad -como se está viendo- contra mí, contra la libertad de expresión, que es lo importante y lo más grave de ese lamentable caso terrorista.
Aunque no utilizo apenas el facebook sí me he fijado en el título de un portal que ataca duramente a los Velázquez y los/las Salander, Vida, Bely, etc. El título es "golpe de Estado en Melilla" y no me parece demasiado exagerado para describir lo que ha estado pasando en nuestra ciudad. Con el agravante, nunca suficientemente resaltado, de que parte de los golpistas son funcionarios públicos que cobran para protegernos y que han abusado hasta la exasperación de los poderes que democráticamente les hemos conferido. Y conviene recordar que nuestra Constitución, en su artículo 1º, y en el primer lugar de ese artículo considera la libertad como el principal valor a conseguir por el Estado de Derecho y democrático. Tal y como están las cosas, ¿se puede considerar a Melilla como una ciudad democrática y de derecho, una ciudad libre? La lamentable respuesta es ¡no!
