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Evitando a los periodistas

¿Es normal que ante esta pandemia, los máximos responsables del Gobierno y de la Sanidad en Melilla lleven sin comparecer ante la prensa desde hace más de tres semanas para no responder a cuestiones de interés de todo el mundo y seguir colando solo lo que es de su interés propio? No, no lo es. Por eso no se explica que el PSOE, cuya secretaria general, Gloria Rojas, ha defendido tanto la transparencia desde que está en política, permita este oscurantismo informativo propio de otros tiempos pasados La labor de los periodistas es fundamental, pero suele ser incómoda para quienes deben responder a sus preguntas. De esto saben bien los políticos que intentan impedir por todos los medios que preguntas inoportunas puedan deslucir el mensaje que ellos quieren transmitir. Por eso causan tanto rechazo algunas estrategias surgidas en los últimos tiempos, como las comparecencias sin preguntas, para evitar por todos los medios a los periodistas. Y lo que están evitando en realidad es informar con transparencia a la opinión pública, aunque lo intenten disimular con pequeñas dosis de información lanzadas desde sus gabinetes de prensa.
Pero no cuela y es necesario denunciar lo que está pasando para que los melillenses sepan la opacidad informativa de la que están siendo víctimas.
Porque no tiene explicación lógica que en plena pandemia del coronavirus en la que nos encontramos, la máxima responsable del Gobierno de España en Melilla, la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, lleve más de tres semanas sin comparecer en una rueda de prensa. La última que ofreció, en solitario, fue el 31 de marzo. Desde entonces solo le hemos vuelto a ver el pelo en fotografías y vídeos enviados desde su gabinete de prensa mientras recibía material sanitario y preparaba el traslado del campamento a la Plaza de Toros. O en fotografías posando en la mesa de comparecencias, pero no para responder a los micrófonos, sino para acompañar con su mejor imagen los comunicados de prensa que nos manda la Delegación. No son ruedas de prensa, aunque las simule, como hizo con el vídeo enviado ayer sobre el Ramadán.
Y lo mismo sucede con Omar Haouari, el director territorial del Ingesa. Mañana hará un mes de la última vez que se sentó ante los micrófonos para responder a los periodistas, coincidiendo con la muerte de la primera víctima por/con coronavirus. Sí, aquella de la polémica pillada antes de que empezara la emisión de la comparecencia por la televisión pública. En este tiempo, la única información del Ingesa que han recibido los melillenses a través de la prensa ha sido manufacturada por el gabinete de prensa del Ingesa.
¿Es normal que ante esta pandemia, los máximos responsables del Gobierno y de la Sanidad en Melilla actúen de esta manera para no responder a cuestiones de interés de todo el mundo y seguir colando solo lo que es de su interés propio? No, no lo es. Por eso no se explica que el PSOE, cuya secretaria general, Gloria Rojas, ha defendido tanto la transparencia desde que está en política, permita este oscurantismo informativo propio de otros tiempos pasados.
Y menos, después de que ella misma dijera hace unos días que si no había comparecido antes desde el inicio de la pandemia, fue porque ella creía que el foco mediático debía estar en los responsables de gestionarla, que son la delegada del Gobierno, el responsable del Ingesa, el consejero de Salud Pública y el presidente de la Ciudad Autónoma. De esas cuatro autoridades a las que Rojas señalaba como los que debían llevar la voz en esta crisis sanitaria, las dos primeras están escondidas, y a las otras las vemos algo, solo una vez a la semana.
¿Qué diría el PSOE si eso lo hicieran el PP u otros adversarios políticos? Ya habría protestado, y con razón. ¿Se imaginan que los ministros no dieran ruedas de prensa y se dedicaran solo a enviar comunicados de prensa, como están haciendo en Melilla tienen la misión de informar? Es impensable, ¿verdad? Entonces, ¿por qué se consiente? ¿Es que Melilla es diferente?
Quienes lo hacen, deberían tener claro que el derecho a la información es uno de los derechos fundamentales de los españoles, como consagra la Constitución. Y que los medios de comunicación somos los vehículos necesarios para que los ciudadanos puedan acceder a información veraz y formarse su propio criterio. Por ello nuestro trabajo ha tenido en este Estado de Alarma la consideración de labor esencial. Somos esenciales, pero no para todos, a la vista de los hechos.

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